Xiaomi's forthcoming IPO shows how the rules of business are changing. The firm embodies a Chinese corporate ideal that is very different from America's

Cita: 

The Economist [2018], "Xiaomi's forthcoming IPO shows how the rules of business are changing. The firm embodies a Chinese corporate ideal that is very different from America's", The Economist, London, 9 de junio, https://www.economist.com/business/2018/06/09/xiaomis-forthcoming-ipo-sh...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 9, 2018
Tema: 
Las características de las nuevas empresas tecnológicas chinas, a propósito de la próxima oferta pública inicial de Xiaomi
Idea principal: 

En el verano de este año, la empresa china Xiaomi comenzará a cotizar en bolsa. Se prevée que su valuación sea de entre 50 y 75 mil millones de dólares, con lo que sería la oferta pública inicial más grande del mundo desde la de Alibaba en 2014.

Para The Economist Xiaomi es probablemente la marca comercial más exitosa de China, aunque es difícil categorizarla por la diversidad de las áreas en las que invierte, que van desde la fabricación de aspiradoras y bicicletas eléctricas, hasta los teléfonos inteligentes y los servicios bancarios.

Xiaomi no se parece a ninguna empresa occidental y rompe con el ideal estadounidense de la empresa que cotiza en bolsa, especializada y predecible. Por el contrario, Xiaomi es un representante destacado del nuevo modelo chino de empresas que hacen justo lo contrario: es "hiperactiva", está ampliando el ámbito de sus inversiones de forma deliberada y el director ejecutivo tiene un férreo control sobre la empresa. La oferta pública inicial de Xiaomi será una prueba sobre cuan valioso es este modelo para los inversionistas.

Al igual que otras empresas chinas (como Baidu, Alibaba y Tencent), Xiaomi ha llevado el control de la empresa a un nivel superior. Lei Jun, su fundador, controla la mayor parte de las decisiones de la empresa. Xiaomi tiene una estructura de "entidad de interés variable" [variable-interest-entity]*. La empresa tenedora [holding company] de Xiaomi, que tiene sede en las Islas Caimán, tiene contratos con las entidades operativas en China. Los contratos dan ganancias y cierto control de los activos a los inversionistas, pero no la propiedad, que permanece mayormente en manos de Lei Jun.

Esta empresa incuba nuevos proveedores de hardware comprando pequeñas inversiones en ellos. A esto dedicó una quinta parte de su flujo de efectivo en 2016 y 2017 y es probable que este porcentaje aumente. La feroz competencia que existe en el mercado chino ha hecho que tenga un desempeño errático, con pérdidas en 2015, ganancias muy reducidas en 2016-2017 y ventas estancadas.

Para The Economist los defectos de Xiaomi son también sus virtudes. Por ejemplo, el control estrecho de la empresa implica una toma de decisiones rápida que ha permitido que, mientras la mayoría de las multinacionales aún se preguntan dónde está Uttar Pradesh, Xiaomi se haya instalado de forma acelerada en un mercado clave como el de India, donde se ha convertido en la empresa de teléfonos inteligentes más grande entre 2014 y 2017.

Xiaomi se encuentra en medio de una reinvención, pues planea pasar de ser una empresa de hardware a una de internet. La razón de ello es que "la rentabilidad de la industria es terrible". El margen de ganancias de Xiaomi en su segmento de telefonía celular es de aproximadamente 1%. Otras empresas de hardware como Sony y Nokia han intentado hacer esta transición, con resultados poco afortunados. No obstante, a diferencia de lo que sucedía hace algunos años, los servicios relacionados con los teléfonos inteligentes y el internet (aplicaciones, publicidad, contenidos, pagos, etc.) representan una fuente de ingresos muy importante para grandes empresas como Apple.

El éxito de esta tentativa de transición hacia los servicios de internet dependerá de que la participación de Xiaomi en el mercado de los teléfonos celulares se mantenga o crezca (de lo contrario, se reducirá su número de usuarios de internet), de que aumenten sus ventas de aplicaciones y servicios en otros mercados fuera de China y de que Xiaomi salga bien librada de la competencia con las otras empresas tecnológicas chinas en la venta de aplicaciones y otros servicios. Para permanecer en la carrera, Xiaomi deberá reinvertir la mayor parte de sus ingresos procedentes de la oferta pública inicial.

"Xiaomi es, por tanto, una apuesta opaca en constante reinvención. Pero es sólo el ejemplo más extremo de una tendencia nacional". Hasta hace poco, las empresas tecnológicas chinas solían tener una identidad clara: Alibaba se dedicaba al comercio electrónico, Tencent a los videojuegos y Baidu a la búsqueda en línea. "Estas barreras están colapsando en un gigantesco auge de inversiones".

Las empresas tecnológicas chinas son la antítesis de lo que los inversionistas suelen admirar. "No obstante, la oferta pública inicial de Xiaomi puede mostrar cómo ya nadie se preocupa demasiado por ello, al menos mientras el auge de internet continúe".


* Sobre las entidades de interés variable en China, véase http://let.iiec.unam.mx/node/1501.

Datos cruciales: 

Con una valuación de entre 50 y 75 mil millones de dólares, la oferta pública inicial de Xiaomi sera la más grande del mundo desde la de Alibaba en 2014.

En 2017, tres cuartas partes de los 18 mil millones de dólares en ventas de Xiaomi correspondieron a smartphones.

Xiaomi tiene una participación de 7% en el mercado global de teléfonos inteligentes.

Entre 2014 y 2017 las ventas de productos electrónicos de Xiaomi se triplicaron.

Las ventas de Xiaomi aumentaron 68% en 2017.

Se espera que en 2018 las ganancias operativas de Xiaomi sean de entre mil quinientos millones de dólares y 2 mil millones de dólares.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Una característica de las grandes empresas tecnológicas chinas es que tienden a conformarse como conglomerados. No obstante, a diferencia de lo que ha sucedido en otros casos, en este momento la conformación de conglomerados no parece obedecer a una pretensión por controlar los distintos momentos de la producción de un tipo de mercancías (desde las materias primas hasta la distribución), sino más bien por minimizar el riesgo de las inversiones. Un resultado de estas prácticas es un gigantismo corporativo cada vez más acentuado. Es importante profundizar nuestra compresión de las causas y consecuencias de esta estrategia corporativa.

Conforme avanza la concentración de capital en China, los analistas occidentales se interrogan sobre la potencia alcanzada por las grandes corporaciones de ese país y las implicaciones del capitalismo de estado para la competencia mundial.