In a hole. Glencore's attempt at reinventing mining has run into trouble. Mining's most risk-hungry company is under pressure to change its culture

Cita: 

The Economist [2018], "In a hole. Glencore's attempt at reinventing mining has run into trouble. Mining's most risk-hungry company is under pressure to change its culture", The Economist, London, 29 de noviembre, https://www.economist.com/business/2018/12/01/glencores-attempt-at-reinv...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Noviembre 29, 2018
Tema: 
El escandalo de Glencore en la extracción de cobalto en la República Democrática del Congo
Idea principal: 

Kamoto Copper Company se ha encargado de cavar un agujero de 280 metros de profundidad ubicado al sur de la República Democrática del Congo. El mineral que excavan es el cobalto. Este mineral es enviado a China, país donde las corporaciones tecnológicas lo utilizan como el componente más caro de una batería que alimenta un teléfono inteligente y a un automóvil eléctrico.

Glencore es la corporación suiza que controla la mina congoleña. Durante los últimos años, Glencore se ha infiltrado entre grandes compañías mineras globales que se remontan a la época colonial, entre ellas Rio Tinto y Anglo American.

Los negocios de Glencore en el Congo lo han conducido a un problema, pues las autoridades en Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña están investigando si los ejecutivos de la corporación suiza, desplegaron prácticas ilícitas para impulsar el negocio. Los inversores han comenzado a cuestionar las perspectivas de la empresa; el precio de sus acciones se ha desplomado. Las otras empresas mineras, una vez alentadas a emular la cultura agresiva de Glencore, ahora se preguntan si su enfoque anticuado podría no tener más mérito después de todo. A diferencia de los fondos de cobertura, los comerciantes de productos básicos no hacen dinero a partir de los precios fluctuantes, sino resolviendo la forma de obtener el mejor precio para los productos que ofrecen.

En los últimos años Glencore ha otorgado préstamos a empresas petroleras estatales en Libia y al Kurdistán iraquí para ser reembolsadas en barriles. Ese truco funciona siempre y cuando el "estado" en cuestión mantenga el control de los campos petroleros, afirma The Economist. Glencore maneja más de 90 productos, desde soja hasta aluminio.

A pesar del escaso conocimiento en ingeniería, los ejecutivos de Glencore optaron por comprar minas en lugar de asegurar la extracción del mineral de otras maneras (contratos, etc.). Su transformación se completó en 2013 cuando la empresa tomó el control total de Xstrata, una empresa de carbón y metales. Ahora Glencore es un grupo minero; aproximadamente 8.6 mil millones de dólares (mmdd) de sus ganancias operativas provienen de la extracción. A pesar de esto, en ocasiones reduce su propia producción para respaldar los precios (algo similar a lo que hace la OPEP con el petróleo). Los inversionistas que compraron acciones de Glencore en ese momento perdieron el 48% de su dinero desde 2011, un rendimiento peor que cualquiera de sus grandes competidores en minería, excepto Anglo American. El Sr. Glasenberg no detectó una fluctuación en el precio de las materias primas en 2015. Se requirió una infusión de capital de 2.5 mmdd para realizar el balance. Después de recuperarse, sus acciones han vuelto a caer desde el inicio de 2018 y se han negociado a tan solo 7. 3 veces.

No obstante, la estrategia se sustenta en la recuperación de minas de carbón que los rivales se han visto obligados a vender por las demandas de activistas ambientales. Glencore ha invertido también en Rusia, un destino temido por otras empresas mineras; la empresa tiene participaciones en Rosneft y Rusal, ambas empresas petroleras y de aluminio rusas, quienes enfrentan una lucha contra las sanciones estadounidenses.

Lo más preocupante para los inversionistas ha sido su inversión en el Congo, un país evitado por considerarlo demasiado arriesgado por los grandes rivales de Glencore. Las difíciles condiciones han requerido una inversión de 7 mmdd para mejorar sus minas allí. El panorama fue positivo para los inversionistas, pues el aumento en el precio del cobalto fue favorable para la situación.

Pero justo cuando la producción se incrementó, el panorama político empeoró. Los viejos acuerdos para congelar las regalías pagadas por Glencore han sido casi destruidos por el gobierno. Glencore canceló 5.6 mmdd que prestó a una empresa conjunta con una minera propiedad del gobierno, a cambio de capital. Para aumentar sus problemas, en noviembre se descubrió que el cobalto en Kamoto estaba contaminado con uranio. Sin embargo, la radiactividad no es el mayor problema de Glencore en el Congo. Desde que invirtió por primera vez hace una década, se ha basado en una alianza muy arraigada con Dan Gertler, un controvertido empresario israelí que comenzó en el comercio de diamantes. Las autoridades estadounidenses que tienen al señor Gertler en la mira.

La aplicación de la ley Global Magnitsky, persigue a extranjeros acusados de corrupción y violaciones a los derechos humanos, fue aplicada por primera vez para atacar los delitos rusos. En 2017 el señor Gertler estuvo involucrado en el caso 13 cleptocrátas que fueron acusados por delinquir la ley Global Magnitsky. A pesar de esto, las relaciones que mantiene con Glencore son sólidas y prósperas. The Economist afirma que Glencore pudo haber sabido la reputación desde el principio y aun así continuaron los negocios. Durante 2016, antes de que fuera sancionado, Glencore compró sus minas, incluida Kamoto, por 534 mdd, pero dicho acuerdo otorgó los beneficios necesarios a su antiguo propietario calculados en más de 20 mmd en 2018 y 100 mmd para 2019. Cuando Glencore se negó a realizar estos pagos, el Sr. Gertler presentó una demanda con el objetivo de cancelar las operaciones de la corporación en el Congo.

Glencore ha insistido en que no violaba las sanciones estadounidenses. Sin embargo, este ha sido el caso que podría considerarse un sabotaje industrial autoinfligido: el Congo es la fuente de dos tercios del cobalto mundial, un elemento que es crucial para la electrónica moderna. Si Glencore abandona el Congo, los mineros chinos ya están activos allí. En efecto, tres semanas después de que Glencore pagara parte de las cuotas de este año al Sr. Gertler, el 3 de julio de 2018 anunció que había recibido una citación del Departamento de Justicia de Estados Unidos con respecto al cumplimiento de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, "Pagar a Gertler fue un dedo descarado en el ojo de las autoridades de Estados Unidos", dice un alto ejecutivo de una empresa rival. "No se puede hacer eso y esperar salirse con la suya". La situación podría empeorar si Glencore anuncia públicamente sus intenciones de pagar al Sr. Gertler el dinero restante.

A partir de estos hechos, el valor del mercado de Glencore se redujo en 5 mmdd de acuerdo con los informes del Departamento de Justicia, una cantidad cinco veces mayor a la multa impuesta por dicho organismo. Eso refleja el temor de los inversionistas no solo a una gran sanción, sino también a que las autoridades estadounidenses podrían en efecto forzar un cambio de dirección en la compañía. Glencore ha sido el escándalo más destacable durante los últimos años que llamó la atención de las autoridades estadounidenses, pues algunos analistas estiman que en el Congo, al menos antes de sus problemas actuales, representó alrededor de una cuarta parte del valor de mercado de Glencore, ahora estimado en 51mmdd. Aun así existen preocupaciones sobre las sanciones que ha enfrentado Glencore, pues el comercio de materias primas se alimenta de un financiamiento bancario amplio y accesible. Glencore tiene 33 mmdd en bonos y préstamos pendientes. Teniendo en cuenta sus accionistas solidarios, 30% son empleados de Glencore y el fondo de riqueza soberana de Qatar tiene un 8,5% más. Los prestamistas de la empresa son la fuente más probable de presión sobre modelo de negocio.

Sin embargo, a algunos ejecutivos de la industria les preocupa que Glencore se esté convirtiendo la minería en la nueva banca, es decir, en un sector perseguido agresivamente por las autoridades estadounidenses, con el poder de dictar nuevas caras en la parte superior de corporaciones que están en vías del fracaso.

Un ejemplo de esta situación se dio en HSBC en México. El lavado de dinero por parte del banco del dinero proveniente de los cárteles de drogas le hizo merecedor de una multa de 1.9 mmdd en 2012. Ahora las cuestiones giran en torno al fin de la era Glasenberg. Una vez realizada la elección de un nuevo director ejecutivo habrá que hacer una lectura del comportamiento de la industria y en específico del comportamiento de la corporación una vez superado el escándalo.

Datos cruciales: 

1) Los rendimientos de capital en la operación de Glencore pueden superar el 40% anual.

2) Sin embargo, los inversionistas que compraron acciones de Glencore han perdido el 48 % de su dinero desde 2011.

3) Gráfica. Exhibe el rendimiento de las principales empresas mineras a partir de las inversiones y cuantifica el cociente de las ganancias de precios.

4) Glencore no detectó una fluctuación en el precio de las materias primas en 2015. Se requirió una infusión de capital de 2.5 mmdd para arreglar el balance. Después de recuperarse, sus acciones volvieron a caer desde el inicio de 2018 y se negociaron a solo 7.3 veces las ganancias estimadas de este año.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La observación que hace The Economist sobre la corporación Glencore es el ejemplo de una empresa y la relación que mantiene con diversos aspectos, geográficos, jurídicos, ambiantales y geopolíticos. En efecto, esta situación exhibe las capacidades y relaciones que mantienen las empresas con sus accionistas y la necesidad de un aparato regulador que sanciones cualquier violación a los derechos humanos y a la corrupción. Efectivamente, el mercado nos muestra la incosistencia con leyes jurídicas aplicadas en un contexto internacional que reivindica la función de las empresas sin nacionalidad.