Military innovation. A sharper blade. To keep its fighting edge, America needs to spend more on technology

Cita: 

The Economist [2015], “Military innovation. A sharper blade. To keep its fighting edge, America needs to spend more on technology”, The Economist, London, 13 de junio, http://www.economist.com/news/leaders/21654058-keep-its-fighting-edge-am...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 13, 2015
Tema: 
Estados Unidos necesita aumentar sus gastos y producción militar para afrontar a sus rivales
Idea principal: 

Aunque Estados Unidos sigue siendo el poder militar más fuerte del mundo, otros lo están alcanzando. La habilidad estadounidense de proyectar su abrumadora fuerza alrededor del mundo, la cual se ha dado por sentado desde el final de la guerra fría, ahora está amenazada. En el pasado Estados Unidos aprovechó la tecnología de la guerra de redes, vehículos no tripulados y comunicaciones para compensar sus desventajas frente a sus rivales, pero estas tecnologías ahora han proliferado.

Durante la década pasada, mientras Estados Unidos peleaba con insurgentes de baja tecnología en Irak y Afganistán, adversarios potenciales –tales como China, Rusia e incluso Irán y Corea del Norte– iban progresando. Las fuerzas armadas de China están creciendo más sofisticadamente que las demás y su gobierno está siendo más asertivo con sus vecinos, elementos que preocupan a Estados Unidos.

Para apuntalar el dominio militar a finales del año pasado el Pentágono comenzó la búsqueda de una nueva gama de tecnología de vanguardia, propuesta en la llamada estrategia del tercer desplazamiento "third offset strategy” y que comprende los aviones no tripulados "sigilosos" y vehículos submarinos que pueden actuar autónomamente en caso de perder sus líneas de comunicación; también se planean aeronaves con mayores autonomías de vuelo así como armas láser y electromagnéticas capaces de defender las naves contra ataques con misiles.

Estas innovaciones enfrentan obstáculos técnicos, políticos y burocráticos. El Congreso y la Casa Blanca, normalmente cooperaban con el presupuesto militar y su plan de largo plazo, esto ha cambiado. El Acta del Control del Presupuesto de 2011 no sólo cortó el gasto militar, sino que también ató el gasto a viejos programas y bloqueó los nuevos que quería el Pentágono. Como es probable que el gasto en defensa se mantenga ajustado, el dinero debe venir de otro lado, un comienzo podría ser disminuir bases militares, frenar los salarios y beneficios generosos, y la contratación debe ser más eficiente. La reforma está en camino y puede tener buen resultado, ya que muchas de las nuevas tecnologías militares son subproducto de ideas de empresas civiles tecnológicas.

Se considera que el poder estadounidense "sigue siendo la mejor garantía del orden internacional basado en normas, de la que casi todos los países se benefician, y no sólo Estados Unidos y sus aliados. Pero ese orden ya está deteriorado por lo que Estados Unidos debe reforzar su ventaja tecnológica.

Datos cruciales: 

En el presupuesto en defensa, el costo real de cada miembro de servicio en activo ha incrementado en 76% en los últimos 16 años, si el alza continúa el personal absorberá todo el presupuesto para 2039.

Por fallas en el proceso de adquisiciones, el Pentágono gastó 74 mil millones de dólares más de lo que necesitaba en equipo en 2012.

Mapa con el total de militares de Estados Unidos en Medio Oriente.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Asombroso, por no decir insostenible, que en los tiempos de la guerra sin fin, la versión liberal afirme que el poder militar de Estados Unidos es garante de un sistema mundial que funciona con reglas. Es importante no perder de vista los avances militares de potencias rivales y cómo se impulsa la carrera armamentista. El hegemón continúa impulsando la tecnología que reduce sus bajas, aún cuando los llamados daños colaterales son cada vez más cuantiosos. Poner atención en el alza del costo "laboral" y en la ineficiencia de las adquisiciones militares afirma la nefasta tendencia a la privatización de la guerra, que abre una fisura en las fuerzas armadas difícil de sostener en caso de una confrontación contra otras potencias militares. La tecnología sigue siendo la apuesta ganadora de Estados Unidos, pero los secretos militares son susceptibles de ser robados. En esta versión, la política internacional se desvanece: se apuesta por el imperio de la fuerza.