Durante la Guerra Fría la extinta Unión Soviética mantuvo relaciones comerciales y políticas con importantes países africanos, posterior a la caída del bloque socialista europeo, esas relaciones se perdieron. Actualmente el gobierno de Vladímir Putin intenta reavivar esa amistad perdida con gobiernos africanos. De esa manera, el presidente de Rusia ha convocado a una cumbre entre África y Moscú para finales del 2019.

Esta estrategia del gobierno ruso representa la idea que tiene el presidente Putin para regresar a Rusia a sus momentos de gloria, sin embargo, también significa una acción oportunista para obtener beneficios políticos y logísticos de África cada vez que le sea posible. Así lo demuestran los proyectos que ha llevado a cabo en la República Centroafricana, donde se ha designado a un trabajador del gobierno ruso como consejero de seguridad nacional para el presidente. Esta actividad le ha permitido tener acceso a contratos muy baratos para minas de oro y diamantes en la región, todo esto a cambio de armas y entrenamiento militar para el ejército centroafricano.

En 2018, después del asesinato en República Centroafricana de tres periodistas rusos, las actividades del gobierno ruso fueron adquiriendo mayor importancia para los sujetos importantes en la geopolítica internacional. Los periodistas se encargaban de investigar las labores de la empresa Wagner Group, un organismo privado que se encarga de la producción de armas y la capacitación en entrenamiento militar. Dicha empresa fue fundada por un ex oficial de inteligencia ruso, mismo que está relacionado con un socio de Vladímir Putin. En 2018 Rusia, a través de un comunicado, informó que 175 instructores –el Pentágono y analistas occidentales los consideraban empleados de Wagner Group- capacitaron a más de 1000 soldados de República Centroafricana, misma que se encuentra sumergida en un episodio de violencia desde 2012.

Las respuestas de otros gobiernos no tardaron. En 2018 la Casa Blanca cambió sus políticas económicas y de seguridad hacia África para facilitar el acceso a la financiación de proyectos dentro del continente. De esta manera se distribuyó a personal del gobierno estadounidense por diversos países africanos; en marzo, en Luanda, Angola, John J. Sullivan, subsecretario de Estado, informó que el gobierno ruso utiliza medios políticos y alianzas económicas para influir en diferentes Estados africanos.

De igual manera el Pentágono cambio su enfoque para enfrentar amenazas globales en el continente Africano, estas problemáticas geopolíticas son –para el gobierno estadounidense- materializadas por el interés que tiene China y Rusia dentro de África. Así el continente se ha convertido, para China, Rusia y Estados Unidos, en otro espacio para la competencia por poder político y económico.

La presencia del gobierno ruso es menor a comparación de la de Estados Unidos e incluso no puede competir con las inversiones que realiza China en la zona. Sin embargo, la estrategia de Rusia es conseguir más espacios para construir bases militares estratégicas. En 2018 Rusia firmó acuerdos de cooperación militar con Guinea, Burkina Faso, Burundi y Madagascar, así mismo generó contratos para la venta de armamento con otros países interesados dentro del continente.

Por tales actividades, la presencia de Rusia dentro de África ha alarmado principalmente al gobierno estadounidense. Desde 2018, cuando República Centroafricana firmó un acuerdo de cooperación militar con el gobierno ruso, la empresa Wagner Group comenzó a invadir el territorio a través de una serie de cursos sobre estrategias militares para la armada centroafricana. Así, la influencia de Rusia en África está creciendo a partir del compartimiento de tecnologías y estrategias de guerra; el gobierno ruso a cambio de estos recursos genera contratos para la explotación de minas en el continente y además consigue aliados políticos que incrementarán su peso en instituciones internacionales.