Money overboard. Politicians are vying to splurge defence funds on boats. Not just a sign of machismo, but of great-power competition

Cita: 

The Economist [2018], "Money overboard. Politicians are vying to splurge defence funds on boats. Not just a sign of machismo, but of great-power competition", The Economist, London, 4 de agosto, https://www.economist.com/united-states/2018/08/04/politicians-are-vying...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Agosto 4, 2018
Tema: 
El aumento naval militar de Estados Unidos ante una posible perdida de dominio maritimo.
Idea principal: 

En Estados Unidos el presupuesto para armamento y misiles no es difícil de conseguir. El congreso está por aprobar un proyecto de ley de defensa para la acumulación de armamento, en particular barcos y submarinos, de 716 mil millones de dólares para 2019.

El proyecto que se discute en la Cámara de representantes y el Senado expresa una competencia por aumentar el presupuesto planteado originalmente por Trump. Se está solicitando la construcción de 12 submarinos para 2023 en lugar de 10, un portaaviones adicional a los dos ya solicitados, además de dos naves de combate adicionales de un tipo más pequeño.

Esta aumentada velocidad de armamento naval va más allá de posturas políticas. Desde las últimas semanas de la presidencia de Obama, la marina ha subrayado la necesidad de recobrar la fuerza naval, al aumentar su flota de 280 barcos actualmente a 355 barcos. La razón principal es el resurgimiento de la "competencia de las grandes potencias" según James Mattis, el secretario de defensa.

El resurgimiento de Rusia y el ascenso de China están suponiendo una amenaza para el control marítimo mundial que Estados Unidos ha mantenido desde el fin de la guerra fría a partir de sus 10 portaaviones. En palabras del almirante John Richardson, jefe de operaciones navales: "Estados Unidos ya no disfruta del monopolio del poder marítimo o el control del mar".

Aunque aún no son una amenaza barco a barco para Estados Unidos, ambos países representan una amenaza a su dominio al mantener inversiones en tecnología, lo que les está permitiendo producir desde misiles hipersónicos hasta drones submarinos. Así, en marzo Vladimir Putin presumió de su misil hipersónico Kinzhal, mientras que China afirma haber desarrollado un submarino excepcionalmente sigiloso.

Alcanzar la meta de rearmamento está dividiendo la opinión entre políticos y líderes militares de Estados Unidos. Algunos legisladores priorizan la construcción de barcos nuevos, mientras que planificadores navales prefieren invertir más dinero en reacondicionar buques viejos para alcanzar antes el objetivo de 355 barcos. Sin embargo, podría ser más complicado instalar armas nuevas en los barcos viejos dada la gran cantidad de electricidad que el nuevo armamento requiere, aunque Rusia ya se jacte de estar haciendo exactamente eso.

Por otro lado, también se hace prioritario el endurecimiento de los procedimientos dentro de los buques. Para algunos almirantes estadounidenses esto es tan importante como tener nuevo equipamiento después de una mala racha de accidentes navales.

Dentro de una década la flota estadounidense de submarinos de ataque habrá disminuido a consecuencia de las desinversiones en tiempos de paz. Además, por más veloces que se construyan los nuevos barcos, se espera que se reduzcan en número de 53 a 42 para 2028. Por otro lado, si bien la necesidad de construir submarinos es acertada, la construcción de barcos superficiales podría ser un gasto innecesario, según Bryan Clark, un especialista naval del Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias, ya que sería más adecuado esperar a que haya un nuevo diseño de fragata.

Datos cruciales: 

1- El proyecto de ley de defensa para 2019 es de 76 mil millones de dólares.

2- Se está solicitando para 2023 la construcción de 12 submarinos, 3 portaaviones y dos naves de combate.

3- Se planea pasar de 280 barcos actualmente a 355 barcos.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La guerra militar entre grandes potencias está reapareciendo como posibilidad y forma de solucionar los conflictos geopolíticos crecientes de los últimos años. De ahí la nueva carrera armamentista en el ámbito naval. La disputa hegemónica se expresa en las declaraciones estadounidenses de una posible perdida del dominio del mar y su necesidad por recobrar el poderío militar.

Por otro lado, las tecnologías se posicionan como eje estratégico para disputar el control y la hegemonía, donde la cantidad de armamento pierde importancia al lado de armas más sofisticadas y que faciliten otros procesos de la guerra antes o después del combate.