Geopolitics. The new scramble for Africa. This time, the winners could be Africans themselves

Cita: 

The Economist [2019], "Geopolitics. The new scramble for Africa. This time, the winners could be Africans themselves", The Economist, London, 9 de marzo, https://www.economist.com/leaders/2019/03/07/the-new-scramble-for-africa

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Marzo 9, 2019
Tema: 
El nuevo escenario geopolítico de África
Idea principal: 

La primera oleada de interés de interés extranjero en África fue cuando los colonos europeos del siglo XIX dividieron el continente y se apoderaron de la tierra de los africanos. El segundo momento fue durante la Guerra Fría, cuando Oriente y Occidente compitieron por la lealtad de los nuevos estados africanos independientes; la Unión Soviética apoyó a los tiranos marxistas, mientras que Estados Unidos apoyó a los déspotas que decían creer en el capitalismo. Un tercer momento, ahora en curso, puede ser más benigno afirma The Economist. Gobiernos y empresas de todo el mundo se apresuran a fortalecer los lazos diplomáticos, estratégicos y comerciales en el continente africano.

El nivel de vinculación extranjera con África no tiene precedentes. En cuanto a la diplomacia, de 2010 a 2016 se abrieron más de 320 embajadas en África, probablemente el mayor auge de la construcción de embajadas en la historia. Sólo Turquía abrió 26 y durante 2018 India anunció que abriría 18 embajadas. En materia militar, los lazos también se están profundizando. Estados Unidos y Francia están prestando fuerza y tecnología a la lucha contra el yihadismo en el Sahel. China es el mayor vendedor de armas en África subsahariana y tiene vínculos de tecnología de defensa con 45 países. Rusia ha firmado 19 acuerdos militares con Estados africanos desde 2014. Los estados árabes ricos en petróleo están construyendo bases en el Cuerno de África y contratando mercenarios africanos.

En 2006, los tres socios comerciales más importantes de África fueron Estados Unidos, China y Francia. Para 2018, China fue el primer socio, India segundo y Estados Unidos bajo a tercero. Durante este mismo período, el comercio en África se ha triplicado con Turquía e Indonesia, y se ha cuadriplicado con Rusia. Las mayores fuentes de inversión extranjera directa siguen siendo las empresas de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, pero las corporaciones chinas, incluidas las empresas de propiedad estatal, se están recuperando, y los inversores de la India y Singapur están ansiosos por unirse. No obstante, aún existen sesgos ilícitos dentro de las inversiones. Los líderes africanos corruptos, los cuales todavía abundan, siempre pueden encontrar habilitadores extranjeros para lavar el botín. Y los contratos con firmas de países que se preocupan poco por la transparencia, como China y Rusia, a menudo son confusos. Prueba de esto ocurrió en 2018 cuando fueron asesinados tres periodistas rusos que investigaban a un grupo de mercenarios vinculados al Kremlin que, según informes, protegen al presidente de la República Centroafricana desgarrada por la guerra y la extracción de diamantes.

A pesar de esto, el compromiso ha sido favorable para los africanos. Los inversionistas extranjeros construyen puertos, venden seguros y traen tecnología móvil. Existe un desarrollo industrial por empresas chinas en Etiopía y Ruanda. Turkish Airlines vuela a más de 50 ciudades africanas. Aún así, los africanos pueden hacer más para aumentar su parte de los beneficios.
Primero, los votantes y activistas pueden insistir en la transparencia. Sudáfrica está investigando los supuestos acuerdos fraudulentos del presidente anterior, Jacob Zuma, pero es alarmante que el comportamiento aún peor en la República Democrática del Congo no se haya aprobado y que los términos de los préstamos chinos a algunos gobiernos africanos peligrosamente endeudados son secretos.

Segundo, los líderes de África necesitan pensar más estratégicamente. África puede ser casi tan poblada como China, pero comprende 54 países, no uno. Los gobiernos africanos podrían lograr mejores acuerdos si demostraran más unidad. Nadie espera que un continente heterogéneo en el que hay zonas de batalla anárquicas y democracias prósperas esté tan integrado como Europa. Pero seguramente puede haber mejor organización para evitar que China negocie con cada país individualmente, a puerta cerrada. Esto podría reducirse en cierta medida con un área de libre comercio o si los bloques regionales africanos se unieran.

Tercero, los líderes africanos no tienen que elegir bandos, como lo hicieron durante la Guerra Fría. Pueden hacer negocios con las democracias occidentales y también con China y Rusia, y con cualquier otro que tenga algo que ofrecer. Si China construye un puente en Ghana, no hay motivos para que un automóvil estadounidense no pueda atravesarlo.

Por último, los africanos deben tomar con cierto escepticismo lo que les dicen sus nuevos amigos. China sostiene que la democracia es una idea occidental y que el desarrollo requiere una mano firme. Este mensaje sin duda atrae a los hombres fuertes africanos, pero es una tontería. Un estudio realizado por Takaaki Masaki del Banco Mundial y Nicolas van de Walle de la Universidad de Cornell encontró que los países africanos crecen más rápido si son más democráticos. A medida que la política se vuelva más competitiva, la influencia de los votantes crecerá. Y podrán insistir en una forma de globalización que funcione tanto para africanos como para extranjeros.

Datos cruciales: 

1.Las relaciones comerciales entre África y la Unión Europea creció 41%.

2.Una mayor apertura al comercio y la inversión es una de las razones por las cuales el PIB per cápita al sur del Sahara es dos quintos más alto que durante el año 2000.

3.En 1997, 70% de los partidos gobernantes africanos obtuvieron más de 60% de los votos, en parte haciendo que los jefes rurales invitaran a los aldeanos a respaldarlos. Para 2015 solo el 50% lo hizo.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La disputa por África por parte de países imperialistas y el proceso de descolonización a partir de la segunda mitad del siglo XX acentuaron el distintivo geopolítico del continente. África es sin duda un territorio conflictivo y el escenario perfecto para la disputa de las potencias mundiales. En los últimos años, la apertura comercial y la consolidación de gobiernos democráticos en el continente ha permitido el fortalecimiento de acuerdos comerciales que modifican por completo el escenario político y económico de los países africanos. Cabe resaltar que la disputa hegemónica entre potencias aún prevalece, el financiamiento y la vanguardia del sector militar en el continente exhiben las nuevas formas y métodos que mantienen los Estados y empresas para el desarrollo de la guerra.