El último estallido de actividad antimonopólico nos muestra que tanto en Europa como Estados Unidos las grandes empresas se encuentran en problemas ya que se están llevando a cabo investigaciones sobre violación del uso de la información. Microsoft lo aprendió, a Facebook le pasó, ahora son Google y Amazon, quienes están en la mira en Estados Unidos y en la Unión Europea respectivamente.

William Barr, el abogado de empresas de medios y telecomunicaciones que se convirtió en fiscal general en febrero, estuvo de acuerdo con un senador que dijo que las firmas dominantes de Silicon Valley podrían usar su poder de mercado para discriminar contra productos, servicios o puntos de vista rivales.

Este último punto preocupa a los republicanos, porque ellos ven a estos gigantes como bastiones liberales, que discriminarán contra las opiniones de la derecha en un esfuerzo por librar a sus plataformas de contenido extremo y odioso. En agosto, el presidente Donald Trump celebró la Cumbre de medios sociales, en la que los bloggers de derecha transmitieron sus quejas. En una señal de hasta dónde llegarán los críticos, Peter Thiel, un exitoso inversor tecnológico y en algún momento defensor de Trump, especuló recientemente que Google había sido "infiltrado" por los servicios de inteligencia chinos. Lo que significa un acto de sabotaje con miras a las comicios presidenciales del 2020.

Si el acuerdo de Facebook con la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) es el precedente, Big Tech aún podría salir ileso. A pesar de la gran multa y su nueva burocracia de privacidad, Facebook no tendrá que cambiar sus prácticas de recopilación de datos y está fuera del alcance de todo reclamo sobre violación del acuerdo de FTC anterior.