Firepower: Geopolitical Cultures in the Anthropocene

Cita: 

Dalby, Simon [2017], “Firepower: Geopolitical Cultures in the Anthropocene”, Geopolitics, Routledge, 23(3): 718–742, julio

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Julio, 2017
Tema: 
El uso de las innovaciones tecnológicas para controlar los recursos e impulsar la producción petrolera.
Idea principal: 

Simon Dalby es profesor de Geografía y Estudios Ambientales en la Universidad Wilfrid Laurier, en Ontario, Canadá. La investigación que ha realizado aborda temas relacionados con el cambio climático, la seguridad ambiental y la geopolítica.


Límites del sistema terrestre y gobernanza global

“Límites planetarios” es un marco de referencia propuesto por las ciencias de los sistemas de la tierra, que sirve para juzgar los desafíos a gran escala que enfrenta la humanidad. Esta idea propone condiciones del sistema ecológico y geofísico que la humanidad necesita y fuera de estas condiciones, no se tiene claro cómo la humanidad podría operar a gran escala. Este reconocimiento es central en la discusión del Antropoceno y el futuro de la humanidad.

Hay dos límites planetarios que actualmente son los más relevantes: el cambio climático y la crisis de la biodiversidad; aunque se podrían identificar otros (el ciclo del nitrógeno, la producción artificial de nitratos por el proceso de Haber-Bosch -clave para la agricultura contemporánea-, y el problema del agotamiento del ozono estratosférico). Los dos límites planetarios relevantes están interconectados y podrían causar una reconfiguración sistémica.

Así como la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), la Convención de la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés) emergió en 1992. No obstante, la CBD no recibe atención en la agenda de política internacional y aunque auspicia programas nacionales de conservación de biodiversidad, la mayor extinción planetaria ya está ocurriendo.

La interrelación entre la pérdida de biodiversidad y el cambio climático ocurre por múltiples vías. Por un lado, el cambio en el clima está causando extinciones debido al aumento de las temperatura; al mismo tiempo, la expansión de la actividad humana está destruyendo hábitats y transformando biomas. El Acuerdo de París de 2015, puede ser un indicio de que en la agenda política global se toma el asunto en serio; sin embargo, no hay una plan para dejar de depender de los combustibles fósiles.

Por otro lado, las rivalidades y peleas geopolíticas son un factor importante en la crisis del cambio climático: el dominio de territorios aunado a prácticas económicas; así como la competencia militar y actividades de extracción, están cambiando los ecosistemas y los hábitats.

Así, los procesos de combustión son centrales para entender la transformación contemporánea del ambiente. Por esta razón, el artículo discute la importancia del fuego y sus usos -como la pirotecnia, que ha jugado un papel relevante para que la humanidad sea la especie dominante. De esta manera, los sofisticados usos del fuego han sido muy útiles, en términos hegemónicos, para las potencias como Gran Bretaña y Estados Unidos.

Discutir el proceso de combustión permite crear un puente entre las ciencias naturales y sociales, dando paso a la integración del estudio de la combustión en la geopolítica ya que se pueden repensar las dimensiones materiales de los procesos actuales y puede ser clave para moldear el futuro del clima planetario, así como la mezcla de especies terrestres y, por lo tanto, el curso de la actual extinción global.

Culturas geopolíticas

El artículo señala, citando a Gerard Toal, lo que es la cultura geopolítica: cómo un estado ve el mundo y lo espacializa, mientras que crea estrategias estatales sobre aspectos fundamentales como la seguridad (defensa), la modernización y la auto preservación de la identidad. También sugiere que no hay una relación objetiva entre una entidad territorial y la cultura geopolítica, de esta manera, los mitos fundacionales y la ideología influyen en cómo un estado interpreta los recursos.

No parece haber una coherencia específica entre los elementos de la cultura geopolítica. Por ejemplo, en Estados Unidos, la política exterior que tiene que ver con el clima y la energía está dividida entre los que se enfocan en el suministro de combustible y los que se preocupan por el cambio climático. Esto demuestra que la pérdida de artefactos culturales que dotan de identidad colectiva y personal motiva el desacuerdo sobre el cambio climático y las acciones que deberían de tomarse al respecto.

La combustión es el proceso geofísico que transformó gran parte de la superficie terrestre y en el proceso empujó los parámetros del sistema terrestre a una nueva época geológica. Directamente, está impulsando el cambio climático y la extinción; indirectamente, está causando la ruptura del ecosistema y la pérdida de hábitat. Las clases dominantes y poderosas de la humanidad están remodelando la arena donde compiten, mientras discuten sobre las reglas por las cuales se regirá el sistema de rivalidad. Así, el autor analiza el papel que el proceso de combustión juega en las culturas geopolíticas, en este caso, la de países anglosajones.

Los negacionistas del cambio climático pertenecientes a la administración de Trump, articulan su visión futura de forma simplista en un marco de competencia entre naciones, pensando en lo doméstico como lo virtuoso y en lo externo como peligroso. Esto implica un contexto geopolítico estable y una ideología aislacionista donde las personas y los estados son entes autónomos con poca responsabilidad del destino de la otredad.

El negacionismo también sucede en otros países como Canadá y Australia: los negadores del cambio climático articulan cultura y conservadurismo, lo cual, enfatiza la competencia, las luchas por el dominio y el estatus vinculado a los artefactos tecnológicos como las armas de fuego y los vehículos impulsados por petróleo.

No obstante, este marco de cultura geopolítica es anacrónico porque es probable que agrave el ritmo del cambio ambiental ya que contextualiza las decisiones políticas cruciales. De esta manera el artículo argumenta que la política de negación climática se conecta con asuntos de la cultura geopolítica y con acciones políticas sobre acuerdos internacionales para abordar o no el cambio climático. El proceso de combustión se puede observar como un elemento nacional de poder y un logro cultural o como una amenaza a la futura estabilidad ambiental.

Firepower: la cuestión que arde

La historia del desarrollo de las tecnologías de guerra y la urbanización están atadas ya que ambas utilizan al fuego como un dispositivo ecológico y un arma de guerra: el control de la combustión ha impulsado procesos geopolíticos que han sido clave para subyugar a las personas conquistadas y para crear la rivalidad entre imperios que ahora le da forma al capitalismo global.

Históricamente, el fuego ha sido importante para el desarrollo de la humanidad y el Antropoceno ya que cambió el paisaje y fue útil para cazar. El el desarrollo de la agricultura y las ciudades fueron esenciales para la expansión de la humanidad; así como la capacidad de moldear metales preciosos para crear las monedas. Por otro lado, las innovaciones romanas añadieron, con el concreto, otra dimensión a la hora de construir duraderamente; esto es un ejemplo de la importancia de la manipulación del fuego para crear otras sustancias: el concreto ahora es parte de la era geológica del Antropoceno.

El fuego es una parte crucial del sistema terrestre y la humanidad tomó el control parcialmente sobre su uso y lo hizo reorganizando la geografía del combustible y suministrando nuevas formas de ignición. Así, la expansión del proceso de extracción para abastecer a la economía mundial con numerosos productos también implica fuego para limpiar paisajes y acabar con los bosques.

De esta manera, los procesos de expansión económica provocan el cambio de paisaje y desplazan a las personas y los ecosistemas e impulsan la extinción de muchas especies. Los incendios forestales para el desmonte se complementan con la combustión con motosierras y excavadoras usadas para acelerar la transformación del hábitat. Por otro lado, otras fuentes de energía, como la madera y la turba, también se utilizaron durante el auge del capitalismo europeo y la expansión del colonialismo de extracción de recursos de los últimos siglos. Sin embargo, es en el siglo XIX cuando la industria basada en el petróleo y los modos de consumo extensivo se expandieron.

Técnicas de Prometeo

Por lo tanto, la expansión del uso de combustibles fósiles fue el cambio técnico clave en la revolución industrial. Así, el fuego es parte de espacios de ingeniería en las diversas formas de combustión interna que han acelerado la modernidad, facilitado los cambios a gran escala de los ecosistemas marinos y aumentado los niveles de dióxido de carbono atmosférico que causan la acidificación del agua de mar, el agotamiento del oxígeno y calentamiento del océano.

El autor cita el concepto de Stephen Pyne, "transición pírica", lo cual es un proceso de usos cada vez más dirigidos de la combustión: pasar del uso extensivo del fuego al uso intensivo, de los incendios forestales a los procesos de combustión diseñados; también plantea utilizar el fuego para impulsar las tecnologías. A medida que la industrialización se ha extendido en todo el mundo, la combustión ha cambiado en términos generales: de la quema de biomasa abierta al uso de combustibles fósiles. Es por eso que, el hecho de que la humanidad controle la ignición del fuego y su suministro de combustible, es clave para la transformación a gran escala de la Tierra.

El aumento en el uso de combustibles fósiles genera una nueva etapa en la historia a escala global: la evolución se está reorganizando dramáticamente y las fuerzas industriales están determinando qué especies prosperan y cuáles no. En resumen, el fuego plantea un cambio en el mundo: principalmente por la combustión de combustibles fósiles que acelera el cambio climático y en muchos lugares, el fuego hace que los incendios sean más extremos debido al procesos de calentamiento y secado.

Geopolítica pirotécnica

El autor plantea la importancia histórica que ha tenido el fuego para la guerra: la pólvora y explosivos, los cuales perfeccionaron la guerra gracias a sus capacidades destructivas. Se extendió el alcance y la precisión de las armas, desde cohetes, mosquetes y cañones, hasta artillería y misiles guiados. Lo cual tuvo efecto en el lanzamiento de las dos bombas atómicas y la era nuclear en la Guerra Fría.

El desarrollo tecnológico influye en lo que es estratégico o no. Por ejemplo, en la navegación del siglo XIX, los motores de vapor proporcionaron propulsión que no dependía de los vientos y se empezaron a construir con acero, lo que significó que las reservas de madera para la construcción naval dejaron de ser geoestratégicas; así la navegación comenzó a depender del carbón.

En el caso británico, en los primeros años del siglo XX, la Royal Navy dejó de utilizar carbón y comenzó a utilizar petróleo, lo cual tuvo consecuencias geopolíticas ya que las reservas de petróleo estaban en Persia. Sin embargo, Churchill plateó que utilizar petróleo haría más poderosa y eficiente a la armada británica. Lo anterior preparó el escenario para la geopolítica del siglo XX en la región de Medio Oriente.

La guerra y el ecocidio están directamente relacionados. Por ejemplo, los estadounidenses pretendían defoliar Vietnam y Laos en los años sesenta y setenta; cambiar el paisaje y la destrucción del hábitat fueron estrategias de guerra. Esto no se pudo llevar a cabo sin la expansión de la industria armamentística estadounidense, impulsada por petróleo, después de la Segunda Guerra Mundial. Luego, esta infraestructura se convirtió en la base del consumo masivo social.

Por lo tanto, los suministros de petróleo son un asunto involucrado en la toma de decisiones estatales, así como en las estrategias corporativas en todo el mundo. Dicho lo anterior, se puede comprender que la Guerra en Medio Oriente no solo se trata de la securitización del acceso al mercado internacional de petróleo, sino de un cambio en los intereses geográficos cuando los ejércitos necesitaban recursos para sus avances tecnológicos y éstos cambiaron los patrones de extracción de recursos en la economía global. Esta idea está presente en el pensamiento estratégico estadounidense que discute ideas tales como la creación de campos de batalla y las acciones para prevenir amenazas potenciales, como práctica imperial.

Tener presentes las capacidades de combustión destructivas y productivas es relevante porque con ellas se pueden reorganizar el contexto ecológico de las sociedades. De esta manera, la sexta extinción no tiene nada de natural, sino que se trata de un asunto directamente humano gracias a la migración y la modificación de los ecosistemas junto con las pirotecnias impulsadas por los combustibles fósiles.

Por lo que el punto crucial en esta discusión no es si la Tierra ha sido modificada gracias a la búsqueda de poder o si los combustibles fósiles son la única fuente energética, sino el papel transformativo que estos hechos tienen en acelerar el cambio. De esta manera, la perspectiva pirotécnica, considera que, como en los siglos pasados, el futuro se moldea por las prácticas urbanas e industriales.

Geopolítica del Antropoceno

En este apartado, el autor argumenta cómo el proceso de aceleración que se dio después de la Segunda Guerra Mundial, aunado a la potencia productiva estadounidense, contribuyó a los cambios en el entorno. Por ejemplo, la flexibilidad del petróleo y sus subproductos -tanto en el transporte, la calefacción doméstica y en los plásticos- han moldeado crucialmente el período de expansión económica internacional liberal, así como la gran aceleración en términos geológicos.

La economía política del petróleo es diferente a la del carbón, ya que requiere mayor sofisticación tecnológica para extraerlo, refinarlo y transportarlo. Esto explica que los sindicatos hayan sido menos frecuentes en los sectores petroleros y aunque hubo ganancias democráticas obtenidas por el trabajo industrial en los siglos XIX y XX, en los estados occidentales se han visto eclipsadas por los cambios tecnológicos.

Otro proceso que se llevó a cabo fueron las campañas antimonopolio para dividir a los grandes monopolios. Estas empresas derivadas se transformaron en las famosas siete hermanas a mediados del siglo XX. BP, Exxon, Shell, Mobil y otras marcas familiares controlaban la producción nacional. De esta manera, estas corporaciones han sido jugadores poderosos en la política nacional en los Estados Unidos en particular, y en todo el mundo donde se han encontrado suministros de petróleo y mercados para sus productos.

Los órdenes geopolíticos futuros

Hay campañas políticas que ponen atención a la economía política de la producción de hidrocarburos ya que el uso y transformación de éstos es lo que está generando el cambio climático. Sin embargo, las campañas no pretenden acabar con las corporaciones petroleras, sino regularlas. Así, una alternativa sería invertir en energía solar y eólica.

Lo anterior está en marcado contraste con las prioridades de las administraciones anteriores en Estados Unidos y con los esfuerzos iniciales de la administración Trump para desmantelar las iniciativas sobre el cambio climático: el nombramiento de Rex Tillerson, el ex CEO de Exxon Mobil como Secretario de Estado sugirió que la agenda de las corporaciones de combustibles fósiles consistía en retrasar la toma de medidas en contra del cambio climático. Al mismo tiempo, la política exterior estadounidense está en desacuerdo con los patrones emergentes de acción climática que toman forma en el Acuerdo de París.

El autor cuestiona si el ascenso al poder de Trump, que pretende perpetuar la generación de electricidad usando carbón y la combustión de petróleo como clave para la economía política, acelerará el eclipse del dominio geopolítico estadounidense, ya que su economía se atrasaría en el uso de nuevos sistemas de energía innovadores.

De esta manera, la adaptación al cambio climático va más allá de la resistencia; ya que tiene que ver más con las decisiones que se hagan sobre la producción y las inversiones en innovaciones tecnológicas que moldeen el futuro entorno, la futura geografía y el poder. Así, el Antropoceno implica cambios que están en marcha y se necesitan políticas que lidien con esas circunstancias cambiantes. La adaptación al cambio climático es clave, pero la mitigación en términos de la reducción de las emisiones de carbón es esencial para retardar los cambios, y así, poder hacer la adaptación más práctica en el largo plazo.

Restricción de la combustión

Las decisiones que se hagan en los próximos años, en parte determinarán qué especies prosperarán en el planeta y cuáles no. Los incendios forestales se ha vuelto más severos en las últimas décadas y también son una amenaza para muchas especies; los fuegos que se controlen y los que no, son clave para la sobrevivencia de muchas especies. Por lo tanto, las formas de combustión que se utilicen en las sociedades y las formas que se eliminen, van a afectar directamente a los paisajes en términos de infraestructura.

Los paneles solares serán muy importantes en el futuro. Actualmente China está liderando la producción de los paneles solares y la energía eólica, superando así la posición de Alemania. Sin embargo, gracias al dinamismo tecnológico no se sabe si esta tendencia continuará así. Tampoco se sabe cómo estas transformaciones afectarán a los países de Asia y África, es decir, si podrán dejar de utilizar energías fósiles. Así, el cambio climático hará que se repiensen los estados y la economía para que puedan funcionar en el contexto de los cambios continuos del entorno.

Todo lo anterior se regulará en el Acuerdo de París y entre más se pospongan sus medidas, más difícil será implementarlas y habrá más dificultades geopolíticas. Será especialmente complicado para el combustible aéreo y marítimo porque son muy difíciles de sustituir.

¿Después de la potencia armamentística?

Las acciones iniciales de la administración de Trump en el 2017 (como cortar las funciones ambientales del gobierno federal y retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París) sugieren que la cultura geopolítica estadounidense ignora la dinámica del sistema Tierra. Entender el funcionamiento del planeta y la necesidad de respetar sus límites está en gran contraste con esta cultura geopolítica. Por otro lado, la CDB y la UNFCCC, necesitan hacer mejoras sustanciales para no cruzar los límites del planeta. Se necesitan nuevos constructos geopolíticos para dejar de depender del petróleo. El desarrollo histórico de la industria petrolera y las políticas culturales invocadas por la administración Trump, continuarán involucrando una serie de luchas políticas que se llevarán a cabo entre los defensores de nuevas culturas ecológicas y aquellos que todavía aspiran a recrear el poder de fuego del gran período de aceleración.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Este artículo nos ayuda a comprender la relación entre una visión ideológica (cultura geopolítica) y las decisiones tomadas con base a ésta; lo cual, tiene consecuencias materiales. Así se pueden entender procesos que tienen que ver con la dominación de los avances tecnológicos y su uso para controlar recursos, generando luchas de poder en espacios geográficos. Lo fundamental es entender cómo estas luchas geopolíticas no sólo afectan el constructo social internacional, sino aceleran los cambios en la Tierra poniendo en peligro la vida.

En términos de método es relevante aislar tres elementos de la enorme complejidad del sistema Tierra (combustión, cambio climático y extinción) para caracterizar la tendencia del Antropoceno.