La administración Trump ha generando un sentimiento de desprecio hacia Estados Unidos entre los académicos y la clase gobernante china que podría llevar a un mal desenlace la relación. La reiterada oposición de Washington a que China represente un papel más activo el mundo genera frustración en Beijing. Los altos oficiales chinos consideran que en la medida en que el país ha crecido se hace impostergable desarrollar tecnología avanzada y un ejército fuerte. Sin embargo, el reciente arresto de Meng Wanzhou, una alta ejecutiva de Huawei, y las constantes incursiones de aviones y barcos norteamericanos en el Mar del sur de China son vistos como señales de que Estados Unidos no tolerarán una China fuerte.


Por otro lado, la guerra comercial con Estados Unidos sorprendió a los líderes chinos que consideraban ese escenario poco probable pues ambas potencias tendrían mucho que perder. Los oficiales chinos creyeron ver en Trump un empresario pragmático que utilizaba una retórica agresiva para ganar apoyo electoral, pero que no iría mas allá. Se equivocaron. De la misma forma, el reciente abandono de Estados Unidos de mecanismos internacionales como la OMC o los acuerdos de París sobre cambio climático han causado la impaciencia de Beijing ante la inconsistencia estadounidense, pues China se había incorporado recientemente a ellos por insistencia de las pasadas administraciones norteamericanas.


Lo que realmente encendió las alarmas en el gobierno chino fue la crisis entre los Estados Unidos y Corea del Norte en 2017, a pesar de que el diferendo finalmente se resolvió de la forma en que China lo venía proponiendo desde hace años. Inclusive, los liberales reformistas chinos que durante un tiempo vieron con buenos ojos la presión de los norteamericanos sobre el gobierno chino han transformado su entusiasmo en preocupación ahora que China se siente bajo ataque y Trump no muestra interés en presionar por reformas estructurales en el país asiático.


La política de contención de China ha generado que el país asiático considere la aprobación del gobierno de los Estados Unidos menos importante que en el pasado, lo que podría generar un endurecimiento del régimen debido a que China tendría menos incentivos para atender los señalamientos de Washington y reconstruir la relación.