La Iniciativa Cinturon y Ruta o BRI (por sus siglas en inglés) se basa en la construcción internacional de infraestructura encabezada por China para facilitar el movimiento comercial dentro de su región. Sin embargo, para algunos de los países que están dentro de su proyecto de integración económica, la inversión en esta iniciativa podría ser contraproducente para sus economías.

Actualmente los ingenieros chinos se abren camino por las colinas de Laos para construir un ferrocarril que tiene como objetivo cruzar el sudeste asiático y que podría estar listo (únicamente en Laos) para 2021, el siguiente enlace será Tailandia. Sin embargo, mientras los trabajadores chinos celebran cada paso concluido en la construcción sobre las colinas, los gobiernos de los países pobres, que también integran el BRI, se están preocupando. Entre estas naciones se encuentran Malasia, Pakistán y Sierra Leona, cuyos gobiernos han retrasado o abandonado los proyectos promovidos por el presidente Xi Jinping, quien presume que sus préstamos de capital están generando el progreso en el continente asiático.

Estas problemáticas financieras que genera el BRI, encuentran sus razones en diferentes hipótesis, una de ellas es la que se ha denominado como “la diplomática trampa de la deuda”. Esta supone que el gobierno de China está otorgando préstamos económicos muy grandes a países que no tienen la solvencia para pagar, cuando estos se comienzan a atrasar en sus pagos, el gobierno chino encuentra la oportunidad para influenciar a las naciones deudoras y así lograr que su política nacional atienda a los intereses de China. Esto último, ha sido idea defendida principalmente por personal diplomático de Estados Unidos, por ejemplo, el vicepresidente Mike Pence define al BRI como un intento de socavar la influencia global de su país.

En realidad, las inversiones no se encuentran en el país, de esta manera el gobierno de China tiene límites para tomar represalias cuando algún deudor se atrasa. Generalmente cuando esto último sucede, China simplemente responde reduciendo la cantidad de dinero que se tiene que pagar, así también lo hacen varios países prestamistas en otras regiones del mundo. En el mismo sentido, el único ejemplo que casi siempre se usa para apoyar la hipótesis de la “diplomática trampa de la deuda”, es el caso de Hambantota, un puerto de Sri Lanka que ha fracasado comercialmente. Este caso, según expertos, es el único que podría ser usado para apoyar la idea de la tramposa deuda, de ahí en fuera la mayoría de los préstamos que China hace se llevan de manera pacífica.

Por otro lado, otra de las razones del temor económico que causa el BRI es la poca cautela que el gobierno de China tiene para realizar sus préstamos. David Dollar, de la Brookings Institution en Washington –un centro de investigaciones en ciencias sociales- descubrió que los préstamos chinos parecen indiferentes a los problemas políticos y económicos. De esta manera el gobierno de China continua otorgando dinero a naciones que se encuentran casi por completo en banca rota y continuar dentro del BRI, podría resultar para ellos una situación devastadora para sus economías.

En último lugar, otra situación que causa peligro para los inversionistas del BRI, se encuentra dentro de su propia planificación. Los objetivos que se plantea el proyector de integración económica asiático, requieren alto capital para ser alcanzados. Actualmente, un informe del Banco Mundial asegura que el PIB mundial podría crecer hasta 3% gracias a las iniciativas del BRI. Sin embargo, el problema se encuentra en que las inversiones se están realizando en lugares mal administrados, situación que provocaría múltiples pérdidas de dinero. En el mismo sentido, el gobierno chino está alejando a varios inversionistas necesarios para llevar a cabo su misión, por ejemplo, Estados Unidos, India y Japón quieren poco que ver con su proyecto, debido a que, para participar con China no solo es necesario invertir, sino también respaldar la visión que el presidente Xi Jinping tiene sobre el mundo.

En conclusión, será necesario incrementar los estudios sobre las estrategias económicas y políticas que China llevará a cabo para realizar su ambicioso plan de integración económica. El gobierno chino deberá cambiar la planificación del BRI para obtener su meta.