The heavyweight rivals. America's new attitude towards China is changing the countries' relationship. It is getting more antagonistic in many ways

Cita: 

The Economist [2018], "The heavyweight rivals. America's new attitude towards China is changing the countries' relationship. It is getting more antagonistic in many ways", The Economist, London, 18 de octubre, https://www.economist.com/briefing/2018/10/18/americas-new-attitude-towa...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Octubre 18, 2018
Tema: 
Relación actual Estados Unidos-China
Idea principal: 

En abril de 2018, Donald Trump, presidente de Estados Unidos acusó a China de robar propiedad, obligando a las empresas estadounidenses a hacer transferencias de tecnología y otras prácticas desleales. Ante estas acciones Trump elevó los aranceles entre el 10% y el 25% sobre 250 mil millones de dólares en importaciones; ahora amenaza con nuevos aranceles. China respondió con aranceles sobre 60 mil millones de importaciones estadounidenses.

Aunque China busca negociar, Estados Unidos sabe que el gigante asiático puede pedir más de lo que Estados Unidos está dispuesto a ceder. Trump se ve a sí mismo como liderando una lucha contra el globalismo, donde cualquier orden que comprometa la soberanía estadounidense o que no ponga a los trabajadores estadounidenses como punto central queda dentro de la globalización. Trump expresó ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en septiembre de 2017, que Estados Unidos rechazaba el globalismo en favor del patriotismo, y esta lucha patriótica es con China. Trump dijo, en agosto de 2017, que cuando se convirtió en presidente de Estados Unidos, el país se dirigía en cierta dirección que permitía a China ser más grande que Estados Unidos en poco tiempo; sin embargo, Trump dijo que eso no volvería a pasar.

Una interdependencia amplia que interconecta cadenas de suministro y redes de distribución en todo el Pacífico y que ha visto gran inversión de Estados Unidos en China había llevado a los observadores chinos y estadounidenses a pensar que las actitudes de Trump no eran más que un acto de fanfarronería. Aunque las relaciones pudieran ir mal en algunos momentos, la lógica económica era demasiado grande para ignorarla y favorecía que ambos actores se llevaran bien. Ahora, la inquietud de Estados Unidos ante el crecimiento de China, el aumento del autoritarismo y la fuerza militar de China están anulando la lógica económica.

La imagen de China está cambiando para Estados Unidos. Existe consenso sobre que China tiene una estrategia para hacer retroceder a Estados Unidos e imponer su voluntad en el extranjero, por lo que se necesita una respuesta no titubeante de Estados Unidos. Los jefes del Pentágono y de las agencias de espionaje, califican a China como la mayor amenaza a la seguridad nacional por lo que merece una respuesta de parte de todo el gobierno.

El 4 de octubre del 2018, Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, criticó la actitud de China como una declaración de facto de una nueva Guerra Fría. Denunció la represión interna de China, el estado de vigilancia, la piratería y engaños a través de herramientas diversas para promover su influencia en Estados Unidos. Pence, criticó de manera negativa los programas amigables con China y acusó a China de ejercer presión sobre las universidades de Estados Unidos. Además, acusó al Partido Comunista Chino de obtener propiedad intelectual estadounidense por cualquier medio necesario, con el objetivo de alimentar con esta el Made in China 2025, para dominar las industrias avanzadas. El vicepresidente, también criticó la intimidación a Taiwán y las amplias ambiciones militares de China.

Sin embargo, es necesario recordar. Actualmente, la relación bilateral de China y Estados Unidos es la más grande del mundo aún con guerra comercial, también la diáspora china y los 350 00 alumnos chinos en Estados Unidos significan muchos vínculos. Además China cooperó en las sanciones a Corea del Norte para la restricción de su programa nuclear y su rol ha sido fundamental en la lucha contra los flujos de opioides. Sin embargo, el compromiso ha sido reemplazado por la competencia estratégica y la creciente desconfianza.

La buena relación que llevaron estos países se logró gracias al factor estabilidad que permitió llevar a cabo la apertura de Richard Nixon a China en la década de 1970, donde China y Estados Unidos compartían una desconfianza estratégica frente a la Unión Soviética. Gracias al papel jugado por Estados Unidos en Asia Oriental, China pudo iniciar su apertura al mundo a finales de la década de 1970. Posterior al colapso de la Unión Soviética, la aversión compartida de Estados Unidos y China ya no era la base fundamental de la relación, durante la década de 1990, ambas partes encontraron estabilidad basada en el comercio.

El momento de mayor cercanía entre China y Estados Unidos fue en el 2000, después de que Estados Unidos ayudó a China a convertirse en parte de la Organización Mundial del Comercio. Aunque China estaba construyendo desde 1996, no estaba en posición de enfrentar desafíos regionales frente a Estados Unidos (Taiwán). La clase media china crecía rápidamente y existía la idea de que la China autoritaria podría entrar en un periodo de liberalización de manera interna, tal como lo argumento Robert Zoellick, diplomático estadounidense, y algunos chinos.

Fueron dos hechos fundamentales los que cambiaron la relación entre China y Estados Unidos. En primer lugar, la crisis redujo el liderazgo económico de Estados Unidos, seguido en un colapso en sus mercados de exportación que se tradujo en el despido de 20 millones de chinos que fueron recolocados por el gobierno en proyectos de infraestructura (trenes de alta velocidad, autopistas, vivienda, tratamiento de agua, etc.) El producto interno bruto de China se recuperó, el de Estados Unidos se mantuvo bajo durante varios años. Entre 2006 y 2017 la diferencia del tamaño de las economías de China y Estados Unidos se redujo drásticamente.

El segundo gran cambio, fue el ascenso en 2012 de Xi Jinping, lo que es conocido por los chinos como “la nueva era”. Xi Jinping buscó afianzar el papel principal del estado dentro de la economía después de la crisis, sofocó la disidencia y modernizó el autoritarismo chino. La nueva era de China está marcada por los grandes préstamos a gobiernos con registros poco confiables y por la “Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda”, apoyada por instituciones crediticias que apoyan esta ambición infraestructural y el discurso de la reforma al sistema de gobierno global. China no está adoptando el orden mundial propuesto por Estados Unidos, está tratando de cambiarlo.

La preocupación estadounidense se ha exacerbado gracias a un cambio generacional de la burocracia, los funcionarios públicos que vieron a China como un país pobre en la década de 1990 se están retirando, ahora los jóvenes que dirigen la política sólo han conocido a China como una nación rica y poderosa que rompe las promesas de reforma. Algunos de estos jóvenes han visto su información personal robada por ciberdelincuentes chinos.

Las malas prácticas de China continúan. El 9 de octubre de 2018, CrowdSrtike, compañía estadounidense de seguridad informática publicó un informe sobre intentos de intrusión, donde identificó a China como la fuente más prolífica de ataques de un estado-nación a las redes informáticas de Estados Unidos en la primera mitad de 2018. Esto prueba que el acuerdo de 2015, entre Barack Obama y Xi Jinping, de abstención a intrusiones patrocinadas por el estado para robar propiedad intelectual comercial está en mal estado. La respuesta del gobierno chino ha sido declarar su apoyo a la ciberseguridad y a la protección de la propiedad intelectual, aunque quienes han visto afectada su tecnología dicen que los tribunales chinos no pretenden defender la misma ley para todos. El 15 de octubre del 2018, la agencia china, Xinhua, declaró que Estados Unidos era un ciberdepredador.

El gasto militar de China no se ha modificado mucho en proporción con producto interno bruto, pero teniendo en cuenta el tamaño del producto interno bruto de China y su rápido crecimiento, puede permitirse la compra de muchas armas. China está mejorando la capacidad de sus buques y sus misiles son más abundantes y más avanzados que los de Estados Unidos, algunos, inclusive cuentan con mayor alcance y con algunas otras funciones. Eric Sayers, consultor del Comando Pacífico de Estados Unidos, considera que los planificadores de Estados Unidos deben preocuparse.

China cuenta con una red de satélites y sensores, incluidos islotes en disputa, que pueden canalizar datos hacia esta amplia gama de misiles, lo que hace peligroso a los portaaviones estadounidenses estacionarse cerca de puntos específicos y modifica la estrategia en caso de un enfrentamiento bélico, pudiendo incurrir en riesgos que incluyen pérdidas graves en caso de confrontaciones cerca de las costas chinas. Sin embargo, Estados Unidos tiene una ventaja que China no tiene, aliados, incluido India, Japón y Taiwán. Estados Unidos, India y Japón realizan ejercicios anuales que cada vez son más ambiciosos. En septiembre de 2018, se firmó un acuerdo de intercambio de inteligencia entre Estados Unidos e India, que permitirá el flujo de armas más avanzadas hacia las fuerzas armadas de India. Al mismo tiempo, Estados Unidos y Australia han sondeado la posibilidad de nuevas bases en el Pacífico Sur en Papúa Nueva Guinea y la alianza de inteligencia “Five Eyes”, conformada por Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda que compartirían lo recabado por al inteligencia.

Las líneas de comunicación entre China y Estados Unidos se están cerrando cuando son más necesarias. Un diálogo diplomático entre los ministros de defensa de ambos países, considerado pilar de la relación, iniciado en 2017, fue desechado por China el mes pasado a causa de que las fuerzas armadas chinas cometieron faltas a las sanciones estadounidenses sobre la compra de armas rusas. Aunque las tensiones entre ambas potencias han crecido en otros momentos, lo alarmante del momento es que el grado de tensión ha aumentado sin que exista ningún punto que genere un mejoramiento de las relaciones. La precaución de los funcionarios chinos puede dar un poco de esperanza. Ellos aún esperan reducir las tensiones actuales de la guerra comercial. Aunque los medios de comunicación consideran a Estados Unidos como un acosador, los nacionalistas y propagandistas comunistas no han lanzado una campaña personal contra Trump.

Mientras los funcionarios chinos insisten en que su país sigue comprometido con los mercados abiertos, Li Wei, jefe de Centro de investigaciones para el Desarrollo, establece que esto es por razones de interés propio; considera que China debe seguir abriendo y reformando su economía debido a su necesidad de desarrollo. Li Wei, considera que si China contraataca en la guerra comercial esto es una agresión en defensa de la globalización.

En China, la acusación de que Estados Unidos no toleraría que China se volviera más grande solía ser una visión marginal, ahora existe un debate sobre si esto es cierto y si es un enemigo tan implacable que no tiene sentido hacer concesiones. Esta atmósfera hace que sea más difícil evitar la confrontación comercial. Aun con un acuerdo comercial, la competencia en torno a la seguridad regional podría traer demostraciones de fuerza en mar y cielo, además de errores y choques. Los debates son agudos, inclusive algunos consideran que una costosa carrera armamentista con Estados Unidos es una buena idea. En este momento peligroso, donde la arrogancia y el agravio se combinan, parece sorprendente que hace menos de una generación los líderes chinos aseguraron que solo buscaban un ascenso pacífico.

Datos cruciales: 

1. En los últimos 30 años la demanda de carne de cerdo en China ha superado a la de cualquier otro país.

2. Actualmente hay aranceles de entre 10% y 25% sobre mercancías con valor de 250 mil millones de dólares. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha amenazado con subir hasta un 25% los aranceles, y comenzar con los productos productos restantes con valor de 267 mil millones de dólares.

3. China anunció aranceles sobre 60 mil millones de dólares en exportaciones. Entre los aranceles está incluido un arancel del 25% sobre la soja. Este arancel daña directamente a votantes de Trump, por ejemplo los campesinos de Iowa.

4. Iowa es el segundo principal estado productor de soja es Estados Unidos. El primero es Illinois.

5. La relación comercial de China y Estados Unidos es la más grande del mundo.

6. Existen 350 000 alumnos chinos matriculados en universidades y colegios estadounidenses.

7. El colapso económico de Estados Unidos en 2007-2008 dejó a 20 millones de chinos sin trabajo, tales que después fueron empleados en trabajo de infraestructura masivo

8. En 2006, medido al valor actual del dólar estadounidense, la economía de Estados Unidos era 5 veces más grande que la de Estados Unidos. En 2017 fue sólo un 60% más grande.

9. Gráfica 1.
-En 1990 el producto interno bruto de Estados Unidos, a precios de 2017, era cercano 10 billones de dólares, el de China era inferior a 1 billón de dólares, a precios de 2017. (El Banco Mundial reporta que en 1990 el Producto de Estados Unidos y de China era de 5.75 mil millones de dólares y 356 mil millones de dólares, respectivamente).
-En 2017, el producto interno bruto de Estados Unidos era de 19.39 billones de dólares, mientras que el de China era de 12.24 billones de dólares.
-El gasto de defensa de Estados Unidos en 1990, a precios de 2017, era cercano a 500 mil millones dólares, el de China era inferior 100 mil millones dólares.
-En 2017, el gasto de defensa de Estados Unidos es cercano a 600 mil millones de dólares (incluyendo contingencias) y de poco más de 500 mil millones de dólares según su presupuesto base. El de China es ligeramente superior a 200 mil millones de dólares.

10. Mapa 1. Mapa que muestra la situación geopolítica en el Mar oriental de China y en el Mar del Sur de China.

-Aliados de Estados Unidos: Vietnam, Filipinas, Taiwán, Corea del Sur y Japón,

-Puertos navales de Estados Unidos en la zona: 1 en territorio de Corea del Sur, 3 en territorio de Japón (1 en Okinawa, Japón) y 1 en Guam.

-Sistema de misiles tierra-aire de China: Península de Shandong, cerca de Shangai, frente a la isla de Taiwán, península de Leizhou, Islas Paracelso e Islas Spratly.

-Sistema de misiles crucero de China: Islas Spratly, Isla de Hainan, frente a la isla de Taiwán, cerca de la isla de Zhoushan.

-Puertos navales de China: Más de 20 puertos según el mapa de The Economist

-Rango de longitud de los misiles chinos:

*Misil Antibuques DF-26: Rango de 4 000 km (con capacidad de objetivos más allá de H-6K Bomber)

*Misil H-6K Bomber: Rango de 3 300 km (con capacidad de objetivos más allá de la isla de Guam)

*Misil Antibuques DF-21D: Rango 1 500 km (con capacidad de objetivos incluidos Taiwán, Japón, Corea
del Sur y Filipinas.

*Misil anti barcos/ misil de crucero y Misil antiaéreo: Rango 400 km (con capacidad de objetivos
incluido Taiwán)

Nexo con el tema que estudiamos: 

La crisis en 2008 modificó el rumbo de la hegemonía estadounidense consolidando a un nuevo competidor que aprovechó el momento invirtiendo en proyectos de infraestructura que lograron absorber su capital excedente: China. La brecha económica entre Estados Unidos y China va haciéndose cada vez más pequeña, y con esta otras brechas (militar, de seguridad, etc.) haciendo que China luzca cada vez más como un sujeto que disputa la hegemonía estadounidense y que representa un peligro real.

China usa a su favor la globalización, aprovechando los flujos de tecnología y las inversiones, haciendo su mercado más grande y disputando espacios que anteriormente Estados Unidos controlaba sin temor de disputa.

Los proyectos comerciales de China y sus proyectos de posicionamiento geopolíticos, en un momento difícil en Estados Unidos, van ganando presencia, sin embargo, ambos países deben ser cuidadosos con sus movimientos, una guerra comercial entre ambos gigantes puede llevar a daños colaterales, sin embargo, también es un momento de oportunidad para otros países.