El uso de submarinos para misiones de espionaje no es ninguna novedad, pero la armada de Estados Unidos planea incorporar drones como espías y comandos. Los sistemas no tripulados de colaboración heterogéneos (HCUS, por sus siglas en inglés) son el nombre como se conocerán estos drones. Los HCUS se podrían enviar individualmente, pero con mayor frecuencia formarán parte de un sistema colectivo denominado carga encapsulada. Este sistema lanzará pequeños submarinos capaces de identificar barcos y submarinos por sus distintivos acústicos y también drones aéreos similares a los drones de reconocimiento BlackWing que ya son propios de ciertos buques navales.

Un vez que hayan analizado la inteligencia inicial que recopilan estos drones, los operadores estarán en condiciones de transmitir más órdenes. Podrían enviar drones aéreos a tierra para dejar sensores de tierra con energía solar en puntos específicos. Estos sensores, generalmente disfrazados de rocas, enviarán de vuelta los datos que recolectan a través de drones del tipo que los dejó caer.

HCUS también será capaz de lo que se describe como "efectos ofensivos limitados". Por ejemplo, los drones pequeños como BlackWing se pueden equipar con ojivas poderosas como para destruir una camioneta. Estos drones ya se utilizan para asesinar a líderes de fuerzas enemigas. También podrían desplegarse contra almacenes de combustible y municiones.

HCUS promete ampliar el alcance del espionaje submarino y las operaciones espaciales. Los equipos de espías robot y saboteadores lanzados desde submarinos, tanto tripulados como no tripulados, podrían convertirse en una característica importante de las operaciones encubiertas de la guerra del siglo XXI.