Broad-banned internet. Countries are increasingly willing to censor speech online. That will make life hard for the tech giants

Cita: 

The Economist [2019], "Broad-banned internet. Countries are increasingly willing to censor speech online. That will make life hard for the tech giants", The Economist, London, 9 de noviembre, https://www.economist.com/international/2019/11/07/countries-are-increas...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Noviembre 9, 2019
Tema: 
Esfuerzos para regular y limitar el contenido en plataformas digitales
Idea principal: 

Políticos estadounidenses han acaparado la atención por influir en otros países mediante las grandes plataformas digitales, lo que ha generado que otros países alrededor del mundo busquen supervisar el contenido que es difundido, como el ministro de salud del Reino Unido Matt Hancock, quien expresó que será necesario tomar acciones para que las plataformas digitales y los motores de búsqueda no permitan la difusión de desinformación sobre efectos secundarios de vacunas, tras registrarse casos de sarampión en Reino Unido. 

Estas restricciones no son nuevas para regímenes autoritarios como China o Irán que tienen restringidas plataformas como Facebook y Twitter, o como Arabia Saudí que ha bloqueado el acceso a información sobre la evolución del Shiísmo. Sin embargo, algunas democracias están siguiendo este camino al replantear la libertad de lo que se puede mostrar en redes sociales, hecho que va en contra del espíritu que Internet manifestaba en sus inicios cuando era inofensivo por su tamaño. Ahora Singapur ha puesto manos en el asunto al aprobar la ley de protección contra las mentiras y la manipulación, que contempla como delitos acciones que interfieran la tranquilidad pública o afecten la confianza pública hacia las autoridades.

Por su parte Reino Unido ha ido más allá de luchar contra los distintos tipos de abusos como la pornografía infantil o la misoginia, al proponer la implementación de un nuevo regulador que sea financiado por las grandes compañías tecnológicas, el cual tenga la función de bloquear contenido, aislar sitios ofensivos e incluso de proceder legalmente contra los responsables de las compañías en cuestión. Rasmus Nielsen, de la Universidad de Oxford, ha señalado la necesidad que tiene la Comisión Europea de reforzar estas medidas y transferir la potestad de los gobiernos nacionales a Bruselas.

Otro suceso que se suma a estos esfuerzos es la propuesta que en febrero de 2019 el gobierno de India promovió —la cual capta la atención de las compañías tecnológicas por el tamaño de su mercado, que considera debilitar la encriptación de mensajes, obligar a proveedores de servicios de internet a restringir contenido ilegal y obligar la eliminación de publicaciones y videos que promuevan odio o busquen generar engaño.

Así como la importancia del dinero, la trascendencia de la información hace que las compañías tecnológicas transcurran por el mismo camino de burocratización de los bancos, haciendo necesaria su protección e incrementando el número de partes implicadas. Sin embargo monitorear la gigantesca cantidad de contenido difundido por internet continua siendo un gran reto, y a pesar de los avances en inteligencia artificial todavía es necesario el monitoreo por parte de personas.

Finalmente la aplicación de sanciones más severas provocará que las empresas prefieran evitar dejar de lado errores, por otro lado esto podría terminar con la idea del internet como una red global que es idéntica en todas partes del mundo, aunque como expresa Rasmus Nielsen, es legítimo que cada país decida cómo controlar su espacio cibernético. Sin embargo estas decisiones no dejan de ser otro tipo de muros que dividen el mundo.

Datos cruciales: 

1. En 2017 el sarampión cobró la vida de 110 mil personas alrededor del mundo, mientras que en 2018 se registraron 991 casos de infección en Gales e Inglaterra.

2. En Singapur el proyecto de ley contra las noticias falsas, prevé castigar a quienes difundan noticias falsas sobre asuntos de interés público con multas de mil millones de dólares o 10 años de prisión.

3. El proyecto de ley australiano sobre compartir material violento plantea la penalización del 10% de la facturación global de las empresas o el encarcelamiento de los directivos.

4. En 2017 Alemania aprobó la ley Netzwerkdurchsetzungsgesetz, la cual otorga un lapso máximo de 24 horas a redes sociales para remover noticias falsas o discursos de odio, y castiga a las empresas con una multa de 56 millones de dólares; la misma ley fue aprobada en julio de 2019 en Francia.

5. Youtube invierte 100 millones de dólares en la elaboración de Contenid, un algoritmo diseñado para bloquear contenido pirata.

6. En 2017 la consultora Accenture, mostró que compañías tecnológicas emplean alrededor de 100 mil trabajadores para vigilar contenido.

7. Facebook ha duplicado la cantidad de monitores de 7 500 a 15 mil entre agosto y diciembre de 2018.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Ante el crecimiento acelerado de las plataformas digitales y de su creciente y decisiva influencia en las sociedades contemporáneas, los estados comienzan a reaccionar de manera defensiva, imponiendo controles y exigiendo que las empresas inviertan recursos y tomen medidas para regular los contenidos que circulan en internet. Aunque los efectos inmediatos y sobre todo en términos de acotar la influencia política de ciertos contenidos, parece poco factible que estas regulaciones consigan siquiera limitar los efectos de ciertos contenidos sobre la sociedad. Lo que estas regulaciones dejan de lado es que el odio, la mentira o el extremismo no son producto de las plataformas digitales, sino del propio capitalismo decadente que va generando subjetividades desgarradas y agresivas...

El uso dual que brinda las plataformas digitales y las redes sociales se hace evidente y pasa a ser una situación de importancia cuando la mayor parte de la población decide informarse mediante las mismas, por lo que es comprensible la transición que están sufriendo alrededor del mundo, aunque cabe resaltar que las grandes compañías tecnológicas van a mover sus piezas para negociar en este proceso a modo de seguir construyendo una gobernanza que les siga siendo beneficiosa.