Robotics. Robots' abilities to recognise and manipulate things are improving

Cita: 

The Economist [2019], "Robotics. Robots' abilities to recognise and manipulate things are improving", The Economist, London, 28 de septiembre, https://www.economist.com/science-and-technology/2019/09/26/robots-abili...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Septiembre 26, 2019
Tema: 
Alianzas estratégicas entre la industria militar y el sector privado
Idea principal: 

Aunque podría parecer poca cosa el hecho de que un robot haya podido despejar un camino al levantar una rama del suelo, dicha acción significa un paso significativo en el futuro desarrollo de la robótica y la producción de máquinas que puedan manipular objetos tal como lo hace un ser humano.

El desarrollo de RoMan (Robot Manipulador) corrió por cuenta del Laboratorio de Investigación del Ejercito, localizado en Adelphi, Maryland, y forma parte del programa “Robotics Collaborative Technology Alliance” que impulsa el propio ejército norteamericano en asociación con la Universidad de Carnegie Mellon, el conglomerado aeroespacial y militar General Dynamics y el Laboratorio de Propulsión a Reacción perteneciente a la NASA.

La principal razón que motivó al ejército a emprender dicho programa, radica en el hecho de que cualquier robot industrial perteneciente al sector privado carece de dichas capacidades. El ejemplo más claro lo representan las aspiradoras automáticas Roomba, las cuales entorpecen ante cualquier objeto desconocido que funja como barricada. Sin embargo, la firma de comercio electrónico Amazon, fracasó de igual forma al organizar un torneo de competencia robótica en el que el desafío consistía en reproducir de la manera más cercana posible las capacidades recolectoras del ser humano. En el mismo sentido, una iniciativa impulsada por Unión Europea consiguió avances modestos en la manipulación de objetos conocidos.

Stuart Young, encargado del proyecto RoMan, ha declarado que hasta ahora es la única máquina capaz de manipular objetos desconocidos en ambientes desconocidos y accidentados, mientras que la variedad de objetos con los que puede lidiar va desde troncos y maleza hasta metales y bloques de concreto. Bajo un proceso que Young describe como “física intuitiva”, el robot evalúa los objetos que conforman la barricada a través de observación y experimentación, para posteriormente decidir si la mejor opción es levantarlos, empujarlos o jalarlos. Bajo esta lógica, se espera que el robot pueda desempeñar labores de remoción en, por ejemplo, una barricada fabricada con llantas incendiadas. Asimismo, se pretenden mejorar la interfaz para que el robot pueda impulsarse usando su propio peso y resulte útil en la apertura de puertas rígidas o en el traslado de objetos pesados.

Sin embargo, el proyecto enfrenta algunos contratiempos, entre ellos la velocidad de decisión con la que opera el robot, pues tarda entre 10 y 15 para evaluar una decisión; este tiempo tendrá que disminuir hasta en 10 veces para cumplir con los requerimientos militares establecidos, según lo ha declarado el Dr. Young. De igual manera, RoMan necesita aprender a lidiar con un rango de objetos más anchos que puedan representar un verdadero problema.

Dejando estos detalles de lado, el futuro del proyecto y sus futuras aplicaciones lucen prometedoras, tanto en sus vertientes de uso doméstico como en sus posibles utilizaciones en el ámbito aeroespacial.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Cada tecnología tiene un contenido concreto y diversas fronteras que permiten analizar sus posibles trayectorias y aplicaciones. La robótica avanza de manera lenta en la mejora del movimiento y por esa vía, en la mayor eficiencia de los dispositivos automáticos. Este tipo de robots que pueden elegir diferentes formas de resolver problemas incorporando sensores e inteligencia artificial, ofreciendo campos de desarrollo tecnológico de gran impacto para el conjunto de la economía: la automatización de la reproducción social avanza a pequeños pasos...

Por otra parte, la alianza que ha venido ocurriendo durante las últimas décadas entre los grandes poderes económicos y militares para el desarrollo de tecnología de guerra, queda claramente manifestada en el artículo. Más que sus posibles usos comerciales reseñados en el texto, las implicaciones apuntan hacia el ámbito de la conflictividad social y a su posible confrontación, no ya por las formas convencionales de operación, sino mediante el uso de procesos y herramientas más sofisticadas que puedan ampliar el espectro de medios y posibilidades de control.