Actualmente la inversión china en los países europeos ha aumentado drásticamente, de hecho, en 2016 la inversión aumentó 20 000 millones de euros más que en 2015. Estas inversiones son respaldadas por el estado chino, y son una muestra de las acciones del Partido comunista para evitar que Europa ayude a Estados Unidos a contener el crecimiento de China. De hecho, hasta ese año los países más fuertes de Unión Europea estaban de acuerdo con la inversión china, hasta que comenzaron a notar una gran afluencia de dinero y de poder que estaba ganando China a raíz de estas inversiones, algo que comenzó a preocupar principalmente a los países más pequeños de Unión Europea.

Este agrupamiento regional se ha mostrado más unido, como estrategia para contener estas inversiones. Sin embargo, los resultados han sido complicados, pues sigue habiendo una fuerte afluencia de inversión China. La mayor parte de las inversiones chinas en Europa son firmas aprobadas por el estado y fondos de inversión en sectores particulares como energía, productos químicos e infraestructura. En la actualidad China es propietaria de la mayor parte de las empresas más importantes en Suiza, Grecia, Gran Bretaña e Italia, en rubros como laboratorios, puertos, centrales nucleares, aeropuertos, y automóviles

En su camino, China ha ido invirtiendo regionalmente. En Europa oriental se ha centrado en la infraestructura que fortalece los vínculos entre los proyectos del viejo continente y los proyectos BRI que se presentan más al este. En el sur, participaron en la fuerte racha de privatizaciones durante y después de la crisis que se dio en la zona euro. En Portugal adquirieron acciones en aeropuertos, aerolíneas, hoteles y en la principal empresa de electricidad del país, mientras que en Grecia se aportó un capital importante durante la crisis. Pero las mayores cantidades de dinero chino se han ido a Europa occidental, como en Gran Bretaña y Alemania, en donde su estrategia ha sido comprar aquellas empresas de alta tecnología que le permiten cumplir su objetivo de ser un país más industrial y tecnológicamente autosuficiente, lo que preocupa a Alemania, porque China está apoderándose de las empresas más pequeñas y especializadas que son pieza fundamental en la economía del país.

¿Pero esto es lo que China había querido hacer realmente? aparentemente solo estaba interesada en provocar el colapso de Unión Europea, pero no, el país chino tenía una estrategia y era aprender de las riquezas que posee Europa, de las ventajas de la apertura comercial, del capitalismo europeo, especialmente del modelo de mercado social nórdico, y ver a Unión Europea como igual. Lo cual hicieron muy bien, pues ahora son los líderes chinos los que brindan conferencias a los embajadores europeos sobre los fracasos de occidente. En la actualidad algunos europeos tienen la firme creencia de que China planea dividir y conquistar el continente, o que está mostrando un comportamiento más oportunista. Pero en esencia, es más bien considerada como la esencia del interés propio, donde Europa es un medio para un fin.

Pero sin duda su meta es convertirse en una super potencia, moderna y avanzada. Y Europa es una región que puede ayudarla a alcanzar ese objetivo, especialmente desde que China ya no considera a Europa como socio y que no le tiene ningún respeto. Actualmente, Europa se ha convertido en un lugar, en donde China puede hacer compras capaces de neutralizar la oposición a su política exterior y mantenerla. Un buen ejemplo es CEFC China Energy, una empresa enorme dedicada a la energía y con vínculos en la inteligencia militar China, que llegó de compras a Praga en 2015 a un grupo financiero, a una aerolínea y al segundo equipo más importante de fútbol de Praga, sin dejar de lado que contrató a varios líderes checos que posicionó dentro de su equipo de trabajo. Cabe destacar que en 2018, cuando el consejero europeo buscaba establecer nuevas reglas respecto a las inversiones, la República Checa fue de los países que no apoyaron el acuerdo.

Este ejemplo, es la forma en que generalmente China trata a los países europeos, siempre busca que el trato sea uno a uno y que su ventaja sea mayor. Sus cumbres anuales 16+1 con los estados de Europa central y oriental, en realidad son 16 cumbres uno a uno, en donde cada país trata con China en sus propios términos. El mal trato que mostró Europa occidental ha hecho que el país chino se vuelva una mejor opción. De hecho, el primer ministro autocrático de Hungría declaró que si Unión Europea, no proporciona el apoyo financiero necesario, recurrirán indudablemente a China. Algo que China sabe aprovechar muy bien, pues es experta en respetar los protocolos para resaltar, lo que agradecen especialmente los países pequeños.

Una de las vulnerabilidades de Europa es su ingenuidad, pues mientras que Estados Unidos y Australia eran más renuentes, Europa pensaba que China se abriría y se liberalizaría conforme se fuera integrando con Occidente. Hasta que Alemania se dio cuenta que China no cambiaría a través de las relaciones comerciales, sino que se convertiría en un competidor y que no garantizaría la cooperación China. Mientras que China solo ha estado empujando constantemente para saber hasta dónde puede llegar, Europa ha tenido que soportar que las inversiones no siempre tengan el éxito esperado. Pues una creciente mala temporada de errores, junto con la negativa del gobierno chino a abrir sus mercados a las inversiones en Unión Europea, ha generado incertidumbre en los gobiernos europeos respecto al flujo de las grandes cantidades de efectivo.

Gran Bretaña que ha abandonado a Unión Europea, y con su urgencia por encontrar inversiones y acuerdos comerciales, podría quedar susceptible a que el país chino actué de la misma forma. Sin embargo, en los últimos años ha mejorado notablemente sus políticas. De hecho, en la última cumbre 16+1 los estados de Europa central y oriental, liderados por Polonia, han cuestionado a China sobre la efectividad de sus inversiones en sus países. Mientras que Alemania y Francia han reforzado sus leyes para evaluar las inversiones, y han pedido a Unión Europea que establezca un marco legal general para toda Europa.

Pero para poder cambiar de dirección, la ley resultante debería ser publicada en los libros de estatutos antes de las elecciones del parlamento europeo de 2019. Aunque esta dejaría el control final sobre las evaluaciones a los gobiernos de cada nación, lo que obligaría a difundir información y normas a todos los estados miembros. Pero para que exista un cambio contundente en los estados europeos, implica que se hagan más acciones a nivel continente. Unión Europea tomó una medida adoptada por China en 2016, en la que se espera más cooperación entre los miembros de 16+1 para poder coordinar mejor sus posiciones.

Conseguir que los países que participaban anteriormente como miembros participen es difícil, sin embargo, Europa está tomando una dirección clara, y está tratando de proponer diversas soluciones, como mejorar los controles sobre las compras de activos subsidiadas por el estado por parte de las empresas chinas, y porque haya normas contables más estrictas, así como de mejorar la competitividad y proyectar eficazmente la apertura que siempre han mostrado. Este es sin duda el mayor desafío que Europa debe enfrentar, mantenerse abierta al tiempo que bloquea a los países que pretendan abusar de sus políticas de gran apertura. En 2018 sería ideal que Europa reflexionara sobre las palabras del presidente chino de no perder la oportunidad de aprender de lo pasado y poder avanzar.