What if we stopped pretending? The climate apocalypse is coming. To prepare for it, we need to admit that we can’t prevent it

Cita: 

Franzen, Jonathan [2019],“What if we stopped pretending? The climate apocalypse is coming. To prepare for it, we need to admit that we can’t prevent it”, The New Yorker, Nueva York, 8 de septiembre, https://www.newyorker.com/culture/cultural-comment/what-if-we-stopped-pr...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Septiembre 8, 2019
Tema: 
Un apocalipsis climático se avecina y se debe de admitir que no se puede prevenir.
Idea principal: 

Jonathan Franzen es un colaborador frecuente de The New Yorker y autor de la novela "Pureza".


Quienes son menores de 60 años con seguridad atestiguarán la desestabilización radical de la vida en la tierra: pérdidas de cosecha masivas, incendios apocalípticos, economías que implosionan, así como cientos de millones de refugiados que huyen de sus países de origen por los problemas que el cambio climático genera.

En el artículo se critica a las personas que creen que la catástrofe aún se pueden prevenir. Se puede aceptar que el desastre está en camino y empezar a repensar qué significa tener esperanza. En 1988 esta forma de pensar era válida, cuando la ciencia señalaba que la emisión de carbono en los últimos treinta años era similar a la que se había realizado en los dos siglos anteriores de industrialización. Hoy en día los hechos han cambiado, sin embargo el mensaje sigue siendo el mismo.

Para el autor la catástrofe es irremediable y explica el funcionamiento de la negación: desde un punto de vista psicológico, la negación es el mecanismo de defensa que utilizan las personas, ¿para qué pensar en un concepto alarmante, distante y abstracto como la muerte, si puedo asegurar mis sentidos con el desayuno o alguna otra sensación del presente? La mente prefiere enfocarse en el desayuno que en la muerte inminente.

Hay otro tipo de negación que es más voluntariosa y se puede encontrar en la izquierda progresiva. Quienes apoyan el New Green Deal apoyan la idea de que el cambio climático puede ser detenido y que hay tiempo para prevenirlo, sin embargo, no escuchan atentamente y no se dan cuenta que esta prevención es puramente teórica.

Nuestra atmósfera y los océanos pueden absorber solo una gran cantidad de calor antes de que el cambio climático, intensificado por varios circuitos de retroalimentación, salga de control. El consenso entre los científicos y los responsables políticos es que pasaremos este punto de no retorno si la temperatura media global aumenta más de dos grados centígrados.

Por esta razón, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), señala que para limitar el aumento de la temperatura, no sólo se tiene que revertir la tendencia de la última década; se necesita llegar a cero neto emisiones globalmente en las próximas tres décadas.

Sin embargo, una publicación de la revista Scientific American, demuestra que los científicos han subestimado el ritmo y la severidad del cambio climático. Con el uso de supercomputadoras han establecido diferentes escenarios para hacer la mejor predicción del alza de la temperatura. En el mejor de los casos el incremento será de dos grados celsius, pero podría ser mayor.

Tomando en cuenta las prescripciones de políticos y activistas, el autor propone tres condiciones para prevenir la catástrofe:

1. Que cada uno de los principales países contaminantes del mundo instituyan medidas de conservación draconianas, cierren gran parte de su infraestructura de energía y transporte y reestructuren completamente su economía.

2. El autor señala que los gobiernos deben gastar mucho, lo que implica una redistribución de la riqueza.

3. Que el abrumador número de seres humanos, incluidos millones de estadounidenses, deben aceptar impuestos altos y severas reducciones de sus estilos de vida familiares sin rebelarse.

Respecto a necesidad de revertir las posturas que prefieren seguir negando la realidad de la debacle climática, el autor señala que todavía se pueden llevar a la práctica acciones, éticas también, para reducir las emisiones de carbono. Reducir a la mitad nuestras emisiones haría que los efectos inmediatos del calentamiento global sean algo menos severos.

En cuanto a la ética, el autor sugiere que se elimine la negación como mecanismo de defensa: aceptar que la falsa esperanza de salvación es perjudicial porque lleva a las personas a una zona de confort, llevando a cabo actividades como votar por candidatos verdes, andar en bicicleta al trabajo o evitar viajes aéreos. Mientras que, si se acepta la realidad de que el planeta pronto se sobrecalentará a tal punto de amenazar a la civilización, hay mucho más que se debería estar haciendo.

Otro problema que podría traer el cambio climático, en términos políticos, se daría cuando en tiempos de caos, las personas busquen protección en el tribalismo y las fuerzas armadas, más que en el estado de derecho. La mejor defensa contra esta distopía sería mantener democracias sólidas, el funcionamiento de los sistemas legales y la fortaleza de las comunidades.

Un ejemplo de lo que aún se puede hacer es el de una organización, en Santa Cruz, llamada Homeless Garden Project. Es una pequeña granja de trabajo en el extremo oeste de la ciudad, ofrece empleo, capacitación, apoyo y un sentido de comunidad a los miembros de la población sin hogar de la ciudad.

Datos cruciales: 

1. Según un artículo reciente en la revista Nature, las emisiones de carbono de la infraestructura global existente, si opera durante su vida útil normal, excederá toda nuestra "asignación" permitida de emisiones.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las dinámicas capitalistas empeoran la posibilidad de prevenir y detener la crisis del cambio climático, mientras que la negación (como mecanismo psicológico de defensa), permea las subjetividades e imposibilita pensar en ideas dedicadas a la reestructuración de la economía global.