Governance of Economic Transition

Cita: 

Järvensivu, Paavo, et. al. [2018], “Governance of Economic Transition”, A background document to the UN Global Sustainable Development Report 2019, Helsinki, BIOS Research Unit, https://bios.fi/en/economic-transition-governance-a-scientific-backgroun...

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
2018
Tema: 
Propuestas de gobernanza económica frente al colapso ambiental.
Idea principal: 

Paavo Järvensivu es investigador independiente de cultura económica, es fundador de BIOS Research Unit, con sede en Helsinki, Finlandia.
Tero Toivanen es investigador en el Departamento de Estudios políticos y económicos de la Universidad de Helsinki, Finlandia.
Tere Vadén es filósofa e investigadora de BIOS Research Unit.
Ville Lähde es filósofa ambiental e investigadora de BIOS Research Unit.
Antti Majava es artista e investigador de BIOS Research Unit.
Jussi T. Eronen es profesor del Programa de Investigación en Ecosistemas y Ambiente de la Universidad de Helsinki, Finlandia.


El trabajo de Paavo Järvensivu, et. al. , es una reflexión sobre los desafíos teóricos y prácticos que enfrenta la economía debido las transformaciones ecológicas que atraviesa el planeta.

En primer lugar, las y los autores señalan que las economías atraviesan enormes cambios energéticos y materiales: el fin de la época de la energía barata, la necesidad de transitar a fuentes de energía menos eficientes que los combustibles fósiles y el aumento de los costos, en especial porque la capacidad de los ecosistemas planetarios para encargarse de los desperdicios generados por las economías ha sido rebasada.

Esta era de transición energética -caracterizada por la reducción de emisiones de carbono, la disminución en el uso de combustibles fósiles y los efectos perceptibles del cambio climático- requiere de “profundos compromisos políticos y una gobernanza proactiva, algo semejante a un Plan Marshall global” (p. 1), en contraste con la visión económica convencional que pretende encontrar en el mercado las soluciones a todo tipo de problemas.

Un nuevo pensamiento económico para los años turbulentos por venir
A pesar de que los avances en la economía ecológica se han integrado parcialmente en el pensamiento económico, éste sigue siendo inadecuado para explicar la actual era de transición. En efecto, los planteamientos la teoría económica dominante fueron desarrollados en una época de abundancia energética y material y a pesar de que enfrentaron las crisis petroleras de las décadas de los años 80 y 90, no se incorporaron nuevos enfoques.

A los efectos del cambio climático y la destrucción ecológica, se suman enormes problemas económicos: creciente desigualdad, desempleo, lento crecimiento, altos niveles de deuda y gobiernos sin herramientas para afrontarlos, situaciones que el pensamiento convencional no toma en consideración. Por ello, es necesario recuperar algunos principios de las teorías económicas heterodoxas que puedan “apoyar a los gobiernos a dirigir las economías hacia una actividad que deje de ser una carga para los ecosistemas naturales y que simultáneamente asegure oportunidades iguales para una buena vida humana” (p. 2) en el periodo de transición.

¿Qué se necesita hacer en términos sociales y materiales?
En términos concretos, las y los autores señalan que la era de transición requiere cambios fundamentales en la manera de producir y consumir energía, transporte, alimentación y construcción de viviendas. El objetivo es conseguir una reducción dramática en la carga sobre los ecosistemas naturales y ofrecer oportunidades decentes de vivir.

Energía
Para abandonar la enorme dependencia de los combustibles fósiles (Dato crucial 1) y transitar a un nuevo patrón de producción y consumo energético, se requiere cambios profundos. En primer lugar, la infraestructura energética debe ser transformada en su totalidad. Dado que la energía de fuentes renovables tiene requerimientos distintos y un menor retorno de energía de la inversión (EROI, por sus siglas en inglés), se enfrentarán retos que no podrán ser satisfechos sin modificaciones en instalación y canales de abasto. Además, será necesario disminuir la demanda total de energía, por lo que los cambios en el consumo energético serán imprescindibles.

Transporte
En las ciudades, será necesario abandonar los autos dependientes de gasolina por bicicletas, caminatas y transporte público, y en trayectos más largos, por vehículo eléctricos. Esos cambios suponen modificaciones en la planeación urbana, en la producción de vehículos, en la infraestructura de transporte público, en el uso de transporte para viajes internacionales y en la producción y almacenamiento de energía.

Alimentación
En los países en desarrollo, el patrón de exportación de alimentos y materias primas debe ser sustituido por la producción local de alimentos con alta diversidad nutricional. Los países que dependen en alta medida de las importaciones de alimentos, tendrán que construir las bases para alcanzar la autosuficiencia alimentaria. En cuanto a las prácticas de producción y consumo, una dieta basada en vegetales deberá sustituir a los lácteos y la carne.

Construcción
En cuarto lugar, las y los autores señalan la necesidad de transformar los procesos de construcción dada la enorme cantidad de emisiones de carbono que desatan. En primer lugar, sustituir materiales como concreto y acero por madera, supone modificar toda la cadena de producción: desde las prácticas de la industria forestal hasta el destino alternativo que se le da, como la industria del papel y la generación de energía. Además, también deben ponerse en cuestión los sistemas de calentamiento y enfriamiento de las viviendas, una de las principales fuentes de emisión de carbono.

Una rápida transición económica requiere una gobernanza proactiva, el mercado no puede cumplir la tarea
Para alcanzar estos cambios, Järvernsivu, et. al. sugieren que se requieren planes coordinados que puedan dar resultados a la velocidad requerida para alcanzar la meta de la disminución de emisiones de carbono.

La teoría económica convencional argumentaría que cualquier intervención del gobierno produciría efectos ineficientes. Ya sea en términos de empleo, tecnología o infraestructura, los gobiernos estarían distorsionando el destino de los recursos. Bajo esta noción, los economistas defienden que los bonos de carbono son la solución más eficiente al problema de la emisión de gases de efecto invernadero. Según esta visión, el problema es que el mercado de carbono permanece reducido a ciertos países o industrias. No obstante, las y los autores reiteran que esta solución es insuficiente para garantizar las transformaciones en energía, alimentación, transporte y vivienda, o por lo menos, para hacerlo con la velocidad que se requiere.

Otro argumento de la escuela convencional es que, para evitar problemas inflacionarios, los gobiernos deben mantener presupuestos balanceados. Esto significa que los gobiernos deben evitar caer en déficit presupuestario y, al mismo tiempo, limitar las afectaciones a las empresas pues podrían reducir los incentivos de inversión. El resultado es que los gobiernos no cuentan con recursos fiscales para la transformación de la estructura económica.

Ambos argumentos, provenientes de la escuela neoclásica, deben ser sustituidos por otros principios teóricos que privilegien las estructuras sociales y no sólo el interés individual.

La teoría económica como apoyo a una gobernanza de transición
En esta sección las y los autores recuperan los principios de la corriente postkeynesiana para generar explicaciones y políticas aplicables a la situación de transición que proponen.

La escuela postkeynesiana parte de las instituciones económicas existentes: los mercados no existirían sin regulación política, no ve riesgo en la intervención estatal, no asume que los mercados tienden al equilibrio sino a la crisis, y no se espera que éstos generen resultados sociales y ecológicos deseables por sí mismos, sino que requieren del liderazgo político. “Desde esta perspectiva, la acción colectiva, organizada por al menos parcialmente por el estado, debería estar guiada no por la necesidad de asegurar fondos públicos, sino sobre la base de metas sociales y el aseguramiento de condiciones materiales” (p. 5).

La teoría postkeynesiana reconoce y explica transiciones económicas y políticas distintas a las de los países occidentales, por lo que puede aportar al estudio de transiciones material y ecológicamente benéficas.

El nuevo orden geopolítico durante y después de la gobernanza de transición
Los cambios propuestos por las y los autores tendrían que tener como resultado “un mundo keynesiano con límites planetarios”, es decir, economías autónomas y comprometidas con un comercio internacional que cumpla funciones específicas, como la seguridad alimentaria. La economía, para individuos, organizaciones y gobiernos, dejaría de ser un fin en sí misma y volvería ser un medio para alcanzar una vida disfrutable.

A nivel interestatal, los cambios esperados serían de diverso orden: en los países ricos, el nivel de adquisición sería menor pero estará mejor distribuido; las relaciones entre países ricos y pobres estarán enfocadas a mejorar las condiciones de vida y alcanzar las metas en la emisión de carbono; las instituciones internacionales (como el FMI) tendrían que reconfigurarse; los países podrán usar las inversiones locales para reducir las migraciones masivas, entre otras.

Finalmente, las y los autores señalan que para iniciar la transición hacia la sustentabilidad y lograr la implementación de acuerdos internacionales se requiere que un grupo de países progresistas tomen el liderazgo, apoyados en un pensamiento económico que reconozca la importancia y la pertinencia de la intervención estatal. Para las y los autores, “los estados son los únicos actores con la legitimidad y la capacidad de organizar las transiciones a gran escala” (p. 6).

Datos cruciales: 

1. Aproximadamente 80% del abasto neto de energía primaria global proviene de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbono).

Nexo con el tema que estudiamos: 

El estudio parte del reconocimiento del agotamiento del pensamiento económico convencional y de las recomendaciones de política que se han implementado frente a la destrucción del ambiente y la rapidez de los cambios económicos, políticos y sociales que se requieren. No obstante, la propuesta teórica a la que recurren no es una modificación sustancial de la matriz epistémica que ha configurado el modo de producción capitalista, por el contrario, dejan en manos de los agentes estatales las directrices que puedan guiar cualquier cambio profundo.