Las apuestas en el campo de las tecnologías limpias parecen ir viento en popa en lo que va de esta década, tal como lo demuestra el agregado total de 2.6 billones de dólares que han fluido hacia la generación de energía baja en carbón desde el año 2010. A pesar de que algunos emprendimientos amigables con el ambiente se han visto afectados por el recorte en los subsidios verdes a nivel global, tal situación no parece afectar a un pequeño grupo de grandes industriales y emprendedores que además de hacer el bien por el planeta, también buscan hacer el bien para ellos mismos.

De acuerdo con una encuesta realizada por The Economist, una docena de magnates a lo largo del mundo se encuentran desarrollando iniciativas verdes, las cuales arrojan en total un valor neto de 200 mil millones de dólares. Entre los proyectos se encuentra el desarrollo de tecnologías maduras, algunas en proceso de perfección, mientras que otras rayan en el campo de la innovación.

Entre los empresarios citados se encuentra el conocido Ellon Musk, quien a raíz de la alianza exitosa con PayPal pudo diversificar parte de su fortuna hacia la firma Tesla, especializada en el diseño y fabricación de automóviles eléctricos. Aunque en el último año tuvo pérdidas por mil millones de dólares y la producción en masa de su último modelo, el Tesla Modelo 3, enfrento algunos inconvenientes, la diversificación hecha por Musk también se extendió hacia el desarrollo de baterías, no solo para sus Tesla sino también para lograr un balance en la red eléctrica.

Robert Friedland también ha sobresalido en los últimos años, especialmente por las inversiones realizadas para extraer minerales como cobalto y níquel, los cuales son utilizados en el desarrollo de baterías recargables. Las zonas de operación de su empresa Ivanhoe Mines, abarcan principalmente Australia, aunque recientemente se encuentra desarrollando en el continente africano la que podría ser la segunda mina de cobre más grande del mundo. El éxito también ha provenido de su alianza con inversionistas chinos para desarrollar sulfatos de metal aplicados a baterías de ion de litio.

En el continente asiático sobresalen dos empresarios chinos. La empresa BYD, fundada por Wang Chuanfu, es actualmente uno de los mas grandes productores de baterías, celdas solares, maquinaria pesada, telefonía móvil y autos eléctricos, reportando ventas que superan los 18 mil millones de dólares. El otro puesto corresponde a Zhang Yue y su empresa Broad Group, encargada de producir enfriadores de absorción que reciclan calor residual.

Igualmente sobresale el empresario alemán, Aloys Wobben y su empresa Enercon, especializada en la producción de turbinas y aerogeneradores, al igual que el brasileño Rubens Ometto y su compañía productora de azúcar Cosan; a partir de una alianza con el gigante energético anglo-alemán Royal Dutch Shell, ahora produce etanol a partir de la caña de azúcar.

Además de estos empresarios, existen otros que han canalizado parte de sus fortunas generadas en ámbitos totalmente distintos hacia proyectos climáticos limpios, como Phillip Anschutz y Bill Joy. El primero emigró desde el ámbito petrolero y cinematográfico para incursionar en la promoción de una red eléctrica de alto voltaje, TransWest Express; con un valor de 3 mil millones de dólares, se espera que la red de aerogeneradores que irá desde el estado de Wyoming hasta California, inicie operaciones de construcción en el 2020. El segundo fue co-fundador de la empresa de software Sun Microsystems y ahora apuesta por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la incursión de su empresa Beyond the Meat, especializada en la producción de alimentos sustitutivos de carne, pues dicha industria es responsable del 14.5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Asimismo, resultan llamativas las innovaciones realizadas en la industria cementera de la mano de su empresa fundada en 2014, Solida Technologies. A partir de que dicha empresa encontró la manera de reducir las huellas de carbono de la industria en 70%, gigantes del ramo como LafargeHolcim, perteneciente a la compañía de cemento Franco-Swiss, han ayudado a darle comercialización.

El esfuerzo más sobresaliente puede que sea el generado por el co-fundador de Microsoft, Bill Gates. Con una inversión de 105 mil millones de dólares, la empresa Carbon Engineering busca lograr la reutilización del dióxido de carbono presente en la atmósfera, al convertirlo en combustible que una vez quemado no contribuiría a aumentar los niveles de dichos gases. Igual mención merecen los esfuerzos que la empresa TerraPower ha desarrollado en la generación de un nuevo tipo de reactor nuclear.

Finalmente, sin buscar un beneficio directo, sobresalen las inversiones realizadas por Jeremy Grantham, director del fondo de inversiones GMO, al igual que las realizadas por el jefe del vaticano, el papa Francisco. Mientras que el primero ha aportado mil millones de dólares para la generación de investigaciones y políticas contra el cambio climático; el segundo sostuvo reuniones con directivos ejecutivos de las empresas petroleras mas grandes del mundo como BO, ExxoMobil, Shell y Total, con la finalidad de que apoyen acciones económicas significativas en favor de la fijación del precio de carbono.