Farming in China. Aporkalypse now. African swine fever hits the home of half the world’s pigs

Cita: 

The Economist [2019], "Farming in China. Aporkalypse now. African swine fever hits the home of half the world’s pigs", The Economist, London, 25 de mayo, https://www.economist.com/china/2019/05/25/aporkalypse-now

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Mayo 25, 2019
Tema: 
Una epidemia de grandes proporciones está golpeando la producción de cerdos en China
Idea principal: 

Una epidemia de gripe porcina africana está golpeando fuertemente a China, hogar de la mitad de la población mundial de cerdos. Esta enfermedad es inofensiva para los humanos pero mortal para los cerdos. Los brotes comenzaron en 2018 y además de afectar a las decenas de millones de chinos que dependen de la cría de ganado porcino, la magnitud de la epidemia podría alterar los patrones de producción y consumo de proteína a nivel mundial.

La gripe porcina africana, contra la que no existen vacunas, es fácilmente transmisible y provoca la muerte del animal en menos de una semana. En algunas provincias chinas ya se reportan sacrificios que superan el 20% de la producción. Aunque las autoridades chinas reconocen un millón de sacrificios de animales afectados, de un total de 500 millones de cabezas sanas antes de la epidemia, expertos occidentales coinciden en señalar que la cifra reportada es baja y que podría llevarle años al gobierno chino controlar la epidemia. Rabobank, un banco holandés, considera que la cifra real de animales infectados es de 1.5 millones y estima que el gigante asiático podría perder un tercio de su producción porcina.

Por lo pronto, la escasez de carne de cerdo ha elevado los precios de ésta en un 40% con respecto al año pasado y se espera que los precios sigan subiendo cuando se agoten las reservas congeladas que han ayudado a satisfacer la demanda hasta ahora. Aunque la escasez podría ser remediada con importaciones, por los próximos dos años la ajustada oferta hará aumentar la inflación en China pues ningún productor mundial está en capacidad de suplir la producción que se perderá.

Sin embargo, The Economist considera que la epidemia podría tener efectos positivos al incentivar al gobierno chino a desarrollar la producción de cerdo a gran escala, pues la epidemia ha afectado principalmente la producción en pequeña escala que no suele tener la capacidad financiera ni el entrenamiento para implementar estándares de bioseguridad. Por otro lado, la epidemia podría ser positiva para otros productores de cerdo como Rusia, Brasil y Europa que encontrarán ahora más apertura en el mercado chino. En cambio, para los productores estadounidenses lo anterior podría ser más complicado debido a la actual guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Datos cruciales: 

La tasa de mortalidad de la gripe porcina africana es del 90%.
Las granjas con menos de 500 cerdos aportan el 50% de la producción de porcinos en China.
Una gráfica muestra que la producción de cerdos en China ha descendido aproximadamente un 10% respecto a la del año 2010, mientras que la de Brasil, Vietnam y Estados Unidos ha aumentado un 25% y la de Rusia en un 60%.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La epidemia de gripe porcina africana pone a China en una situación comprometida en cuestión de soberanía alimentaria pues la subordina al mercado mundial de proteína en un momento en el que el país asiático se encuentra en medio de una guerra comercial con Estados Unidos como resultado de la disputa hegemónica que enfrenta a las dos potencias. Una de las consecuencias de la pandemia podría ser la alteración del patrón de producción hacia la gran escala mediante las megas granjas, radicalmente anti-ecológicas, que habilitarían la creación de grandes monopolios estatales o privados. La situación presenta una oportunidad para que las grandes corporaciones de la industria de los alimentos, así como la industria farmacéutica, saquen ventaja. Finalmente, debido a la magnitud de la epidemia, que podría terminar con una quinta parte de la población de cerdos a nivel mundial, los efectos podrían alterar los circuitos globales de producción/consumo de proteína.