Heating up. How climate change can fuel wars. Droughts are already making conflict more likely. As the world gets hotter, mayhem could spread

Cita: 

The Economist [2019], "Heating up. How climate change can fuel wars. Droughts are already making conflict more likely. As the world gets hotter, mayhem could spread", The Economist, London, 25 de mayo, https://www.economist.com/international/2019/05/25/how-climate-change-ca...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Mayo 25, 2019
Tema: 
Conflictos sociales provocados por el cambio climático se revelan en África.
Idea principal: 

Chad, Nigeria, Niger y Camerún son escenarios de una cruel guerra. Los motivos más obvios del conflicto son ideológicos: los yihadistas de Boko Haram quieren imponer un régimen islámico que sustituirá el sistema educativo, tipo occidental, por educación religiosa; en segundo lugar, otra de las razones más perceptibles del conflicto es la pobreza extrema que se vive, no solo en esos países, sino en todo el continente africano; en tercer lugar, las instituciones gubernamentales no han sido lo suficientemente profesionales para reponer las rupturas del tejido social, esto ha ocasionado que los malestares se agraven con el paso del tiempo. Lo anterior ha sido una numeración de las razones más perceptibles y obvias de la problemática, sin embargo existe un motivo que es difícil de entrelazar: el cambio climático.

En medio de los cuatro países se encuentra un campamento en donde se acumula la mayoría de los refugiados de la guerra, a este lugar se le ha llamado el “refugio de la paz”. Además de compartir el refugio, los mártires del conflicto armado, comparten los restos del Lago Chad, un cuerpo de agua dulce que hace cincuenta años bañaba las fronteras de los cuatro países, hoy en día, a causa del calentamiento global, el lago se ha secado.

El lago, antes de la sequía, nutría a las granjas de campesinos que se extendían a sus faldas y a lo largo de las fronteras de los países mencionados, sus aguas eran fuente de pesca, en sí, era un recurso fundamental para la vida. Actualmente, la desaparición del cuerpo de agua, es otro motivo que se le suma a las causas de los conflictos armados en la región.

De esta manera, el calentamiento global está generando secuelas que comienzan a traducirse como problemas sociales. Se habla de las peleas entre Rusia, China y Estados Unidos que tendrán pie cuando se derrita el Ártico, también se teme por la situación de Pakistán, Egipto y Etiopia, pues se espera que en algún momento ya no tengan suficiente agua dulce y esto provoque enemistades entre los países vecinos. Sin embargo el punto rojo del presente se manifiesta en guerras civiles dentro de Sahel, una franja árida debajo del desierto del Sahara, donde la población ha comenzado a pelear por causa de la escases de tierras fértiles.

En un metaanálisis realizado a principios de la década de 2010 por Solomon Hsiang de la Universidad de Princeton y Marshall Burke de la Universidad de California, se vincularon las relaciones conflictivas -individuales y grupales- con el aumento de la temperatura global, los resultados fueron positivos. Las altas temperaturas aumentan los conflictos y si a esto le sumamos la pobreza, problemas religiosos y el cambio climático, seguramente obtendremos bombas de tiempo. En el mismo sentido de la ciencia, historiadores chinos, al analizar registros de su país que datan de hace mil años, encontraron que cada periodo violento en su historia había sido precedido por una época de clima frío, es decir, las temperaturas son fundamentales para configurar las relaciones sociales.

Por otro lado también se han refutado algunas de esas teorías que ponen como principal causante del cambio climático a la actividad industrial. El caso del Lago Chad es un ejemplo. La sequía que sacude hoy en día a esa región tiene sus orígenes entre la década de 1970 y 1980, respecto a eso, modelos climatológicos han revelado que la ausencia de lluvias se debe en gran parte a que temperaturas más frías en el Atlántico norte empujaron las lluvias demasiado al sur. La temperatura fría fue causada por una mezcla de factores naturales y humanos, en particular la contaminación del aire sobre el océano. Lo anterior nos dice que los gases de efecto invernadero no son la única forma de causar alteraciones en el clima.

Además, Adelphi, un grupo de expertos con sede en Berlín, ha descubierto que el Lago Chad ya no se está reduciendo, todo lo contrario, las lluvias han regresado. Sin embargo tardará mucho tiempo en recuperar su bonanza del pasado, por este motivo los gobernantes han decidido invertir en un proyecto para desviar agua desde el río Congo hasta el Lago Chad y así satisfacer la demanda de agua potable en la zona, además, junto con esta acción se espera que los actos violentos disminuyan. Aunque los mismos investigadores de Berlín, aseguran que esa estrategia de rellenar el lago, costaría demasiado y daría resultados poco considerables.

Al observar las problemáticas sociales que tienen como razón de ser, entre otras cosas, al cambio climático, la pregunta que más intriga es ¿cómo evitarlas? No cabe duda que el continente africano no es el único que se ve afectado por estas circunstancias, por ejemplo: Países Bajos y Bangladesh enfrentan desafíos ambientales similares, costas bajas e inundaciones frecuentes que serán más frecuentes a medida que aumentan los niveles del mar (sin embargo ahí no ocurren revueltas violentas como en los alrededores del Lago Chad). En los países desarrollados se evitan este tipo de confrontaciones pues cuentan con un sistema administrativo capaz de solventar las necesidades de su población, en el caso de los cuatro países africanos que integran los alrededores del Lago Chad lamentablemente no. Es decir, la principal herramienta para evitar el conflicto es un buen gobierno.

Datos cruciales: 

1. De 1972 a 2018 el Lago Chad ha pasado de 25,000 km2 a reducirse casi a la mitad.

2. La agencia de refugiados de la ONU ha ayudado a más de 12,000 personas víctimas de los conflictos que tienen lugar en los alrededores del Lago Chad.

3. Una investigación que vincula los cambios climáticos con los conflictos sociales reveló que cada aumento de la temperatura o la lluvia extrema en una variación estándar aumentaba la frecuencia de la violencia interpersonal 4% y el conflicto intergrupal 14%.

4. Adelphi, un grupo de expertos con sede en Berlín, encontró que en el Lago Chad 80% del agua se mantiene en un acuífero subterráneo, que se está reponiendo, al igual que la humedad en el suelo, ya que las lluvias han regresado.

5. Aaron Wolf de la Oregon State University y sus colaboradores han catalogado 2,606 instancias de conflictos internacionales y cooperación sobre el agua entre 1948 y 2008. En 70% de los casos, los países cooperan.

6. Mr Iceland y sus colegas de la red, en colaboración con otras nueve organizaciones, están trabajando en una herramienta predictiva para futuros conflictos, centrada en el estrés hídrico. Se trata de un software de aprendizaje automático que servirá para generar un modelo que predice la probabilidad de conflictos. En octubre de 2018, Manish Bapna del World Resources Institute (WRI, por sus siglas en inglés) presentó los resultados preliminares al Consejo de Seguridad de la ONU. Utilizando datos de 2016, el modelo pudo predecir instancias de conflicto de agua en 2017 con 83% de precisión.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El camino histórico del sistema capitalista hasta la época contemporánea ha dejado una serie de repercusiones sociales y climáticas que en la actualidad pesan demasiado para los gobiernos. Estudiar los movimientos sociales que surgen de los mencionados percances, nos da una idea para crear modelos de prevención que nos ayuden a construir un futuro menos problemático.

El aumento de la temperatura y el cambio climático son nuevos factores que agudizaran las disputas mundiales mientras el agua (entre otros recursos) será cada vez más estratégico.