Weltmacht und Weltgeld. Die ökonomische Funktion der US-Militärmaschine im globalen Kapitalismus und die Hintergründe der neuen Finanzkrise

Cita: 

Kurz, Robert [2008], Weltmacht und Weltgeld. Die ökonomische Funktion der US-Militärmaschine im globalen Kapitalismus und die Hintergründe der neuen Finanzkrise, Koblenz, enero, https://www.exit-online.org/link.php?tabelle=autoren&posnr=344

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Enero, 2008
Tema: 
La crisis mundial de la tercera revolución industrial y su vínculo con la función económica de la maquinaria militar estadounidense y del dólar como moneda mundial
Idea principal: 

Dominio mundial y moneda mundial. La función económica de la maquinaria militar estadounidense en el capitalismo global y el trasfondo de la nueva crisis financiera

1) Introducción

Desde 1998, se habla de un "cambio de época" que, desde la visión dominante, ha sido interpretado como el triunfo del capitalismo. De acuerdo con esta visión, se trata de la constitución de un mercado unificado de alcance global y una nueva época de prosperidad global, desarme y paz. Sin embargo, 10 años después, la realidad se presenta de una manera diferente: la globalización ha traído consigo nuevas zonas de pobreza, guerras civiles, así como un terrorismo posmoderno y neo-religioso bárbaro. Bajo el liderazgo de Estados Unidos, Occidente ha reaccionado con "guerras del orden mundial", sin perspectivas y con una administración planetaria precaria de la crisis.

En este sentido, la interpretación dominante de los sucesos de 1989 no ha reconocido que no solamente colapsaron los países del bloque oriental como un "sistema defectuoso", sino que también se vieron afectados países tercermundistas orientados hacia Occidente y los mismos países centrales, cuyas tasas de crecimiento bajaron. Por eso, se sugiere pensar que se trata de una crisis en conjunto del sistema moderno mundial. Bajo esta perspectiva, el socialismo real del bloque oriental no constituía una alternativa histórica, sino más bien un sistema de capitalismo de Estado de "modernización retrasada" en la periferia del mercado mundial, pero formando parte integral de éste.

La tercera revolución industrial de la microelectrónica se considera la causa originaria de la nueva crisis mundial, ya que, por primera vez en la historia capitalista, las posibilidades de la racionalización rebasan las posibilidades de una expansión de los mercados y el capital funde su propia “sustancia de trabajo” (Marx). Esto provoca desempleo estructural masivo y el subempleo a escala mundial, por un lado, y la fuga del capital financiero en la economía de las "burbujas financieras", por el otro, puesto que las inversiones reales se vuelen poco rentables.

Se necesita analizar el contexto actual y, en este sentido, resulta esencial considerar el estado político-económico de Estados Unidos como última potencia mundial en la crisis global del capitalismo.

2) La crisis mundial del dinero y del sistema mundial de la moneda

La crisis mundial de la tercera revolución industrial y de la globalización refiere a la crisis del dinero iniciada en la Primera guerra mundial. Antes de la Primera guerra mundial, el dinero era considerado como una "mercancía separada", como equivalente general con una propia substancia de valor. Por esta razón, las monedas de los grandes países capitalistas estaban respaldadas por reservas de oro en los bancos centrales: el oro contaba como el dinero del mundo.

Sin embargo, con las economías de guerra y la producción fordista en masa, el respaldo del dinero en oro no se pudo mantener e inició un proceso de “desubstancialización” del dinero. En 1944, se crearon las condiciones para un nuevo orden económico y monetario basado en el dólar, como nueva moneda de comercio mundial y reserva, debido a la sobresaliente posición industrial de Estados Unidos y a que el dólar era la única moneda convertible en oro. Así, se dio el “milagro económico” de la posguerra a la sombra de la guerra fría. Sin embargo, el resurgimiento de Europa y Japón en el mercado mundial puso en peligro el predominio económico estadounidense y el dólar fue perdiendo su fuerza hasta que finalmente en 1973, el presidente Nixon tuvo que renunciar a la convertibilidad entre oro y dólar. Con eso, se acabó el sistema de Bretton Woods, liberalizando los tipos de cambios, lo que se ha convertido en el punto de partida para la especulación de divisas. Si bien no ha llegado la gran catástrofe, todavía no se sabe si las relaciones flexibles de las monedas será una solución duradera. De hecho, las crisis de las monedas en Asia en la década de los 90 remiten a un problema latente.

3) El paso del dólar de oro al dólar de armamento

El término de la crisis mundial de la década de los años 70 fue relativamente blando, debido a que el dólar seguía cumpliendo su función como moneda mundial. No obstante, en lugar de oro, el dólar contaba con una garantía “política", que en el fondo era una garantía militar. En este contexto, se dio un proceso recíproco: en la medida en que empeoraba la posición estadounidense de regular mercado mundial de flujos de mercancías y capitales, crecía su complejo militar-industrial. La industria de armamento creció desde la Segunda guerra mundial, marcando el camino de la industrialización hacia la “electronización” de la guerra.

Si bien la tendencia hacia la “economía de guerra permanente” y el complejo militar-industrial llevaba consigo el endeudamiento, garantizaba a Estados Unidos una posición miliar sin competencia, crecimiento económico y puestos de trabajo. Sin embargo, en la década de los años 80, Estados Unidos ya no podía pagar las deudas con sus propios ahorros. A pesar de todo, la potencia militar estadounidense como “policía del mundo” parecía ofrecer un “puerto seguro” para los mercados financieros globales. El dólar podía mantener su función de moneda mundial, por haber cambiado del “dólar de oro” al “dólar de armamento”. Las guerras de orden mundial en los años 90 y en los inicios del siglo XXI (en Oriente Medio, en la península balcánica y en Afganistán), tenían el carácter estratégico de demostrar, mediante la intervención militar, el mito del “puerto seguro” y de preservar el dólar como moneda del mundo. Sobre esta base irracional, el capital financiero excedente de la tercera revolución industrial fluía a Estados Unidos financiando indirectamente la maquinaria militar y de armamento.

4) La burbuja financiera más grande de todos los tiempos y el milagro estadounidense de consumo

Cuanto más capital financiero excedente vagabundeaba por los mercados financieros globales, tanto más atraía Estados Unidos. De esta forma, se creó la “madre de todas las burbujas financieras”. Debido a la venta de bonos gubernamentales en todo el mundo, se financiaba el auge de armamento, los mercados estadounidenses se llenaron de acciones en los años 90 y los mercados inmobiliarios, en la primera década del siglo XXI. Junto con el complejo militar-industrial, nació un aparente crecimiento de la economía interior en Estados Unidos que se manifestó en un “milagro de consumo”. Sin embargo, éste no se debía a los ingresos salariales reales, sino a las burbujas financieras en los mercados accionarios e inmobiliarios. En este sentido, tanto el consumo privado como el consumo de armamento se encontraban alimentados por la afluencia del capital financiero excedente de todo el mundo.

5) La circulación de déficit y la coyuntura mundial

La debilidad económica estadounidense en los mercados mundiales se manifiesta en un creciente déficit comercial. En Estados Unidos, cada vez se produce menos mercancía industrial y gran parte de la población consume productos que son producidos en otros países. Así, se inició en la década de los años 80 una circulación global de déficit que sigue hasta la fecha y que se demuestra en las balanzas comerciales de Estados Unidos con países europeos y asiáticos, sobre todo, con India y China.

Mientras Estados Unidos se endeuda con la afluencia de flujos de capital financiero excedente de todo el mundo, también provoca la afluencia de los flujos excedentes de mercancías. Así, se crean condiciones de interdependencia: si Estados Unidos no recibiera toda la superproducción mundial, las crisis económicas mundiales de la tercera revolución industrial ya se habrían manifestado.

Las calles asiáticas de exportación en dirección única hacia Estados Unidos han convertido a la circulación global de déficit en el motor de la economía mundial. La industria europea no solamente exporta sus excedentes a Estados Unidos, sino también exporta componentes para la construcción de máquinas a Asia, impulsando así su maquinaria de exportación. Sólo de esta forma se explica el alabado auge económico asiático de los últimos años.

6) El escenario de la crisis del crédito y del dólar

En el transcurso del 2007, la burbuja inmobiliaria estadounidense estalló y los precios inmobiliarios cayeron. Las consecuencias se podrán ver hasta los años 2008 y 2010. Si en ese tiempo el consumo estadounidense vive una caída, esto afectará la circulación de déficit y por lo tanto parará la tendencia económica. Nadie puede prever las dimensiones, pero podrían superar las crisis de los últimos 20 años.

Algunos economistas esperan que la Unión Europea o de China puedan autosustentaerse, con lo que podrían reemplazar el consumo estadounidense como aspiradora de los flujos de mercancías excedente. Sin embargo, no existe el poder adquisitivo en estas regiones. Con la crisis estadounidense de crédito se crea un dilema que pone en cuestión la función que cumple el dólar como moneda mundial. El dólar se encuentra devaluado constantemente y así termina el mito del “puerto seguro”.

No obstante, no existe ninguna moneda alternativa para el dólar. El euro no puede reemplazar al dólar puesto que no tiene ninguna base de oro o de armamento. La crisis de la moneda mundial y el riesgo potencial de inflación que trae consigo, remiten a una crisis madura del dinero en general. En este contexto, el precio del oro crece y se convierte de nuevo en el dinero “real”. Sin embargo, la base del oro no sirve para la época de la tercera revolución industrial y podrían regresar los escenarios del tiempo entre las dos guerras mundiales, pero en una escala mayor.

7) Crisis mundial, ideología mundial y guerra civil mundial

En este momento de una barrera histórica interna al capitalismo, la crítica emancipatoria de la sociedad tiene que concentrarse en la redefinición del socialismo, lejos de las formas fetichistas de mercancía, dinero, Estado-nación y las respectivas relaciones de género. La crítica al capitalismo se manifiesta muchas veces en “anti-americanismo” y antisemitismo. Esto se debe a una ideología mundial que pone causas y efectos de cabeza: la crisis de crédito no aparece como consecuencia de un agotamiento interno de la acumulación real, sino como resultado de la “avidez financiera-capitalista”. Asimismo, el papel de Estados Unidos y del dólar de armamento no aparece como una condición común del capital globalizado, sino como opresión imperial del mundo.

Detrás de tales inversiones ideológicas se encuentra el deseo de regresar a los tiempos fordistas de bienestar y de regulación keynesiana. Sin embargo, eso y los planes de una globalización enfocada en Europa resultan imposibles. Países petroleros como Rusia, Venezuela e Irán se encuentran en una dependencia económica enorme con respecto al papel jugado por la economía estadounidense.

La creciente crisis de la tercera revolución industrial no se puede resolver mediante un nuevo “modelo de regulación”. Más que antes, y debido a la irresolución de la nueva crisis global, existe el peligro de una “fuga irracional hacia adelante” en una nueva guerra mundial. Debido al alto grado de globalización, ya no se trataría de una guerra entre bloques nacionales e imperiales, sino de una guerra civil mundial de nuevo tipo. Nunca antes la consigna “Socialismo o barbarie” ha tenido tanta actualidad como hoy, pero al mismo tiempo el socialismo necesita ser reinventado.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Este artículo ofrece elementos para entender la potencia y maquinaria militar de EEUU, no necesariamente como un proyecto imperial, sino como condición necesaria para el funcionamiento del mercado mundial, con el dólar como moneda mundial. En este contexto, habla de “guerras del orden mundial” sin perspectivas, pero intrínsecas al sistema. Según el autor, se explica la crisis actual como “una crisis de la barrera interna al capitalismo” o como “crisis mundial de la tercera revolución industrial” que se puede interpretar como crisis civilizatoria, ya que no existe ninguna solución en el interior del sistema. Por lo mismo, existe el peligro de que podría surgir una nueva guerra civil mundial. Se trataría de un nuevo tipo de guerra y debido a la “desnacionalización” los sujetos ya no serán bloques nacionales-imperiales que luchan por una “repartición del mundo”. Sin embargo, no se aclaran las características específicas de este nuevo tipo de guerra.