El agua que se utiliza para la elaboración de los productos no es perceptible a simple vista, a este recurso escondido en casi todas las mercancías se le ha denominado “agua virtual”. De esta manera, este recurso hídrico se convierte en una pieza clave para el comercio internacional, pues a partir que los productos salen a la venta, el agua con la que han sido elaborados también es vendida.

Un desequilibrio dentro del intercambio comercial también afectaría la distribución del intercambio del agua virtual. Así lo deja ver la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China. En 2017 el país asiático era el mayor socio comercial de la potencia norteamericana, China exportó una gran cantidad de productos con agua virtual hacia territorio estadounidense, actualmente la guerra comercial ha frenado el comercio entre estas dos naciones.

Sin embargo, las consecuencias de la guerra comercial podrían ser graves. Estados Unidos se ha convertido en el mayor importador de agua virtual en el mundo, así como China es actualmente el más grande exportador de este medio, por este hecho, la razón más preocupante para ambas naciones sería enfrentarse a una escasez de agua. El agua dulce que se acumula en Estados Unidos es mucho más grande que la presente en territorios de China. Con la problemática de la guerra comercial, el comercio de agua virtual se ha desequilibrado, actualmente China recibe menos agua virtual de la que exporta hacia Estados Unidos. El intercambio desigual en cuanto a productos ricos en este elemento se presenta principalmente a través de importaciones que van desde China a Estados Unidos; son las industrias de fabricación de maquinaria, la agricultura y la elaboración de textiles las principales fuentes de donde provienen esos productos que viajan desde Asia hasta América.

Por otro lado las consecuencias de este percance no son sólo económicas, pues mientras que China produce y exporta más productos que ocupan mayor cantidad de agua hacia Estados Unidos, también está gastando y contaminando sus reservas de agua dulce; por ejemplo, a través de la industria textil se ocupan 40,000 litros de agua por kilogramo de textil, si a esto le sumamos el hecho de que este país es el encargado de producir el 65% de la ropa en el mundo y a cambio está recibiendo menos cantidad de agua virtual, tenemos como resultado una situación alarmante para el agua potable del país asiático. De esta manera, los gobiernos en disputa –especialmente el gobierno de China- debería de poner énfasis en este problema la siguiente vez que decidan negociar un acuerdo para frenar su guerra en el mercado.