Apple Moves Mac Pro Production to China. The $6,000 desktop computer had been the company's only major device assembled in the U.S.
Mickle, Tripp y Yoko Kubota [2019], "Apple Moves Mac Pro Production to China. The $6,000 desktop computer had been the company's only major device assembled in the U.S.", The Wall Street Journal, New York, 28 de junio, https://www.wsj.com/articles/apple-moves-mac-pro-production-to-china-115...
A finales de junio de 2019 se conocieron los planes de Apple para deslocalizar la manufactura de la Mac Pro, considerada como "la computadora más poderosa" de la empresa, y el único producto principal que se ensambla en Estados Unidos. Apple firmó un contrato con la firma Quanta Computer Inc. de Taiwán para que se encargue de la manufactura de la Mac Pro en sus factorías de Shanghai.
La decisión del gigante de la informática personal tiene muchas aristas. La principal es que va en contra de la política proteccionista de la administración Trump. Aunque la primera oleada de tarifas aduaneras contra productos provenientes de China no afectó a los productos de Apple, existe la amenaza de imponer otro grupo de tarifas que afectarían a las computadoras Mac, los iPhone e iPads. Una de las respuestas de Apple ante tales amenazas, ha sido sacar partes de su producción de China, para instalarlas en otras locaciones extranjeras .
Otro tema fundamental es el de la manufactura. La fábrica de Mac Pro en Texas con tres líneas de producción y 500 empleados, pasó en poco tiempo a ser una planta de acondicionamiento de computadoras con apenas una cuarta parte de su planta laboral original. Apple enfrentó en esta fábrica problemas de disciplina por parte de los trabajadores así como costos de trabajo altos respecto de los que pueden conseguirse en China, lo cual afecta particularmente las tareas de ensamblado, que demandan gran cantidad de trabajadores. También debe señalarse que el diseño de esa generación de Mac Pro no fue exitoso ni desde el punto de vista tecnológico ni en la aceptación de los consumidores.
Finalmente, Apple argumenta con cierta razón que el ensamblado final es sólo "una parte del proceso de manufactura". La empresa afirma que cuenta con relaciones de fabricación en 30 estados de Estados Unidos y gastó 60 mil millones de dólares en compras locales sólo en 2018.
Como parte de los estímulos por parte del gobierno de Texas, la fábrica de Apple recibió reducciones de impuestos por 250 mil dólares anuales para respaldar las compras de equipo por 15 millones de dólares. 80% de los trabajadores eran pagados con salario mínimo, y la empresa comenzó con despidos en cuanto la demanda de Mac Pro se redujo.
Desde la perspectiva de la organización del trabajo la estrategia proteccionista de la administración Trump no es viable, dado que los procesos productivos internacionalizados dependen de una disciplina laboral y relaciones de aprovisionamiento que costarían décadas implantar en Estados Unidos.
Sin embargo, la coalición de intereses entre un estado que aún cuenta con grandes recursos y una parte de la población lesionada durante largo tiempo por el neoliberalismo corporativo, puede dar lugar a experiencias regresivas en que las grandes corporaciones como Apple pierdan parte de sus ventajas competitivas internacionales y se ven compelidas a regresar parte de sus operaciones a Estados Unidos y/o sean castigadas con tarifas aduaneras por producir en China, que ya no es sólo fuente de trabajo barato, calificado y disciplinado, sino sede de buena parte de los proveedores de componentes y servicios para los gigantes tecnológicos estadounidenses.
A partir de las configuraciones políticas y la disputa en el liderazgo capitalista de Estados Unidos se desarrollan contradicciones que minan la hegemonía estadounidense.