El artículo rescata las aportaciones de Richard Feynman, físico estadounidense, que introdujo la idea de que, al aprovechar la mecánica cuántica, podría ser posible construir un nuevo tipo de computadora, capaz de abordar diferentes problemas. En las últimas cuatro décadas, las computadoras cuánticas han evolucionado lentamente. Han pasado de ser aportaciones teóricas a máquinas pequeñas en laboratorios universitarios para investigar y actualmente forman parte de proyectos dirigidos por algunas de las compañías más grandes del mundo.

Un nuevo hito en esta área es la computadora cuántica construida por investigadores de Google, que parece haber realizado en poco más de tres minutos, una tarea que algunos investigadores estiman que la supercomputadora clásica más poderosa del mundo le tomaría alrededor de 10 000 años completar. La máquina de Google es un dispositivo que fue diseñado para resolver un problema artificioso con pocos usos prácticos.

The Economist considera que junto con la tecnología 5G y la inteligencia artificial, la computación cuántica es una de las tecnologías de las cuales le encanta hablar a los presidentes, tanto de países como de empresas. China y Estados Unidos se han comprometido a invertir miles de millones de dólares en esta tecnología emergente que sentaría las bases de una carrera que presumiblemente daría riquezas y poder a quien se apodere del "Santo Grial de la informática".

Sin embargo se menciona que varios trabajos de investigación demuestran que las computadoras cuánticas serán potentes, pero limitadas. Las computadoras cuánticas no son superiores en todos los aspectos a las previas supercomputadoras. De hecho para muchas tareas ofrecerán poca mejora. No obstante, para algunas tareas, programadores o matemáticos podrán desarrollar potentes algoritmos para explotar todas sus capacidades. Estos algoritmos podrán ahorrar mucho tiempo para resolver un problema.

Finalmente el artículo concluye describiendo algunas de las aplicaciones en las cuales la capacidad de las computadoras cuánticas serán muy superiores, por ejemplo: en el cifrado, una máquina cuántica podría rápidamente desenredar las matemáticas complejas que subyacen en gran parte de la codificación que protege información en línea, lo cual establecería nuevos retos para la ciberseguridad; otros usos pueden ser desarrollar desde productos farmacéuticos hasta petroquímicos además de mejorar los algoritmos comerciales. Los investigadores en inteligencia artificial esperan que la computación cuántica también podría ofrecer un impulso a sus algoritmos.

The Economist señala que el impacto que está causando la computación cuántica podría asemejarse al momento en el que se desarrolló el satélite Sputnik y captar la atención de todo el mundo.