The ultimate walled garden. China has the world’s most centralised internet system. A perfect example of a Hamiltonian internet for maximum control

Cita: 

The Economist [2018], "The ultimate walled garden. China has the world’s most centralised internet system. A perfect example of a Hamiltonian internet for maximum control", The Economist, London, 30 de junio, https://www.economist.com/special-report/2018/06/28/china-has-the-worlds...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 30, 2018
Tema: 
China como el país con el internet más centralizado y las principales empresas que se encuentran respaldando el proyecto de generar una superpotencia cibernética para 2030
Idea principal: 

Las oficinas centrales de los corporativos tecnológicos más importantes en Estados Unidos, a diferencia de China, muestran en su arquitectura la supuesta omisión de la jerarquía corporativa. Dos ejemplos al respecto, son Facebook y Google; en éste último caso se puede admirar una construcción compuesta por docenas de estructuras separadas entre las cuales los empleados se desplazan mediante el uso de coloridas bicicletas.

Como ya se mencionaba en la contraparte de este tipo de ideales corporativos se encuentran las empresas chinas. En particular, en el caso de Tencent, su nueva sede es una estructura totalmente vertical en donde se alberga alrededor de 10 000 empleados. Este nuevo edificio resulta la representación gráfica de la dinámica actual de éste sector al interior del país, un esquema sumamente centralizado.

El Estado en China se ha mantenido involucrado en el espacio virtual desde los orígenes de este último. Recientemente se ha vinculado con gigantes del internet como Tencent y Alibaba (la principal rival de la primera) para mantener un control más estricto de su sistema de navegación –del que depende su colocación a nivel mundial. Lo que está sucediendo en el caso chino es el contraste del proyecto Web 3.0 [1]; proyecto en Occidente de corte hamiltoniano [2].

Cuando China comenzó a construir su “gran barra de control de acceso” alrededor de su versión de internet hace 20 años las expectativas con respecto a ella no eran muchas. Sin embargo, su funcionamiento ha sido sumamente efectivo. Sus operadores han aprendido a balancear el llamado de no dejar entrar a los valores occidentales con la necesidad de mantener vínculos estrechos con la economía mundial.

En China la censura se ha vuelto todo un negocio de subcontratación a las grandes corporaciones de internet. El mismo artículo cita, como ejemplo, el caso de empresa Toutiao (un popular servicio de noticias) que fue señalada por postear contenido “vulgar”. Su director, Zhang Yiming, además de pedir una disculpa pública se vio comprometido a contratar otros 4,000 censores para la detección de contenido no deseado. El número total de "controladores de contenido" trabajando en la industria de internet en China asciende a más de 2 millones.

La cantidad anteriormente citada coincide con el número de personas que trabajan para el gobierno chino en la inyección de propaganda y des-información en las redes sociales. Investigadores de la Universidad de Harvard calculan que el denominado “Partido de los 50 centavos” (un grupo nombrado de esa forma porque obtienen 50 centavos de yuan por cada unidad de contenido en línea) ha logrado generar 450 millones de post al año; ninguno de ellos atacan al Partido Comunista (PC) o critican al gobierno.

A pesar de todo, Alibaba y Tencent son gigantes tecnológicos más reconocidos de China, particularmente en servicios financieros (Baidu, es el número tres de China). Con sus respectivas subsidiarias, Alipay y WeChat, ellos dominan el sector de pagos móviles. En las grandes ciudades costeras, estos servicios han remplazado el efectivo para las pequeñas compras y han generado un inmenso crecimiento en la información, el cual las compañías después usan para orientar publicidad; así han mejorado sus servicios comerciales y el poder de la Inteligencia Artificial (IA). Alibaba y Tencent también controlan mucho capital. De acuerdo con McKinsey, una consultora, entre ellos hacen aproximadamente la mitad de todas las inversiones de capital de riesgo en China continental. En Estados Unidos los titanes tecnológicos sólo representan 5% de dicha inversión.

Pese al control que el gobierno dirige hacia las grandes corporaciones chinas, estas poseen más libertades comerciales que en los países occidentales, lo que les ha permitido ser más fuertes e innovadoras. Pero ésta libertad se ha visto limitada con el gobierno de Xi-Jiping quien ha reforzado la presión sobre los gigantes tecnológicos del país los cuales, restringidos, han tenido que colaborar para que el gobierno mantenga el monopolio de la información haciendo de China un “ciber-superpoder”. Las empresas tecnológicas chinas se han convertido en “empresas que casi son de propiedad estatal” . Cada vez es más claro que en la Inteligencia Artificial, es en donde el país quiere ser líder para 2030 y se planea construir una industria doméstica con valor de 150 mil millones de dólares.

Hoy en día, China muestra el más grande avance en sistemas de inteligencia artificial gracias a la información obtenida a partir de sus más de 770 millones de usuarios en el país. El plan del gobierno chino ha buscado centralizar y sectorizar el funcionamiento de las corporaciones, en aras de lograr el objetivo a 2030. Cada gran corporación ha sido puesta a cargo de la recaudación de información en específico:

- Alibaba se ha hecho cargo de la información al respecto de las necesidades de las ciudades inteligentes.

- Baidu es la encargada de obtener información de los vehículos autónomos.

- Tencent es la encargada de las imágenes médicas.

Algunos en Pekín incluso quieren vincularse a las tecnologías blockchain[3] en su búsqueda de la dominación tecnológica a nivel mundial. Ahora que la tecnología –como el internet- parece ser lo que tú creas, el gobierno ha tomado una actitud estricta contra las monedas virtuales (o bitcoins) y otras cripto-monedas pues considera que ellas pueden amenazar su sistema financiero.

Pero despojados de su anonimato, el sistema blockchain y su distribución de "libros mayores" puede llegar a ser una bendición para los reguladores ya que "proveen visibilidad, por ejemplo sobre quién posee qué”. A inicios de junio, se dio a conocer que el Banco Central Chino había construido un sistema basado en el blockchain que verifica las cifras, permitiendo a éste rastrear las transacciones. El Banco Central Chino también ha considerado emitir su propia criptomoneda. NEO, una corporación china, ha lanzado una criptomoneda que exhibe ya algunas características distintivas del sistema chino, como el servicio de identificación digital.

Algunos personas que emiten su opinión en China al respecto del avance tecnológico, consideran que el hecho de que el gobierno tenga el control de la tecnología puede dar lugar a una gran ventaja: el Estado puede distribuir los frutos de la inteligencia artificial, los cuales de lo contrario irían a parar a los dueños de los algoritmos, sin ninguna garantía al respecto. Como afirma Feng Xian de la Universidad de Tsighua “si la inteligencia artificial permanece bajo el control de las fuerzas del mercado, esto resultaría de manera inoxerable en un oligopolio súper rico en información que recogería la riqueza generada por robots que desplazan el trabajo humano dejando un extenso desempleo masivo a su paso”.

Este pensamiento ha ganado sus adeptos también en Occidente. Se ha exaltado la idea de que las redes sociales y los buscadores online son instalaciones parecidas a las carreteras que deben ser miradas como empresas de servicios públicos. Desde el ala izquierda, el escritor Ben Tarnoff, argumenta que “los recursos de información deberían de ser nacionalizados y puestos bajo el control del Estado”.

Como el proyecto de la Web 3.0, las ideas encaran una serie de dificultades tanto en Occidente como en China. La inteligencia artificial es aún un área de innovación acelerada; convertirla en una empresa de servicios públicos casi con certeza ralentizará la innovación del mismo modo dificultaría su acceso a las nuevas empresas.

Aún más importante es que el control de la base de datos por parte del Estado tiene algo de orwelliano, pues las empresas de servicios públicos de datos aunque presumiblemente democráticas, no dejan de estar potencialmente expuestas al abuso, incluso de las autoridades en el gobierno.

Al tratarse de democracia y de los derechos humanos, un internet jeffersoniano es claramente una opción más segura. Con la Web 3.0 aún en dando sus primeros pasos, Occidente al final tendrá que encontrar otras formas de reinar sobre los gigantes online. La alternativa obvia es la regulación.


[1] El proyecto 3.0 Web consiste en el protagonismo semántico de motores informáticos y procesadores de información que entiendan la lógica descriptiva en diversos lenguajes.

[2] Al referirse a un estilo hamiltoniano The Economist hace alusión a un tipo de enfoque con respecto al internet que considera que la existencia de una oligarquía en el internet mantiene alejados ciertos peligros y vuelve más accesible la misma herramienta para sociedad en general.

[3] Blockchain es el espacio en donde se llevan a cabo las transacciones con monedas virtuales y criptomonedas, en donde se publican a través de libros mayores dichos movimientos y su récord se muestra cronológicamente.

Datos cruciales: 

El número total de “controladores de contenido” para internet en China es más de 2 millones.

En un estudio realizado por investigadores de Harvard se encontró que el “Partido 50-centavos” al ganar 50 centavos al año en el mismo periodo de tiempo postea alrededor de 450 millones de veces.

Alibaba y Tencent se encuentran controlando la mayor parte del capital de riesgo (CR) en China. De acuerdo con el consultor McKinsey entre ambas llevan a cabo la mitad de la inversión de éste tipo de capital en China. En Estados Unidos los titanes tecnológicos cuentan con sólo 5% de éste capital.

Según el plan de promover a China como líder del mundo virtual para 2030, el valor de la industria de inteligencia artificial será de 150 mil millones de dólares.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El tipo de ascenso que está teniendo China se debe al modo en el que ha operado los últimos años valiéndose principalmente de la tecnología de punta. Incluso uno de sus proyectos busca revitalizar la antigua Ruta de la Seda con la conexión en internet. En tal orden de ideas, el modo en cual se busca controlar la nueva forma en la que operan las nuevas tecnologías resulta un tema central, pues de él dependerá que la consolidación de su poder se potencie o decaíga por la cantidad de información que se puede obtener en la red. No sólo se trata de convertirse en una exponencial potencia vanguardista si no de igual forma de no perder de vista que el blindaje de los sistemas de operaciones y la información misma, así como transacciones, son esenciales para mantenerse fuera del peligro de tener un ataque a nivel cibernético y perder más que dinero.

Por otro lado, decidir hasta qué grado se puede contar con las grandes corporaciones se vuelve un tema de agenda, en tanto de la estrategia seguida con respecto a ellas depende la estabilidad que el auge cibernético pueda traer o no a China en su ascenso pacífico.