Pinch points. The technology industry is rife with bottlenecks. The US-China tech cold war is making companies more aware of them than ever

Cita: 

The Economist [2019], "Pinch points. The technology industry is rife with bottlenecks. The US-China tech cold war is making companies more aware of them than ever", The Economist, London, 8 de junio, https://www.economist.com/business/2019/06/06/the-technology-industry-is...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 8, 2019
Tema: 
La interdependencia al interior de la industria electrónica
Idea principal: 

En 2011, cuando un terremoto y un tsunami azotaron Japón se pensó que su liderazgo en electrónica se había perdido. La producción se detuvo y muchos de los clientes se apresuraron a buscar alternativas. Varias empresas tuvieron que limitar su producción, como los fabricantes de automóviles que dependen de Renesas Electronics, un fabricante líder de chips de control de motor, cuya fábrica sufrió graves daños.

Los desastres naturales suelen desafiar a las cadenas de suministro de los productos electrónicos. Ahora, un shock geopolítico de la administración de Donald Trump pretende aislar a China. Esta situación expone también los puntos de estrangulamiento de la industria.

Las empresas en cada etapa del proceso son altamente especializadas y manejan tecnología avanzada. Los componentes se pasan de una a empresa otra, cada una de los cuales agrega un poco de valor. Hay algunos componentes o sistemas para los cuales solo existen uno o dos proveedores.

El terremoto en Japón reveló que es el país que produce la mayor parte de los productos químicos y otros materiales para hacer microchips. Asimismo, la administración de Trump destacó el papel dominante de China en el montaje de productos electrónicos. Este país es el centro neurálgico de la mitad de la capacidad mundial, estima Henry Yeung, de la Universidad Nacional de Singapur.

En mayo de 2019, el Departamento de Comercio de Estados Unidos incluyó en una lista negra a Huawei y a 70 de sus afiliados, y prohibió a las empresas estadounidenses venderles cierta tecnología sin la aprobación del gobierno. Huawei no podría vivir sin los chips diseñados en Estados Unidos. Aunque Huawei tiene su propia subsidiaria de semiconductores, HiSilicon, todavía importa la mayoría de chips y gastó 11 mil millones de dólares en 2018 en componentes de Estados Unidos.

Qualcomm, una compañía estadounidense con sede en San Diego, fabrica cerca de la mitad de procesadores de banda del mundo. Por su parte, Intel fabrica prácticamente todos los chips de “server-class” utilizados en los centros de datos del mundo. Se pueden encontrar chips basados en diseños con licencia de ARM, una empresa británica, en casi todos los teléfonos inteligentes avanzados que existen.

Qualcomm y Arm, una empresa británica, dependen de las fundiciones para convertir el silicio de microprocesadores. Taiwán Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), junto con Intel y Samsung son las únicas tres empresas capaces de producir microprocesadores de vanguardia. Expertos afirman que todos los procesadores utilizados por iPhone se producen en de TSMC.

ASML, una empresa holandesa, es el único fabricante de equipos de litografía que utiliza la luz ultravioleta extrema, que permite la producción de transistores lo suficientemente pequeños para la próxima generación de chips avanzados. Sus máquinas de 180 toneladas se venden por 120 millones de euros (135 millones de dólares). Samsung, Intel y TSMC adquirieron unas cuantas para equipar sus fábricas. Si SMIC u otras empresas chinas no pudieran comprar más, la ambición de China de volverse autosuficiente en chips avanzados se convertiría en un fracaso.

Por su parte, tres cuartas partes del software de los teléfonos inteligentes, utilizan el sistema operativo Android de Google, incluidos los fabricados por Huawei. Es decir, la prohibición estadounidense significa que, aunque Huawei conserve el acceso a la versión de código abierto de Android, Google ha dicho que ya no proporcionará a la empresa china acceso al software propietario, como la tienda de aplicaciones y actualizaciones de seguridad. Esto perjudicará a Huawei en occidente.

Todos estos cuellos de botella, y la influencia directa o indirecta de Estados Unidos sobre muchos de ellos, hace que sea tentador para los intransigentes de Washington convertir la interdependencia en un arma, afirma Henry Fall de la Universidad George Town y Abraham Newman de la Universidad Georgetown.

Después del terremoto japonés, muchas empresas se movieron para identificar riesgos en su cadena de suministro y buscaron alternativas, pero es difícil crear nuevas empresas de alta tecnología. Por lo tanto, el sistema permanece en gran medida sin cambios. Muchas empresas acelerarán los esfuerzos para evitar China, por ejemplo, construyendo fábricas en lugares como India o México. Samsung ya ha trasladado la mayor parte de su producción de teléfonos inteligentes a Vietnam.

Las represalias de China pueden acelerar el proceso. En 2010, China recortó las cuotas de exportación de tierras raras, un conjunto de minerales utilizados en imanes y otros de los componentes electrónicos, de los cuales 70 por ciento se producen ahí mismo; esto condujo rápidamente a la búsqueda de fuentes alternativas y materiales sustitutos. Días después de la prohibición de Huawei, Xi Jinping, presidente de China, realizó una visita muy publicitada a una instalación de tierras raras.

China duplicará sus esfuerzos para convertirse en tecnológicamente independiente. Huawei ha dicho que pronto lanzará su propio sistema operativo móvil para suplantar a Android. Los chinos se han dado cuenta de que Estados Unidos puede usar la cadena de suministro para librar una guerra económica. Para las empresas tecnológicas globalizadas, esta situación se siente como una pesadilla.

Datos cruciales: 

Tabla 1. Ilustra la interdependencia que existe entre empresas tecnológicas (Samsung, Foxconn, Google, Intel, TSMC, Qualcomm, ASML y ARM Holdings) el mercado donde radican, su porcentaje de participación en el mercado y los ingresos presupuestarios durante 2018.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La prohibición a Huawei radica en evitar cualquier involucramiento extranjero en las redes de cualquier operadora del país, lo que podría causar un daño económico a las empresas estadounidense que mantienen relaciones con la empresa china. La política emitida por la administración de Donald Trump, es la proyección de una posible amenaza a la seguridad nacional que intentan proteger las redes de comunicaciones de Estados Unidos que consideran un espacio vital para la seguridad económica y personal. En concreto, este hecho asume la preocupación por el riesgo de espionaje por parte de China y enmarca un episodio más de la Guerra Comercial China vs Estados Unidos por la disputa hegemónica y global.