China's Private Army: Protecting the New Silk Road

Cita: 

Arduino, Alessandro [2018], China's Private Army: Protecting the New Silk Road , China, Shanghai Academy of Social Sciences, 184 pp.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2018
Tema: 
Implicaciones de la expansión en el uso de corporaciones de seguridad privada y vehículos aéreos no tripulados en la iniciativa china BRI
Idea principal: 

La apuesta de China por el renacimiento de la antigua Ruta de la Seda se basa en el libre flujo de mercancías, eliminación de barreras comerciales y la modernización de infraestructura que brinde sustento al megaproyecto.

Las consideraciones de seguridad para las rutas marítima y terrestre es un tema que se debe contemplar, ya que se infravaloró el impacto del rechazo de las comunidades locales a la iniciativa Cinturón y nueva ruta de la seda (Belt and Road Iniciative, BRI).

Como experiencia está el ataque en Karachi, donde el ejército revolucionario Sindudesh asesinó a trabajadores chinos con la intención de mostrar su negativa al imperialismo chino. Desde su lanzamiento en 2013, la diplomacia china ha publicitado la BRI por sus beneficios en cuanto a conectividad y fomento de inversiones en infraestructura. Pero es posible que esta forma de combatir la ansiedad sobre qué es lo que caracteriza el auge chino provoque más problemas con comunidades locales que se ubican a lo largo de las rutas contempladas.

En los últimos 20 años la desaparición del orden bipolar llevó al auge de corporaciones privadas que brindan servicios militares (PMSC, por sus siglas en inglés) como parte del núcleo de su modelo de negocios. Por lo que la solución al problema de seguridad de la BRI podría ser las empresas internacionales que brindan seguridad privada armada, evaluación especial de riesgos, seguros y mitigación de crisis. Ya que las empresas privadas y las auspiciadas por el estado chino (SOE, por sus siglas en inglés) han confiado en que sus inversiones serán protegidas por los acuerdos hechos por China y los países anfitriones.

Sin embargo, muchos de los países donde se encuentran estas inversiones tienen legislaciones que no permiten el uso de seguridad privada armada de este tipo. El separatismo y la insurgencia son problemas clave que se deben tomar en cuenta, pero sin olvidar el efecto causado en las poblaciones locales por el flujo de trabajadores chinos, cuyo impacto cambia las dinámicas de poder y riqueza, pero sobre todo redefine quienes son los perdedores y ganadores en cuestión. Lo que podría culminar en rechazo hacia los mismos.

A pesar de que las capacidades de las compañías de seguridad privada (PSC, por sus siglas en inglés) de China son menores a la de sus similares en el extranjero, el capital chino opta por trabajar con sus connacionales ligados al aparato nacional de seguridad, debido al temor a que ocurran filtraciones de información sensible. Por lo que la cultura que se promueve desde este sector, que se caracteriza por enfocarse en los costos menores para la obtención de mayores beneficios, debe transitar hacia una cultura de alta calidad en servicios, donde se entrene, cuide y retribuya de manera que se logre captar y preparar el talento necesario para responder a esta necesidad.

El método utilizado para la formulación del riesgo requerido por las SOE, tiene como primer punto y factor central el conocimiento del impacto que tendrá en la región designada, ya que las disputas locales, enfermedades y accidentes automovilísticos causan más muertes que los propios ataques terroristas. Además, como resultado de ser vistas como un mecanismo de consumo de recursos, el ejercicio de cálculo de riesgo se vuelve inevitable. Como segundo punto, se encuentra el análisis de posibles conflictos de interés entre las SOE y el proveedor de servicios. También existe una laguna jurídica sobre las responsabilidades de las SOE en caso de algún daño o tragedia imprevisto en territorio extranjero.

Otro problema a mediano y largo plazo es la escasa transparencia existente en las transacciones financieras entre las SOE, las PSC y los demás subcontratistas. Ya que, en ausencia de reglas y regulaciones prácticas, las actividades de estas corporaciones son imposibles de rastrear, permitiendo la reproducción de prácticas ilegales como el lavado de dinero.

La evaluación de la efectividad del uso de mano de obra extranjera es otro proceso importante que puede generar conflicto, el cual varía dependiendo de las condiciones locales, sea contemplando sólo a trabajadores extranjeros, locales o una mezcla de ambos.

En resumen, la creación de un modelo eficiente de cooperación entre las agencias gubernamentales chinas, las SOE y las empresas de seguridad privada, es fundamental para el mantenimiento de la estrategia ganar-ganar en la BRI. La iniciativa no sólo busca beneficiar a China, sino brindar soporte al sistema económico global al crear beneficios mutuos y el sector privado jugará un papel estratégico en la protección de su funcionamiento.

Durante la guerra de Irak muchas empresas armamentistas estadounidenses se vieron beneficiadas con contratos millonarios, entre ellas Parsons, DynCorp y Halliburton. Y justo en el punto álgido del conflicto, el secretario de defensa estadounidense Donald Rumsfeld, además de completar la anterior privatización, confirió a los contratistas inmunidad contra las jurisdicciones locales, lo que abrió las puertas al abuso del poder.

Como ejemplo arquetípico se encuentra el asesinato de 17 civiles en Nisour, evento ocurrido en septiembre de 2007, a manos de contratistas de la empresa Blackwater. Un mes después de lo ocurrido, familiares de las víctimas expusieron el caso en la corte federal estadounidense contra asesinatos extrajudiciales y crímenes de guerra; el fallo culminó 7 años después en la corte federal distrital, donde se encontró que las muertes fueron resultado de un acto criminal y no un acto de defensa contra una amenaza.

Después de todo, Blackwater no perdió su cartera clientes durante el proceso, a pesar de que otra investigación subsecuente realizada por el FBI encontró que los disparos en la plaza Nisour fueron injustificados. Tras la multa que se le impuso en Estados Unidos, Blackwater fue reemplaza por la PCSM Triple Canopy, sin embargo, a pesar de que esta empresa reclutó trabajadores provenientes de Sudamérica y África Central, se confirmó que gran parte del personal de Blackwater emigró hacia Triple Canopy tan pronto como se conformó la nueva empresa.

La fiabilidad de las PSC del país del reino medio es aún endeble, debido al vínculo existente de sus trabajadores con las fuerzas armadas, lo que causa sospecha por la consecución de agendas secretas alternas o por la creación de estructuras de seguridad orquestadas por Beijing.

Por un lado, el modelo de Blackwater puede servir como ejemplo a las PSC chinas, debido a que a pesar de las multas recibidas, sus contratos con el gobierno estadounidense no se vieron afectados. Sin embargo, un análisis posterior muestra que esta vía no es compatible con el bajo perfil que se ha llevado como estrategia desde la época de Deng Xiaoping. El rastro de las PSC chinas aún se mantiene lejos del modelo Blackwater, pero los antecedentes sobre gerentes chinos disparando contra trabajadores o de asesinatos durante disputas laborales, muestran que la influencia del machismo de Blackwater se encuentra presente en las mismas.

Blackwater ha sido vendida y ha cambiado de nombre un par de ocasiones, pero su fundador Erik Prince, se ha mantenido en movimiento ligándose a la empresa HK company Frontier Service Group (FSG, por sus siglas en inglés), la cual publicó en su sitio web estar preparada para brindar entrenamiento al personal de seguridad de la BRI. Lo que llama la atención es la abierta invitación para abrir dos centros de entrenamiento en las provincias chinas de Yunnan y Xinjiang, ambos sitios estratégicos, el primero por encontrarse inmediato a la ruta de terroristas que van de Xinjiang a Tailandia y por ser clave en la lucha de Beijing contra el comercio de drogas en el sudeste de su territorio, mientras el segundo, por ser el centro de las maniobras anti terroristas contra los separatistas Uighur.

Al mismo tiempo Erik Prince ha invitado al presidente Trump a elegir un virrey en Afganistán que controle la situación, ya que desde su perspectiva muchos organismos se encuentran inmiscuidos, en su receta de 5 puntos hace mención que este ente además de comandar llevaría el presupuesto, política, promoción y contratación, además de informar directamente al presidente sobre el acontecer. A pesar de que esta carta pueda ser ignorada, la atracción de los proyectos en China aún están en la mesa.

El uso de vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) permite la video vigilancia de espacios, así como el despliegue de ataques sincronizados con drones equipados. Aplicación que ha sido aprovechada por las fuerzas armadas estadounidenses para hacer la guerra o para defender campos de extracción de petróleo en sitios inestables.

La proliferación de esta tecnología trae consigo nuevos paradigmas militares, como el uso de drones mercenarios, además de cumplir el sueño de muchos contratistas de proveer todos los servicios de seguridad desde la comodidad del hogar. Varias PSC están ofreciendo complementar el escudo de protección chino con la vigilancia aérea de drones, dirigibles profesionales y vigilancia remota de largo alcance.

El papel de la recolección de inteligencia y la vigilancia realizada por parte de las PSC es todavía cuestionable y se mantiene en el limbo legal. Además, el uso de UAV en ámbitos militares pone en peligro a la población civil bajo vigilancia y podría provocar daños colaterales.

Pero sin duda las PSC que emplean el uso de drones están abriendo un nuevo nicho de mercado, pudiendo brindar servicios durante desastres naturales y con el atractivo de evitar costos durante los momentos de inactividad. Por lo que se puede visualizar a futuro el desarrollo de PSC chinas con capacidad aérea, marítima y terrestre.

La actual situación en la que prevalece la incertidumbre, falta de claridad y ausencia de líneas a seguir establecidas por organismos internacionales, permiten a China influir en el desarrollo del sector de las PSC, ya que debido al tamaño del mercado de la fuerza con características chinas disponible esta modalidad podría incidir en los códigos de conducta que se establecen de occidente a oriente lo que no significa que la posición estadounidense de líder vaya a desaparecer de forma súbita. Sin embargo, los nuevos marcos legales de las PSC deben considerar el papel y las responsabilidades de ambos países, el de China como potencia en ascenso, así como el rol de liderazgo y madurez al que Estados Unidos ha llegado en el mercado de la fuerza. Siendo importante la implicación de la Unión Europea, ya que pesar de su caída económica, su fuerza regulatoria proporcionará herramientas políticas y mecanismos de control efectivos a las PSC chinas, lo que será de ayuda porque podría mostrar que no todas las acciones llevadas a cabo por China han sido adecuadas.

Se han desarrollado dos perspectivas desde la literatura actual sobre el mercado de la fuerza, en la primera se observa a ésta como condición esencial para el mantenimiento de las fuerzas armadas en muchos campos. Mientras por otro lado, algunos gobiernos y organizaciones internacionales como Naciones Unidas han dado legitimidad al uso de PSC en zonas peligrosas.

China siguió dos iniciativas estadounidenses de carácter nacional e internacional que buscan mejorar el funcionamiento de las PSC, la 2015 US House of Representatives National Defence Authorization Act (NDAA, por sus siglas en inglés) y la International Code of Conduct Association (ICoCa, por sus siglas en inglés) las cuales sirven para investigar o utilizar recientes descubrimientos y sugerencias políticas sin reformularlo todo. Por ejemplo, la NDAA ayuda a mejorar el funcionamiento de la PSC del departamento de defensa estadounidense, mientras la ICoCa permite llenar los vacíos entre las regulaciones nacionales e internacionales, actúa como plataforma regional y restringe el mal comportamiento de las PSC.

El marco regulatorio que Beijing va introducir en el mercado de la fuerza necesita escapar de la influencia de grupos de interés nacionales, y contemplar que un aumento de influencia en el sector PSC significa una regulación interna hacia ellos mismos, ya que de no ser así la agencia reguladora terminaría por ser tomada por los organismos que se supone debe controlar.

Además, China debe considerar que la estabilidad de la BRI puede ser fluctuante en ciertas zonas y que el monitoreo del riesgo debe ser continuo por el mismo acontecer internacional y los cambios de gobierno. También la disputa por los recursos puede desarrollarse a nivel interno, o incluso el acercamiento hacia ciertos gobiernos puede despertar la molestia de otros, como el caso de India y Pakistán. Por lo que el riesgo va ir evolucionando con los mismos movimientos políticos y sociales.

La demanda por seguridad privada es exponenciada por gobiernos que no tienen la capacidad de mantener la estabilidad de sus propios territorios. Durante la década los noventa, la transformación del mercado de la fuerza estuvo caracterizada por los países industrializados que privatizaron algunas funciones de sus ejércitos. Después del 11/09 esta transformación llegó a su punto álgido por el peligro del terrorismo, y en 2013 tras las implicaciones de la puesta en escena de la BRI el escenario continuó transformándose y exigiendo una reinvención del mercado de la fuerza.

La mezcla entre las amenazas terroristas, las extorsiones criminales y la violencia política en compañía del crecimiento de las SOE, son el catalizador de los cambios en la industria de la seguridad privada. A pesar de ello, las PSC con características chinas no están a la vanguardia, si no que ocupan un nicho de mercado entre la provisión de seguridad y la preservación de los intereses económicos chinos más allá de sus fronteras.

Las transformaciones desde los años setenta del siglo XX al presente siglo, han provocado que el monopolio de la violencia detentado por el estado, pase a ser ahora cuestión del sector privado. Independientemente de la competencia, la provisión de PSC a lo largo de la BRI debe tener en cuenta errores pasados para evitar que los abusos a los derechos humanos y las tragedias se repitan.

La narrativa de seguridad de la BRI experimentará problemas cuando el aumento de las amenazas a los activos chinos haga borrosa la línea entre la seguridad defensiva y los ataques preventivos. Incluso crisis inesperadas podrían surgir cuando parte de las SOE y las PSC no compartan la misma agenda que el gobierno central chino. Al mismo tiempo, cuando los intereses nacionales contrasten con el consenso internacional, el mecanismo regulador estará bajo presión del principal inversor.

Datos cruciales: 

1. El corredor económico chino-pakistaní cuya inversión china fue de 63 mil millones de dólares, forma parte toral del megaproyecto Belt and Road Initiative (BRI, por sus siglas en inglés) el cual conecta Asia central con el puerto de Gwadar en Pakistán.

2. La suma invertida por China en los fondos de la BRI no tiene precedentes, al ser de un total de 8 billones de dólares.

3. La cantidad de empresas de seguridad chinas que ofrecen protección personal sin armamento son más de 5200, las cuales ocupan 3 millones de oficiales de seguridad. Sin embargo, sólo 30 compañías cuentan con las capacidad y la experiencia de proveer por si solas servicios de manera internacional.

4. La Asociación de Seguridad China estima que la cantidad por año invertida en gas y petróleo por China National Petroleum Corporation, Sinopec Group y China National Offshore Oil Corporation ronda los 2 mil millones de dólares.

5. En 2007 la armada estadounidense tenía 160 000 soldados en Irak, apoyados por 180 empleados privados que trabajaban para 630 contratistas de más de 100 países. Con base en los datos del reporte Cost of War, los soldados asesinados en ambas guerras fueron más de 6 800 hasta 2015. Mientras el número de trabajadores asesinados fue de más de 6 900 en el mismo lapso de tiempo.

6. Las PSC han expandido su portafolio de clientes al agregar la protección de departamentos de estado fuera de sus fronteras. En 1998 los beneficios fueron de 400 mil dólares, mientras en 2006 sobrepasaron los mil millones de dólares en contratos con el Departamento de estado estadounidense.

7. El Internet ha facilitado la búsqueda de trabajadores para el mercado de la fuerza, con sitios web como www.shooterjobs.com, sitio que ofrece pagos de hasta 150 mil dólares al año para trabajadores cualificados.

8. La empresa canadiense Cassidian, ha realizado más de 15 mil horas de vuelo con drones fabricados en Israel.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Como refiere el autor, el resentimiento de las poblaciones locales es la característica que prevalece en todos los escenarios donde las PSC efectúan su labor. El desarrollo de marcos legales que guíen el actuar de las PSC será necesario para el beneficio de todas las partes, al evitarse las tragedias ocurridas en el pasado y controlar el riesgo para la estabilidad de los proyectos. Siguiendo esta línea, las regulaciones deben partir y tomar como centro a los ciudadanos, y no a las corporaciones. Esto será importante contemplando que en las últimas décadas el Estado ha ido perdiendo el monopolio del uso de la fuerza, por lo que las negociaciones y la cooperación entre Estado y corporaciones será fundamental.

También las características que hasta el momento han definido a las PSC como la falta de transparencia, y de responsabilidad jurídica, tienen que atenderse con prontitud por la creciente necesidad de estos servicios y por la proliferación en el uso de UAV, los cuales aparecen como nuevos sujetos de la guerra, expandiendo las fronteras del capital por sus múltiples beneficios. Cabe contemplar que debido al actual contexto de crisis climática, los UAV servirán para realizar acciones desde vigilancia hasta rescates y búsquedas en condiciones climáticas adversas como por ejemplo, tras la llegada de huracanes.

El estudio de las PSC con sede en China reviste un interés especial, en la medida en que se trata de empresas que deben actuar en un contexto fuertemente determinado y controlado por el personal y las instancias estatales, de modo que el primer tema de esta indagación es el grado de autonomía que las PSC pueden tener.