Making it in America. American manufacturing companies have a spring in their step. The scaling back of Foxconn's plans to make televisions in Wisconsin is offset by other good new

Cita: 

The Economist [2019], "Making it in America. American manufacturing companies have a spring in their step. The scaling back of Foxconn's plans to make televisions in Wisconsin is offset by other good news", The Economist, London, 9 de febrero, https://www.economist.com/business/2019/02/09/american-manufacturing-com...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Febrero 9, 2019
Tema: 
El crecimiento económico de empresas manufactureras durante la administración Trump
Idea principal: 

Foxconn, un gigante de fabricación por contrato taiwanés mejor conocido por ensamblar los iPhone de Apple llegó a Wisconsin, en Estados Unidos. En 2017 la corporación anunció planes para construir una gran fábrica para televisiones de alta gama. Desde hace tiempo los fabricantes de productos electrónicos habían abandonado a Estados Unidos por ir a países donde la producción es más barata, especialmente China, por lo que la inversión retrocedió.

No obstante, los planes de esta compañía están cambiando pues ha descubierto que es difícil conseguir miles de habitantes en el medio oeste de Estados Unidos que trabajen largas horas en líneas de ensamblaje por un salario relativamente bajo. El presidente de Estados Unidos Donald Trump intervino personalmente y pidió al jefe de Foxconn, Terry Gou, que no se retirara. Sin embargo, Foxconn ha reducido sus planes de fabricación masiva. A primera vista, la inversión de Foxconn confirma que la manufactura estadounidense está en problemas.

Otras empresas están tomando decisiones similares. Electrolux, un gigante sueco de línea blanca, anunció en 31 de enero de 2019 que cerrará una planta de fabricación de hornos en Memphis, Tennessee. Culpó a los costos más altos derivados de las tarifas del gobierno de Trump al acero y al aluminio importados. El 28 de enero de 2019, Caterpillar, un legendario fabricante estadounidense de equipo pesado, reportó que las ganancias fueron decepcionantes durante el cuarto trimestre de 2018 debido, en parte, a la desaceleración de la economía de China, que ha sido golpeada por la guerra comercial de Estados Unidos.

No obstante, no todo va mal para la industria manufacturera estadounidense. Esta se ha recuperado de la crisis financiera de 2008. El presidente Trump se adjudica la mayor parte del crédito. La reforma fiscal que impulsó, aprobada a fines de 2017 por el Congreso, redujo las tasas de impuestos corporativos, hizo que la inversión de capital fuera más atractiva y redujo el incentivo para que las multinacionales estadounidenses acumulen efectivo en el extranjero. Aunque algunas corporaciones han usado los beneficios de la reforma fiscal para realizar recompras de acciones, parece que la mayor parte de las grandes corporaciones están aumentando sus inversiones en plantas y equipo en Estados Unidos.

Las tendencias económicas que apuntaban a mejorar la competitividad y las ganancias de las empresas estadounidenses fueron un antecedente previo a la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Un nuevo análisis realizado por Boston Consulting Group, una consultoría, muestra que el costo de fabricación se está aproximando a la paridad de las dos superpotencias económicas, mientras que hace 15 años los costos chinos estaban por debajo de un octavo. Los investigadores concluyen que desde 2011 hasta 2016 casi dos tercios de los fabricantes en Estados Unidos, nacionales y extranjeros, en los sectores líderes, estaban localizando su cadena de abastecimiento, mientras que solo una cuarta parte la estaba globalizando. Desde el triunfo de Donald Trump, los precios más altos del petróleo han ayudado a las empresas manufactureras vinculadas con la industria energética.

Este mismo informe advierte sobre los errores cometidos por Foxconn en Wisconsin. La electrónica estuvo entre los sectores que menos relocalizó su producción dentro de las fronteras de Estados Unidos durante el período estudiado. Esto se debe a que las cadenas de suministro electrónico y los ecosistemas de innovación en China son altamente especializados, eficientes y difíciles de duplicar.

Asimismo, la manufactura en Estados Unidos parece tener un futuro promisorio. Trumpf, una corporación alemana que se ubica entre los mayores proveedores mundiales de máquinas-herramienta, cuenta entre sus clientes a íconos industriales estadounidenses tales como John Deere, un fabricante de tractores, y Toro, que fabrica cortadoras de césped. Trumpf ha gastado unos 30 millones en la construcción de una fabrica en Chicago, cerca de sus clientes industriales.

John Carey, fundador de Carey Manufacturing, relata a The Economist la experiencia de su pequeña empresa. La corporación fabrica componentes de automóviles, asas metálicas y cierres para cosas como cajas de herramientas. Incapaz de enfrentar una gran cantidad de importaciones chinas baratas alrededor del año 2000, subcontrató operaciones a empresas en China, pero descubrió que era una carrera hacia el fondo en calidad y precio. En 2014, relocalizó la producción dentro de Estados Unidos. Carey Manufacturing invirtió 2.5 millones de dólares en equipos de Trumpf. Los consumidores quieren productos en una variedad cada vez mayor, a pedido, y las herramientas avanzadas de Trumpf permiten que incluso los pequeños fabricantes como Carey sean ágiles. Carey está creciendo: en 2019 espera recibir 4 millones de dólares en ingresos a partir de las líneas de producción que relocalizó, más del doble que hace tres años.

El Sr. Carey elogia a Trump por hacer frente a los injustos subsidios de China, pero lo cuestiona por sus aranceles de aluminio y acero, que han aumentado sus costos. Al igual que Foxconn, el gran reto para su empresa es encontrar suficientes trabajadores calificados. Estados Unidos necesita un sistema de aprendizaje como el de Alemania, dice. En lugar de gastar miles de millones en un muro fronterizo con México, argumenta, Trump debería gastar el dinero ayudando a desarrollar una fuerza de trabajo altamente calificada, concluye The Economist.

Datos cruciales: 

1.Después de garantizar una cantidad de más de 4 mil millones de dólares en subsidios de Wisconsin, Foxconn prometió crear 13 mil empleos, muchos de ellos en la línea de ensamblaje, con un salario promedio anual de 54 mil dólares.

2.Según la Oficina de Estadísticas de Trabajo, el empleo en la industria manufacturera aumentó en 261 000 empleos en 2018, alcanzando un total de 12.8 millones de empleados, después de otro aumento en 2017, de 207 000 empleos.

3.Gráfica 1. Exhibe el incremento de empleados en el sector industrial y de manufactura desde el año 2000. En la misma gráfica podemos observar una caída durante la crisis financiera de 2008 y la alza que ha tenido durante los últimos 11 años.

4.El índice de gerentes de compras manufactureras del Instituto de Gestión de Suministros, un indicador muy observado, subió a 56.6 en enero desde 54.3 en diciembre.

5.Los analistas de Goldman Sachs, un banco de inversión, estiman que las grandes corporaciones industriales del índice s&p 500 durante el primer trimestre de 2018 gastaron 460 mil millones de dólares en gastos de capital, frente a los 400 mil millones de dólares en el mismo periodo en 2017.

6.La inversión extranjera directa en la manufactura estadounidense se disparó aproximadamente 185 mil millones de dólares durante los primeros nueve meses de 2018, en comparación con menos de 100 mil millones de dólares en 2017.

7.Gráfica 2. La tabla demuestra índice de costo del sector de la manufactura en comparativa de los años 2004 y 2018, y los principales países donde se demuestra este cambio a partir de la media y convergencia que mantienen con Estados Unidos.

8.Las ventas de Trumpf aumentaron 21% a 699 millones de dólares en el año, hasta junio de 2018, y alcanzaron los 400 millones de dólares en la segunda mitad de 2018.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La Guerra comercial emprendida con la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos ha sido considerado un punto de quiebre para las relaciones comerciales con China. No obstante, este fenómeno de centralización ha beneficiado al sector de la manufactura en Estados Unidos, pues las reformas fiscales han contribuido al desarrollo económico de las empresas y al fortalecimiento de las relaciones con el Estado. Así mismo, la relación con nuevos los clientes proyectan un nuevo horizonte industrial para Estados Unidos. Así pues, los costos de la guerra deben ser analizados, pues podemos encontrar algunos beneficios que mantengan y despeguen la economía estadounidense.