A sub-Saharan seduction. Africa is attracting ever more interest from powers elsewhere. They are following where China led

Cita: 

The Economist [2019], "A sub-Saharan seduction. Africa is attracting ever more interest from powers elsewhere. They are following where China led", The Economist, London, 9 de marzo, https://www.economist.com/briefing/2019/03/07/africa-is-attracting-ever-...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Marzo 9, 2019
Tema: 
La nueva disputa por África
Idea principal: 

Djibouti es una región al noreste de África que por la que pasan un tercio de las embarcaciones globales. Hay bases militares francesas, italianas y japonesas en sus costas. Camp Lemonnier es la única base militar permanente de Estado Unidos en África, y se encuentra junto al aeropuerto. La primera base militar de China se encuentra al noroeste de la región.

Djibouti es una región pequeña, pero cuenta con un puerto multifunción, un ferrocarril a Etiopía y los principios de una zona libre de comercio, que será la más grande de África. Todos estos fueron construidos por empresas estatales Chinas y están dirigidos por ellas en su mayoría. De acuerdo con McKinsey, una consultora de gestión, hay 10 mil empresas chinas en el continente africano.

China está cambiando los términos de sus contratos cobrando cada vez más las conexiones económicas con vínculos políticos y militares, como Turquía y Rusia, que buscan hacer lo mismo. Alex Vines, de Chatham House, un think-thank londinense, habla de una “nueva disputa por África”. Los nuevos colonialistas buscan en África una participación en lo que ahora están tratando de construir: un nuevo modelo de economías y en la creciente estructura global del segundo continente más poblado del mundo, ubicado entre dos de sus tres grandes océanos. Esto sugiere que el continente será un lugar donde se desarrollen las rivalidades internacionales.

John Bolton, asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, afirmó que África es el sitio para una nueva era de “competencia de gran envergadura”. Pero tal competencia no tiene que ser un juego de suma cero. Las inversiones en infraestructura tienden a beneficiar a todos los interesados, no solo a los inversores. Las naciones africanas son los principales jugadores en el juego. La forma en que lo jueguen será un factor decisivo para determinar cuán bien cumpla el continente la promesa que los extranjeros ven en él.

Según el proyecto "Diplometrics" de la Universidad de Denver se abrieron más de 320 embajadas o consulados en África entre 2010 y 2016. Turquía abrió 26, India anunció que abriría 18 más. Los líderes extranjeros están apoyando el impulso diplomático.

Los altos funcionarios de China realizaron 79 visitas a África en lo que va de la década hasta 2018. Desde 2008, el líder de Turquía, Racep Tayyip Erdogan, ha visitado más de 30 ocasiones países africanos. Emmanuel Macron ha visitado el continente 9 veces desde que asumió la presidencia en 2017. Narendra Modi ha visitado ocho países africanos durante sus cinco años de mandato en India. No obstante, Donald Trump no ha pisado África desde que ganó la presidencia de Estados Unidos. Estas visitas, junto con las cumbres, son parte del esfuerzo para hacer uso de la influencia diplomática de África. Las 54 naciones del continente representan más de una cuarta parte de la Asamblea General de la ONU.

China ha persuadido a casi todos los Estados africanos para que abandonen el reconocimiento diplomático Taiwán; sólo falta por persuadir a Esuatini. Rusia ha solicitado apoyo a los políticos africanos sobre sus reclamos en torno a Crimea; 28 países africanos se abstuvieron de una moción de la Asamblea General que condena la anexión. Israel ha buscado el reconocimiento de Jerusalén como su capital, y ahora tiene a Togo de su lado.

Asimismo, los lazos militares se han fortalecido junto con los diplomáticos. El cuerno de África se ha convertido en parte de la disputa entre Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) por un lado e Irán, Qatar y Turquía por otro. En 2017, Turquía construyó su primera base militar en África en Somalia. Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos han lanzado ataques contra Yemen desde sus posiciones en el cuerno africano. Arabia Saudí ha reclutado soldados de Sudán, se cree que está interesada en construir una base militar en Djibouti; los EAU abrirán una base en Somalilandia. En el caso de China su influencia es más amplia. En 2018, el Ejército de Liberación Popular, realizó ejercicios en Camerún, Gabón, Ghana y Nigeria. China aporta más miembros de los "cascos azules" que cualquier otro país; la mayoría de ellos están en la República Democrática del Congo, Mali, Sudán del Sur y Sudán. China afirma que mantiene vínculos militares y comerciales con 45 gobiernos africanos. Además, China vende más armas a los países africanos que cualquier otro país.

En África hay más de un millón de chinos residentes que podrían necesitar protección del gobierno chino. Durante la revolución libia de 2011, un buque naval chino ayudó a la evacuación de miles de contratistas chinos del país.

La expansión china ha preocupado a otras potencias asiáticas. Japón está ampliando su base en Djibouti. India está desarrollando una red de radar y puestos de escucha alrededor del Océano Índico. En marzo de 2020, las Fuerzas Armadas de la India organizarán sus primeros ejercicios en países africanos incluidos Tanzania, Kenia y Sudáfrica. Así mismo, los países europeos están aumentando su presencia en el Sahel, con el objetivo de sofocar el terrorismo islámico y detener el flujo de migrantes hacia Europa. La Unión Europea también está apoyando a soldados del grupo "G5 Sahel" de Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger.

En 2018, la República Centroafricana solicitó ayuda para combatir a los rebeldes. Rusia hizo a un lado a Francia (que fue potencia colonial de la República Centroafricana) y envió armas y asesores. Ahora, el Ministerio de Defensa de la República Centroaficana alberga a un grupo de asesores rusos. Rusia ha intensificado sus vínculos con África. Al menos 2 mil 500 africanos fueron entrenados en o por la Unión Soviética antes de su desaparición. Los asesores políticos rusos han estado ocupados en países como Zimbabwe, Guinea y Madagascar.

Por su parte, Estados Unidos se ha distanciado de África, ha recortado fondos para el desarrollo y programas diplomáticos y anunció una reducción de 10 por ciento de las tropas en África. La importancia económica relativa de Estados Unidos también está disminuyendo, mientras aumenta la de China e India.

Las principales fuentes de inversión extranjera directa (IED) son empresas estadounidenses, británicas y francesas. Pero en 2018, un informe de la ONU sobre la IED global descubrió que “las fuentes geográficas de IED hacia África se están diversificando más”.

El acceso a los recursos naturales de África sigue siendo crítico. Pero las relaciones económicas con África van más allá del aprovisionamiento de productos primarios. La industria de los alimentos ha sido favorecida. Los países del golfo, que importan entre 80 y 90 por ciento de sus alimentos, recientemente han alcanzado acuerdos agrícolas con Mali, Marruecos, Mozambique, Sudán y Tanzania. China que ha acumulado grandes reservas, vendió 781 000 toneladas de arroz a países africanos durante 2017, diez veces más que en 2016 con Costa de Marfil.

Las empresas manufactureras de China respaldadas por el Estado han ayudado a establecer “zonas económicas especiales” en Etiopía, Nigeria, Rwanda y Djibouti. Olam International, una compañía de Singapur, opera una zona de libre comercio en Gabón; India pretende abrir una empresa en Mauricio. Turquía tiene una instalación al lado de la china en Djibouti como parte de un conjunto de planes para África que incluye la construcción de ferrocarriles en Tanzania, terminales aeroportuarias en Ghana, y una ciudad futurista de Diamniadio Lake City en Senegal.

Sin embargo, recalibrar el enfoque de China hacia África ha tenido sus consecuencias. Parte de esto se debe a que algunos acuerdos de China en África se han deteriorado. Sinosure, la aseguradora estatal, tuvo que dar por perdidos mil millones de dólares en el ferrocarril de Djibouti a Etiopía después de que se presentaron menos pasajeros de lo esperado. China también es susceptible a las acusaciones de que usa la deuda como un instrumento para extraer concesiones de los países que no pueden pagar. No obstante, según la Iniciativa de Investigación China África de la Universidad John Hopkins, China es el principal acreedor de solo tres países africanos: Congo-Brazzaville, Djibouti y Zambia. 32% de la deuda externa africana se debe a entidades privadas, mientras 35% se debe a instituciones multilaterales; aunque China es el principal acreedor bilateral, sólo representa 20% del total de la deuda. Anzete Were, un economista de Kenia afirma, “en última instancia, el problema de la deuda es un problema africano […] Pero la participación de China finalmente está retrocediendo”.

En Kenia, los periodistas locales han estado investigando los términos del ferrocarril de 3.2 mil millones de dólares entre Nairobi y Mombasa, con la preocupación de que el puerto de Mombasa pueda ser prometido como garantía. Esto puede alentar a Occidente a aumentar sus esfuerzos económicos. Carlos Lopes, un negociador de la Unión Africana, afirma, “los líderes africanos se dan cuenta de que tienen más opciones que nunca”.

Sin embargo, hay razones para desconfiar. La primera es que los países africanos suelen seguir siendo socio más débil en los acuerdos militares y económicos. Los líderes aceptan firmar acuerdos en términos desfavorables y exorbitantes. El acuerdo del Área de Libre Comercio Continental de África, que necesita la ratificación de solo tres países más para entrar en vigor, podría ser una gran ventaja, ya que le da al continente una sola voz en algunas negociaciones. La segunda razón es, sobre la abundancia de opciones de África que puede significar más opciones para la corrupción, pues lo que es mejor para los líderes no necesariamente es lo mejor para la población. Diplomáticos occidentales elogian a Djibouti en privado por la habilidad con la que ha enfrentado a los países para asegurar el alquiler en bases militares y acuerdos de infraestructura; en este caso, no es claro que el acuerdo haya mejorado la situación de los ciudadanos, aunque benefició a una élite.

La democracia y la transparencia son los antídotos contra la corrupción. No obstante, a Rusia y China no les importa la democracia africana. Estos países pueden alegar que tienen políticas de no intervención, pero en los hechos han apoyado a autócratas. Pero su apoyo a los autócratas equivale a una intervención particularmente reaccionaria. Desde la Guerra Fría occidente ha promovido reformas liberales. La apatía de Estados Unidos por los asuntos africanos es una de las razones por las cuales tales iniciativas se han ralentizado, pero la inserción estadounidense no arreglaría la situación. Aunque la democracia no esté incluida en las estrategias de Estados Unidos, los africanos la requieren para poder elegir a sus políticos como una opción sobre la elección sobre con quién hacer los tratados.

Datos cruciales: 

Gráfica 1. En 2006, Estados Unidos, China y Francia fueron los tres países que más comerciaron con África subsahariana, definida como la suma de las importaciones y exportaciones. De 2006 a 2018, el comercio chino aumentó en un 226% y el de la India en un 292%. Otros países también registraron incrementos impresionantes, aunque desde puntos de partida bajos: 216% para Turquía, 335% para Rusia, 224% para Indonesia. La Unión Europea es el socio comercial más grande de la región sólo registró 41%.

Mapa 1. Embajadas y Consulados en África por país en 2016 y la comparativa de aquellas que fueron construidas desde 2013.

1. De acuerdo con el Instituto Internacional de Investigación de Paz de Estocolmo, China vende más armas en África subsahariana que cualquier otra nación. Representó 27% de las importaciones de armas de la región durante el periodo 2013-2017, en comparación del 16% durante 2008-2012.

2. El stock de FDI de China creció 16 mil millones de dólares en 2011 a 40 mil millones de dólares en 2016.

3. Según el FMI, un tercio de los países subsaharianos puede esperar un crecimiento del PIB de más del 5% en 2019.

4. Según GSMA, una asociación comercial, la cantidad de suscripciones de teléfonos móviles y datos crecerá casi 5% por año durante los próximos cinco años, más del doble del promedio mundial, ya que cerca de 300 millones de africanos se moverán en línea para 2025.

5. Turkish Airlines, propiedad del Estado en un 49%, vuela en más de 50 ciudades africanas.

6. En promedio, 32% de la deuda pública externa africana se debe a prestamistas privados y 35% a instituciones multilaterales como el Banco Mundial. China es el mayor prestamista bilateral con 20% del total.

7. En septiembre de 2018, la Unión Europea anunció que otorgaría donaciones por valor de 40.000 millones de euros entre 2021 y 2027, basándose en el "Plan Marshall para África" de Alemania lanzado en 2017.

8. En octubre de 2018, Estados Unidos duplicó la capacidad de préstamo de su Corporación de Inversión Privada en el Extranjero a 60 millones; ahora también está permitido, por primera vez en 50 años, invertir en capital y deuda

Nexo con el tema que estudiamos: 

En la actualidad África se ha convertido en un escenario de relaciones comerciales sin dejar atrás las situaciones beligerantes que lo caracterizan. La presencia de China en África se ha convertido en un factor clave que ha modificado la disputa por el continente. Ahora todos quieren tener acceso a los beneficios que tiene África, a excepción de Estados Unidos que mantiene una postura distante. Esta re-significación de África como un nuevo espacio de disputa es la configuración de una nueva geopolítica que encabeza China y que se concentra en la economía sobreponiéndose a un escalada militar masiva como lo haría Estados Unidos.