Weapons of mass disruption. America is deploying a new economic arsenal to assert its power. That is counterproductive and dangerous

Cita: 

The Economist [2019], "Weapons of mass disruption. America is deploying a new economic arsenal to assert its power. That is counterproductive and dangerous", The Economist, London, 8 de junio, https://www.economist.com/leaders/2019/06/06/america-is-deploying-a-new-...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 8, 2019
Tema: 
Las armas financieras de la administración Trump
Idea principal: 

Cuando Donald Trump ganó la presidencia en 2016, lo hizo con la promesa y el slogan de Make America Great Again. Los métodos aplicados por el ahora presidente son considerados por The Economist un arsenal económico. En mayo de 2019, el presidente Trump amenazó con imponer aranceles a México debido a un problema de migración. Los mercados se tambalearon, y una delegación mexicana fue enviada a Washington para negociar la paz. Al día siguiente fueron canceladas la reglas de comercio preferencial para India. China se enfrenta a un aumento de aranceles, y su gigante tecnológico Huawei ha cortado lazos con sus proveedores en Estados Unidos.

Estados Unidos está aplicando nuevas tácticas y armas que explotan su papel como centro neurálgico de la economía global para bloquear el libre flujo de datos, ideas y dinero a través de las fronteras. No obstante, esto podría desencadenar una crisis y está erosionando lo más valioso de Estados Unidos: su legitimidad. Se podría pensar que la influencia estadounidense proviene de sus 11 portaaviones, 6 500 ojivas nucleares o por el papel que desempeña en el Fondo Monetario Internacional. Pero también es el nodo central en la red que sustenta la globalización. Estados Unidos controla más del 50 por ciento del ancho de banda trasfronterizo, capitales de riesgo, sistemas operativos para teléfonos, las principales universidades y los activos de gestión de fondos del mundo. Alrededor de 88% de las operaciones con divisas utilizan el dólar.

La globalización y la tecnología han hecho que la red sea más poderosa, aunque la participación de Estados Unidos en el PIB mundial haya disminuido de 38 por ciento en 1969 a 24 en la actualidad. Con todo esto, China aún no puede competir, a pesar de que su economía se esté acercando a la estadounidense. Trump y sus asesores están convencidos de que el orden mundial está arreglado contra Estados Unidos, haciendo énfasis en su déficit comercial. El gobierno estadounidense ha redefinido cómo funciona el nacionalismo económico.

En lugar de utilizar los aranceles como herramienta para obtener concesiones económicas precisas, se están implementando para crear un clima de inestabilidad con los socios comerciales de Estados Unidos. La situación de México sobre los migrantes que cruzan el Río Bravo no tiene nada que ver con el comercio. En segundo lugar, el alcance de la actividad se ha extendido más allá de los bienes físicos; actualmente, las redes e infraestructuras de Estados Unidos son también utilizados como un arma. Los enemigos directos como Irán y Venezuela enfrentan sanciones más estrictas: durante 2018 se agregaron a la lista 1 500 personas, empresas y embarcaciones.

El resto del mundo se enfrenta a un nuevo régimen de tecnología y finanzas. Una orden ejecutiva prohíbe las transacciones en semiconductores y software realizadas por adversarios extranjeros, y una ley aprobada en 2018 conocida como FIRRMA vigila la inversión extranjera en Silicon Valley. Si una empresa está en la lista negra, los bancos generalmente se niegan a tratar con ella, eliminándola del sistema de pagos en dólares. Estas herramientas solían reservarse para los tiempos de guerra. Las técnicas legales utilizadas para la vigilancia del sistema de pagos se desarrollaron para cazar a Al Qaeda.

El daño a la economía estadounidense hasta ahora ha sido aparentemente pequeño. Los aranceles causan agonía en centros de exportación como el norte de México, pero incluso si Trump impone todas las tarifas con que amenaza, el impuesto a las importaciones solo valdría alrededor del uno por ciento del PIB de Estados Unidos. De hecho, Estados Unidos podría haber construido una coalición global para erosionar China, y para presionarla a reformar su economía. Sus funcionarios creen que el experimento de utilizar las redes económicas de Estados Unidos como un arma acaba de comenzar.

En respuesta a las medidas estadounidenses, China ha comenzado su propia lista negra para corporaciones extranjeras y está creando sus propios tribunales para resolver disputas comerciales. El riesgo de desencadenar un pánico financiero es alto.

A largo plazo, la red liderada por Estados Unidos está bajo amenaza. Hay indicios de motín: de los 35 aliados militares europeos y asiáticos, solo tres han aceptado hasta ahora prohibir a Huawei. Incluso, los aliados que buscan nuevos acuerdos comerciales con Estados Unidos, incluido el Reino Unido posterior al Brexit, se preocuparán de que un tuit presidencial pueda dañarlo después de que se haya firmado. Eventualmente, China y la India estarán dispuestas a poner fin a su dependencia de los semiconductores de Silicon Valley. El presidente Trump tiene razón al pensar que la red de Estados Unidos le otorga un gran poder. Reemplazarla tomará décadas y costará una fortuna. Pero si abusas de ella, al final perderás.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La “Guerra de los Aranceles” es el principal método aplicado por el presidente Trump para obligar y condicionar a los gobiernos a que respondan a sus intereses políticos y económicos. Trump ha convertido twitter en su principal medio para declarar amenazas o ultimátum a sus adversarios. Esto con el objetivo de abrir canales de negociación entre Estados Unidos y el gobierno señalado. Así mismo, el gobierno de Trump se posiciona estratégicamente para negociar con otros gobiernos. Y por último llegar a un acuerdo que favorezca la administración de Donald Trump y el gobierno señalado responda ante los intereses impuestos por el habitante de la Casa Blanca.