An uneasy friendship. The crisis in Ukraine is drawing Russia closer to China. But the relationship is far from equal

Cita: 

The Economist [2015], “An uneasy friendship. The crisis in Ukraine is drawing Russia closer to China. But the relationship is far from equal”, The Economist, London, 9 de mayo, http://www.economist.com/news/china/21650566-crisis-ukraine-drawing-russ...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Mayo 9, 2015
Tema: 
Incremento de las relaciones entre Rusia y China en el marco de las sanciones de occidente hacia los rusos.
Idea principal: 

Los reacomodos de las relaciones entre Occidente, Rusia y China, en particular el conflicto en Ukrania, plantean nuevos escenarios para la relación entre Rusia y China. Las sanciones occidentales sobre Ucrania, y de lo que parece ser un relajamiento de las relaciones con Estados Unidos y Europa, no le ha dado otra opción a Rusia que estrechar sus relaciones con China. Como un símbolo más de la creciente asociación estratégica entre los dos países, embarcaciones navales chinas y rusas se encontraran para llevar a cabo ejercicios con fuego real en el Mediterráneo Oriental, lo cual parece mandar un mensaje claro a Estados Unidos y sus aliados. Para Rusia estas maniobras muestran que tiene un amigo poderoso y una relación militar con creciente alcance geográfico. Para China habla de una creciente ambición global. Se proyectan diversas operaciones de ventas de armamento y en general un fortalecimiento de la relación bilateral.

Las relaciones entre China y Rusia se han fortalecido desde el final de la Guerra Fría. Ambos, por diferentes razones, resienten la “hegemonía” de Estados Unidos y comparten el deseo por un orden global más multipolar. Rusia, un gran poder en declive, está buscando caminos para recuperar al menos un poco de su estatus; mientras China, una potencia emergente, frena lo que parece ser un intento estadounidense de contenerla. Ambos encuentran causas en común en acotar el intervencionismo liberal occidental.

Un paso definitivo en ese sentido fue el acuerdo para dar por terminada una larga disputa fronteriza en 2008. Rusia vio el trato como un camino para concentrar más sus fuerzas militares en el oeste, previniendo la eventual expansión de la OTAN. La crisis ucraniana está forzando a Rusia de virar su economía hacia Asia como un intento de disminuir el impacto de las sanciones occidentales encontrando mercados y fuentes de capital alternativos. Para China es una oportunidad de ganar un mejor acceso a recursos naturales rusos, a precios favorables, así como para asegurar el acceso a los contratos de infraestructura y financiamiento de proyectos que beneficien a las empresas chinas.

Pero los problemas a futuro son discernibles. Uno es que ambos países están compitiendo por influencia en Asia Central. Putin quiere establecer su Unión Económica Euroasiática en parte para contrarrestar el creciente poder económico de China en Asia Central a través del cual China quiere desarrollar lo que llama Cinturón Económico de la Ruta de la Seda. Otra dificultad son los vínculos militares y energéticos de Rusia con países como India y Vietnam, ambos rivales de China. Pero el problema más grande de todos puede ser la irritación de Rusia al verse forzado a tomar un papel cada vez más subordinado en sus relaciones con China. Para Rusia la asociación con China se ha vuelto necesaria. Para China es bueno tenerla, pero no es lo más esencial.

Datos cruciales: 

Una fuerte evidencia del nuevo acercamiento entre China y Rusia fue un acuerdo de gas 400 mil millones de dólares firmado en mayo del año pasado en el cual Rusia proveerá a China con 38 mil millones de metros cúbicos de gas anualmente desde 2018 por 30 años.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El reequilibrio geopolítico mundial tiene en la creciente asociación Rusia-China, uno de sus principales vectores. En tanto potencias imperiales, ambos están impulsando iniciativas tanto económicas como políticas y militares, complementando su fuerza en el escenario mundial. Ambos tienen como principal rival al hegemón estadounidense. Es relevante la consideración de China como poder emergente y Rusia como poder declinante, cuando los rusos controlan un segmento importante del mercado energético mundial y han manejado con habilidad esa arma frente a los europeos. En este análisis resulta de la mayor relevancia la competencia de las grandes empresas de las principales potencias económicas, enfrentándose y complementándose en los pocos mercados en expansión que existen actualmente (infraestructuras, energía).