Superpowers and technology. Chip wars: China, America and silicon supremacy. America cannot afford to ignore China's semiconductor ambitions. It cannot simply tame them, either

Cita: 

The Economist [2018], "Superpowers and technology. Chip wars: China, America and silicon supremacy. America cannot afford to ignore China's semiconductor ambitions. It cannot simply tame them, either", The Economist, London, 29 de noviembre, https://www.economist.com/leaders/2018/12/01/chip-wars-china-america-and...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Noviembre 29, 2018
Tema: 
La guerra entre Estados Unidos y China por la industria de chips
Idea principal: 

El conflicto comercial que más importa entre Estados Unidos y China es una lucha del siglo XXI por la tecnología, esta lucha va desde inteligencia artificial (IA) hasta equipos de red. El campo de batalla fundamental está en los semiconductores. En la industria de chips es donde el liderazgo industrial de Estados Unidos y las ambiciones de China se enfrentan de manera más directa.

Esto debido a que los chips de computadora son los cimientos de la economía digital y la seguridad nacional. Esto porque son utilizados por los automóviles, las computadoras, los bancos, pero también por los ejércitos.

Según The Economist, China se encuentra muy atrás de alcanzar a Estados Unidos en la producción de chips, e incluso depende gran parte de la importación de éstos. Sin embargo, China dejó claro su intención de ponerse al día. En 2014, el gobierno de Beijing anunció un fondo de inversión de 1 billón de yuanes (150 mil millones de dólares) para mejorar su industria nacional. Los semiconductores ocupan un lugar destacado en “Made in China 2015”, un plan nacional de desarrollo emitido en 2015.

La preocupación de parte de Estados Unidos de que China logre crear una industria de vanguardia de chips preocuparon incluso a Barack Obama, quien impidió que Intel vendiera algunos de sus mejores chips a China en 2015 y obstaculizó la adquisición de una fabricante de chips alemán por parte de una empresa china en 2016.

Aunque esta batalla haya iniciado antes de Trump, en su presidencia se ha intensificado. Logró bloquear la oferta de una empresa de Singapur por temor a la competencia china, también una prohibición de exportación de vender chips y software estadounidenses a ZTE, una empresa china de telecomunicaciones.

Según The Economist, dos cosas han cambiado. Estados Unidos se ha dado cuenta de que su ventaja tecnológica le otorga poder sobre China, por ello han impuesto controles y restricciones más amplias sobre las tecnologías emergentes. Además, los incentivos de China para convertirse en autosuficiente en semiconductores han aumentado. Los gigantes tecnológicos chinos como Alibaba, Baidu y Huawei están apostando dinero para hacer chips y China ha demostrado que puede obstaculizar empresas estadounidenses.

Ambos países están preocupados por la situación actual y están haciendo todo lo posible, tanto Estados Unidos por mantenerse por delante como China por intentar ponerse al día. La pregunta que lanza The Economist es qué tan lejos irá Estados Unidos, porque al final las industrias dependen mucho de la globalización y de proveedores extranjeros. China es un mercado enorme para muchas empresas, tratar de dividir la industria perjudicaría a los productores y consumidores de Estados Unidos.

La realidad es que el progreso de China será difícil de detener, se está apoyando fuertemente en los recursos estatales y corporativos para lograr sus objetivos. Cuenta con programas de incentivos para atraer talento de ingeniería de otros lugares, especialmente de Taiwán. El intento de China de convertirse en una potencia de semiconductores global está cronológicamente programado.

Por lo tanto, para The Economist el enfoque para Estados Unidos tiene tres líneas. El primero es trabajar con sus aliados en Europa y Asia para seguir rechazando las prácticas chinas injustas (como la transferencia de tecnología forzada y el robo de propiedad intelectual) en la Organización Mundial de Comercio, y bloquear las inversiones chinas internas cuando la seguridad lo justifique. El segundo es fomentar la innovación doméstica, se necesita más apertura al talento. Y el tercero es prepararse para un mundo en el que los chips chinos son más poderosos y dominantes.

Datos cruciales: 

-Las empresas estadounidenses y sus aliados, como Corea del Sur y Taiwán, dominan las áreas más avanzadas de la industria de chips.

-China sigue dependiendo del suministro de chips de alta gama, gasta más en importaciones de semiproductores que en petróleo. La lista de las 15 principales empresas de semiconductores por ventas no contiene un solo nombre chino.

-Barack Obama, en un informe de la Casa Blanca antes de dejar el cargo, recomendó tomar medidas contra los subsidios chinos y la transferencia forzosa de tecnología. Taiwán y Corea del Sur tienen políticas para detener las compras de empresas nacionales de chips por parte de las chinas y para impedir los flujos de propiedad intelectual.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Como se menciona brevemente en una parte del artículo la industria de chips no es únicamente útil para el desarrollo de la economía nacional de China o Estados Unidos, también es muy útil para la seguridad nacional y la guerra, porque los chips son empleados en múltiples dispositivos y actividades. Por ello, la disputa que existe entre Estados Unidos y China por controlar la industria de chips tiene intenciones mucho más complejas que simplemente ganar económicamente.