Corporate crises. Scandals suggest standards have slipped in corporate America. Boeing, Goldman Sachs and Facebook are among the companies in hot water

Cita: 

The Economist [2019], "Corporate crises. Scandals suggest standards have slipped in corporate America. Boeing, Goldman Sachs and Facebook are among the companies in hot water", The Economist, London, 6 de abril, https://www.economist.com/business/2019/04/06/scandals-suggest-standards...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Abril 6, 2019
Tema: 
Escándalos corporativos de las grandes firmas estadounidenses.
Idea principal: 

The Economist indica dos tendencias contradictorias en el ramo de negocios de Estados Unidos. Por un lado, cuenta con 57 de las 100 firmas mejor valuadas del mundo. Por otro lado, los estándares de un grupo de poderosas firmas estadounidenses están disminuyendo por la difusión de distintos escándalos.

El semanario inglés da varios ejemplos de dichos escándalos. Boeing se enfrenta a acusaciones de haber vendido 737 aviones MAX con un software peligroso. Goldman Sachs tiene cargos penales en Malasia por participar con 6.5 mil millones de dólares en un fondo estatal fraudulento. Monsanto tiene acusaciones en California por no advertir que su herbicida podría causar cáncer. Bayer, la firma alemana que adquirió Monsanto en junio de 2018, sostiene que apelará el veredicto. Wells Fargo, uno de los bancos estadounidenses más grandes, admitió haber creado 3.5 millones de cuentas bancarias no autorizadas. Facebook está en la mira por el manejo sospechoso de los datos de sus usuarios. Equifax, firma de calificación crediticia, está siendo demandada por negligencia dado el robo de los datos personales de 146 millones de clientes en 2017. Purdue Pharma, McKesson y Johnson & Johnson, las tres grandes firmas farmacéuticas estadounidenses, fueron demandadas por el fiscal general de Nueva York por provocar una epidemia de opioides.

Para The Economist sería un error ver estos escándalos como casos aislados. En realidad, continua el semanario inglés, las firmas estadounidenses son más propensas a este tipo de desplantes negligentes y hasta criminales en comparación son sus pares europeos. El valor total de mercado de las empresas estadounidenses involucradas en escándalos difundidos por la prensa desde 2016 es de 1.54 billones de dólares. Se estima que por lo menos 200 millones de consumidores han sido afectados. En cambio, el valor estimado para las empresas europeas involucradas en escándalos es de 600 mil millones de dólares y un poco menos de 30 millones de clientes afectados.

Los escándalos corporativos tampoco son una situación novedosa en la historia de las firmas estadounidenses. The Economist trae a cuentas más ejemplos. En el siglo XIX empresas vendían carne podrida. En los años sesenta Detroit fabricó autos defectuosos. En los años noventa los reclamos contra el tabaco y el asbesto provocaron pérdidas en los accionistas por 150 mil millones de dólares. A principios de los años 2000 las firmas WorldCom, Enron y Tyco se vieron involucradas en escándalos contables, sobre todo de fraude hipotecario.

Ciertamente la crisis de los escándalos corporativos actuales es distinta, pero comparte elementos con las crisis pasadas. Las firmas cuentan con posiciones dominantes en el mercado. Hay difusión de indignación de los consumidores y el propio congreso estadounidense. Y sin embargo el costo financiero es limitado. Según The Economist, tomando una muestra de 10 grandes firmas estadounidenses involucradas en escándalos corporativos puede verse que el precio medio de sus acciones ha sido retrasado respecto al mercado de valores en un 11% desde el evento, pero se trata de algo "soportable" por la firma. Por ejemplo, las acciones de Boeing han perdido un precio medio de 8% desde la caída en Etiopía, pero en enero de 2019 sobrepasaron su nivel.

Los escándalos corporativos de las firmas estadounidenses han provocado la salida de los jefes en sólo 2 de 10 casos: Wells Fargo y Equifax. Al mismo tiempo, se han ajustado los pagos de los jefes de las firmas. Según Bloomberg, en los últimos cuatro años el pago de los jefes ejecutivos de la muestra de 10 firmas estadounidenses ha incrementado en 600 millones de dólares.

The Economist reconoce que esto no es ningún tipo de novedad para los críticos del capitalismo. Sin embargo, afirma el semanario inglés, esto no se debe exclusivamente a que el control de las firmas esté encomendado por accionistas privados. Por ejemplo, Volkswagen falsificó las pruebas de emisión de carbono a pesar de ser una propiedad compartida por el estado alemán y tener trabajadores gubernamentales en la junta directiva de la firma. Swedbank, grupo bancario de los países nórdicos y bálticos, presenta una estructura de "stakeholder" y presenta una investigación criminal por lavado de dinero.

Otra explicación consiste en la "descomposición" del capitalismo de Estados Unidos. La inquietud y dinamismo de las grandes corporaciones estadounidenses se han visto restringidas por tres elementos: la regulación, los litigios y la competencia.

La regulación en el mercado estadounidense es híbrida. Existen espacios de libre competencia, otros restringidos con reglas y conflictos de intereses en todas partes. Lo mismo pasa con las consecuencias, es decir, hay situaciones de flexibilidad, captura e incompetencia sobre el cumplimiento o no de las reglas. Por ejemplo, The Economist menciona que la Administración federal de drogas de Estados Unidos permitió la venta de opioides al público en general. La Administración federal de aviación dejó a los empleados de Boeing llevar a cabo los procesos de inspección. La Comisión federal de comercio vigila constantemente a Facebook. Algunas multas impuestas por los reguladores a las firmas son poco o nada significativas respecto al valor del mercado de las grandes corporaciones.

El litigio en contra de los jefes de grandes corporaciones es prácticamente inexistente. "Los casos criminales que llevan a la cárcel a altos ejecutivos son tan raros como los socialistas en Goldman Sachs". Ocasionalmente las demandas colectivas promueven el castigo a empresas y compensaciones económicas a los consumidores. Se estima que los costos de los daños causados por las firmas estadounidenses equivalen a 2% del PIB anualmente. Sin embargo, se ha limitado jurídicamente el campo de acción de las demandas colectivas. Las grandes corporaciones fácilmente pueden extender los casos para apelar hasta una década. Por otra parte, las sanciones económicas a las empresas han disminuido proporcionalmente al tamaño del valor del mercado de las firmas. Un acuerdo legal multimillonario representa poco o nada para el valor de mercado de las 50 firmas más grandes de Estados Unidos.

La competencia limita y reinventa los comportamientos de las corporaciones. Kraft y Heinz construyeron su reputación en el siglo XX por la seguridad que generaban ante los consumidores. La industria automotriz japonesa exigió a Detroit en los años ochenta a diversificar su producción. Actualmente Netflix es una firma incómoda para las empresas tradicionales de televisión por cable. Sin embargo, termina The Economist, su consolidación dificulta el cambio de las preferencias de los clientes.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El examen de las tendencias de las grandes corporaciones a nivel mundial es un elemento indispensable del proyecto. Si bien el artículo no se enfoca en las corporaciones dedicadas a la economía de la guerra, no obstante entera del impacto de los escándalos corporativos en la economía estadounidense y los consumidores. Mirar paralelamente la "economía de las experiencias" a la "economía de la guerra" sirve para tener claridad acerca de los agentes que participan en el capitalismo contemporáneo y de las problemáticas económicas que directa o indirectamente influyen en el tema del proyecto.