El 23 de abril de 2019 más de una docena de países enviaron buques navales a la ciudad de Quingdao en China. Esto sucedió con motivo de la conmemoración del 70 aniversario del Ejército de Liberación Popular de la Marina perteneciente al Estado asiático.

Principalmente esta celebración tenía un fin amistoso y diplomático. Al puerto llegaron buques de aliados como Rusia, pero también embarcaciones de naciones que podrían ser consideradas enemigas del país socialista, este fue el caso de los destructores enviados por India; incluso, Japón y Vietnam, países con los que China ha tenido relaciones complicadas, enviaron buques para unirse al festejo del aniversario de la fuerza naval china, por otro lado, Estados Unidos se abstuvo de participar en el festejo.

El mensaje que dio el presidente Xi Jiping a sus invitados tuvo distintos puntos. En primer lugar señaló que la reunión tenía un fin amistoso, propuso a todas las flotas reunidas ocupar un papel de defensores de su océano regional. De esta manera señaló que se debe actuar en conjunto para superar acciones delictivas como la piratería y también para cuidar los recursos de importancia que se obtienen del mar.

Por otro lado, en la reunión también se demostró el poder de los nuevos buques de guerra chinos. Entre estos nuevos artefactos se encontraba un submarino de misiles balísticos propulsados por energía nuclear, es claro que este no ha sido diseñado para pelear contra piratas somalíes, sino para destruir ciudades enemigas. Además, dentro de la televisión estatal se mencionó que el submarino más nuevo de China, el Tipo 055 de 10,000 toneladas, se podría comparar con cualquier artefacto de guerra de Estados Unidos. Dentro de pantallas colocadas durante la celebración, también se presumían imágenes de aviones de guerra aterrizando sobre la cubierta del Liaoning, el primer porta aviones chino.

Cui Jankai, estudiante chino interesado en la evolución de la fuerza naval de su país, asegura que este tipo de armamento no solo define a una nación, sino que también demuestra su poder al mundo exterior. Parece ser que esa idea también es predominante dentro del gobierno chino, pues si analizamos la historia de su marina, nos daremos cuenta que durante mucho tiempo el principal objetivo de este instrumento estatal no era la demostración de su poderío hacia países externos, sino la simple defensa de su territorio marino. Fue hasta 1990 cuando la administración de su gobierno cambió la antigua idea que se tenía sobre la marina y, el entonces presidente Jiang Zemin, propuso que su fuerza naval sería “la Gran Muralla de la patria en el mar”. En 2012 el presidente Hu Jintao continuó con esa idea e incrementó el presupuesto para el desarrollo de la marina china, de tal forma continuaron con el objetivo hasta que actualmente la marina china es conocida como la más grande y potente en el continente asiático.

Por otro lado, esta celebración también alarmó a los jefes militares de diversos países, entre los cuales resalta Estados Unidos. En palabras de Hu Bo, un destacado estratega marítimo de la Universidad de Pekín, dice que en medida que la fuerza naval de China crece, también crecen sus objetivos. El primero es brindar seguridad para todos, esto implicaría abrir nuevas bases marinas; el siguiente objetivo es el control del mar, esto se lograría a partir de construir la capacidad de contener cualquier amenaza dentro del agua, principalmente en el Pacífico occidental y el norte de los océanos indios. Así, China tendría lo que Rusia y Estados Unidos ya tienen: el control cerca de sus costas.

Con ambos objetivos se podría pensar que China podrá desalojar a los barcos estadounidenses del Mar de China Meridional o de otras regiones cercanas, sin embargo si esto se pudiera no sería de manera inmediata. De esta manera, el señor Hu, imagina a Estados Unidos mucho más restringido y a China cumpliendo su objetivo de control marítimo en el curso de una generación. Aunque considera que se avecina un periodo peligroso de competencia entre Estados Unidos y China que durará entre cinco y diez años.