Google and the ethics of business in China For American firms, it feels like a Chinese burn

Cita: 

The Economist [2019], "Google and the ethics of business in China. For American firms, it feels like a Chinese burn", The Economist, London, 6 de abril, https://www.economist.com/business/2019/04/06/google-and-the-ethics-of-b...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Abril 6, 2019
Tema: 
Las restricciones gubernamentales de China a las inversiones privadas estadounidenses
Idea principal: 

The Economist analiza la relación de negocios entre China y Estados Unidos. El gobierno y los inversionistas estadounidenses están padeciendo al menos dos tipos de presiones en su dinámica económica. En primer lugar, el gobierno de Estados Unidos está aumentando el escrutinio de las firmas estadounidenses que operan en China bajo el pretexto de que comprometen la seguridad nacional y los derechos humanos. En segundo lugar, el gobierno chino está forzando a las compañías chinas y extranjeras a seguir sus reglas incluso al grado de ayudar a las fuerzas armadas chinas y la policía. Para el semanario inglés esto significa un dilema ético para las firmas.

La situación es distinta a la de la Guerra Fría. Actualmente China es el principal socio comercial de Estados Unidos. Desde 1990, afirma The Economist, las firmas estadounidenses han invertido 250 mil millones de dólares en el gigante asiático. Están aumentando los valores de referencia, como el índice MSCI (Morgan Stanley Capital International, indicador bursátil que refleja el valor de las compañías) de las empresas chinas que cotizan. Sin embargo, son los temas de seguridad los que generan mayor inconformidad a las compañías chinas como Huawei y estadounidenses, como Google.

En 2010 Google salió de China por negarse a ser partícipe de censura comandada por el gobierno chino en su buscador. Sin embargo, hoy en día Google está de regreso en tierras asiáticas. Tanto Donald Trump como Joseph Dunfor, presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, han criticado dicho regreso porque en 2017 Google estableció en Beijing un centro de inteligencia artificial. Las acusaciones en contra de Google fueron graves, Dunford afirmó que el desarrollo de inteligencia artificial en China es un apoyo al gobierno y ejército chinos. En consecuencia, Sundar Pinchai, jefe de Google, aseguró que las herramientas producidas en territorio chino están disponibles para un mercado amplio. Por otra parte, los trabajadores de Google, que se hacen llamar "Googlers", en agosto de 2018 protestaron contra el proyecto de Pinchai, "Dragonfly", un motor de búsqueda chino, porque supuestamente dejó entrada a los censores del gobierno chino.

Otro caso preocupante para las inversiones extranjeras es la región de Sinkiang. Existen registros, señala The Economist, de que dicha provincia de China envió cerca de un millón de personas pertenecientes a la minoría musulmana Uighur a lugares denominados "campos de reeducación". Por ello un par de firmas estadounidenses rompieron vínculos comerciales con China. Thermo Fisher Scientific, firma de tecnología médica, suspendió la venta de instrumentos de secuenciación de genes porque se utilizaban para el rastreo del código genético de los Uighur. Badger Sporswear, firma de ropa, eliminó la producción en la región por el uso de trabajos forzados.

Dada esta situación, están bajo la mira los vínculos de las empresas chinas con la región de Sinkiang y que forman parte del índice de MSCI. El gobierno estadounidense tiene una "lista negra" de las empresas de su país que buscan vincularse con las firmas de esta región. Por ejemplo, está el caso de Hikvision, proveedor de cámaras de vigilancia, que fue comprado a través de fondos estadounidenses.

El enorme mercado de la economía de China llevó a algunas empresas extranjeras a comprometer su integridad. El presidente chino está ocupado en incrementar el control gubernamental sobre los negocios, de modo que las actitudes de las empresas extranjeras con operaciones en el territorio chino deben acatar ciertas normas. Por ejemplo, en 2018 American airlines y la cadena de hoteles Marriot se vieron obligadas a cambiar su modo de referirse a Taiwán en la medida que China la considera una "provincia renegada".

De cualquier manera, es evidente que la inversión estadounidense en China en rubros de alta tecnología no va a detenerse. A pesar de los altos riesgos, firmas como Amazon Web Services y Microsoft están construyendo sus centros de inteligencia artificial en Shanghai.

Existen muchos frentes de escrutinio contra el manejo que China hace de sus negocios. El Congreso estadounidense está presionando al gobierno de Donald Trump para prestar atención a la situación de la región china de Sinkiang. También los empleados de las propias firmas estadounidenses (como fue el caso referido de Google) y grupos de derechos humanos están al cuidado de los intereses del público.

La nota de The Economist termina abogando por la necesidad de que las firmas extranjeras asuman principios éticos y valores que se nieguen a sacrificar a las reglas impuestas por el estado chino. "Eso puede parecer una estrategia de alto riesgo. Pero a la larga las personas respetan a las empresas que defienden sus valores".

Datos cruciales: 

1. El 3 de abril de 2019 un grupo bipartidista urgió al presidente Trump a poner restricciones estrictas a la empresa de seguridad Hikvision, investigar su función en los mercados financieros globales y garantizar que las empresas estadounidenses no sean vigiladas en Sinkiang.

Nexo con el tema que estudiamos: 

China es probablemente el actor económico mundial del siglo XXI. La pertinencia de entender la complejidad de su dinámica económica altamente burocratizada sirve para abrir el horizonte de intelección del proyecto. Las firmas de seguridad estadounidenses y su vinculación con el gobierno y las fuerzas armadas chinas es una cuestión de primer orden para el análisis de la economía de la guerra contemporánea.