Carbon-reduction targets. The right way to measure carbon emissions. Net-zero targets are necessary, but not sufficient

Cita: 

The Economist [2019], "Carbon-reduction targets. The right way to measure carbon emissions. Net-zero targets are necessary, but not sufficient", The Economist, London, 19 de octubre, https://www.economist.com/leaders/2019/10/17/the-right-way-to-measure-ca...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Octubre 19, 2019
Tema: 
El papel del consumo en las emisiones de carbono
Idea principal: 

Progresivamente las consecuencias del cambio climático adquieren un lugar prominente en los debates políticos de los países más ricos del mundo. Desde Londres, donde suceden las protestas de la organización Extinction Rebellion, respaldada por los gerentes de fondos de inversión, celebridades y estudiantes, pasando por Alemania, donde el Partido Verde es ya la segunda fuerza política más popular y la principal fuerza de oposición, así como en Estados Unidos, donde más de la mitad de la población reconoce al cambio climático como una gran amenaza, los políticos hacen eco de las demandas y adoptan nuevas medidas conforme la opinión pública da signos de cambio.

Muestra de esto ha sido la adopción de políticas de emisión “neta cero”, las cuales se proponen limitar la emisión de gases de carbono dentro de un área geográfica limitada. La popularidad de esta medida se explica en gran medida por la facilidad con que se entiende y se aplica, pues implementarla implica una transición hacia fuentes de energía renovables y más limpias. Sin embargo, esta política tiene dos inconvenientes importantes, pues mientras que la palabra “neta” implica el retirar tanto carbono como el que se coloca en el medio ambiente (algo para lo cual solo existen suposiciones sobre la manera de hacerlo) por otro lado, las emisiones relacionadas a la actividad comercial son ignoradas al momento de aplicar dicha política, dando como resultado una subestimación de las emisiones totales de las cuales son responsables los países ricos.

Mas de 60 países y 100 ciudades han adoptado objetivos para lograr la reducción cero de emisiones de gases, muchos de los cuales solo serán cumplidos hasta el año 2050. Sin embargo, pese a que la mayoría de los países comprometidos con tal política son europeos, estados insulares o ciudades ricas, solo Inglaterra y Francia, al igual que la ciudad de Nueva York, han empezado a consagrar tales medidas en la ley.

Con todo, la mayoría de los objetivos de emisiones cero refieren únicamente a las cantidades de carbono producido dentro de los límites territoriales que establecen tales implementaciones, excluyendo el carbono relacionado con el consumo de bienes que son producidos en otras partes del mundo. Por ejemplo, el carbono que se genera como resultado de la fabricación de un Iphone en una fábrica china y que tendrá como destinatario final a un consumidor británico, no cuenta como “carbono británico”. Por tanto, la implementación de este tipo de medidas no tendrá resultado alguno, pues a nivel global no existe diferencia entre las emisiones de carbono generadas como resultado de los procesos de producción y consumo.

Hasta el momento, los objetivos relacionados con lograr emisiones cero solo han sido puestos en marcha en aquellas economías que representan un sexto del PIB mundial, situación que contrasta de sobremanera con la cantidad de emisiones relacionada con los flujos comerciales, responsables de un cuarto de las emisiones globales de efecto invernadero. Es con base a este panorama que resulta relevante tomar en cuenta la brecha existente entre el carbono que es producido y consumido, especialmente en aquellos países ricos que mantienen una dinámica vigorosa en el consumo de servicios y bienes manufacturados. Al usar mediciones basadas en la cantidad de importaciones de carbono, la cantidad de emisiones generadas por países como Gran Bretaña aumenta en dos quintas partes, las de Unión Europea en un quinto y las de Estados Unidos en una décima.

Enfrentar esta situación no será fácil, toda vez que no se puede implementar una acción tajante en contra del comercio transfronterizo sin tomar en cuenta que las huellas de carbono asociadas al comercio varían de acuerdo con la procedencia y los medios de transporte por los que se mueven los productos individuales. Igual de inadecuado sería orillar a los países ricos a incrementar sus supuestas emisiones negativas en función del carbono que consumen; eso solo sería apoyarse mas en tecnologías de captura de carbono que aún no son probadas.

Es por ello que el mundo necesita avanzar hacia productos que tengan una huella de carbono menor. En este sentido, el giro energético hacia fuentes más limpias y la disminución en el uso de medios altamente contaminantes en el transporte de mercancías, como el avión, serán elementos cruciales que tendrán que desarrollarse más adelante y que tendrán que ir acompañados por la implementación de políticas que aceleren este proceso. El etiquetado de productos que adviertan sobre la huella de carbono que contiene o la propuesta que maneja Unión Europea sobre imponer un impuesto a los productos que resulten de un proceso de fabricación altamente contaminante, son algunas de las ideas que se barajan para enfrentar el problema de las emisiones de carbono. Mientras tanto, los objetivos de emisiones netas cero son la mejor herramienta con que se cuenta actualmente.

Datos cruciales: 

1. Tabla 1. “Emisiones de carbono. Diferencias entre consumo y producción, 2016”. La gráfica muestra una comparación entre las diferencias de consumo y producción de carbono de Gran Bretaña, Unión Europea y Estados Unidos. A la cabeza se encuentra Gran Bretaña con una diferencia de 40 por ciento, continúa Unión Europea con una diferencia de casi 20 por ciento y finaliza con Estados Unidos con menos de 10 por ciento.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El articulo plantea una puntualización importante para realizar mediciones íntegras sobre los gases de carbono emitidos a la atmósfera y la responsabilidad que tienen las grandes potencias económicas en ello. Sin embargo, cabe mencionar que la solución que deja entrever es dentro del marco del mismo capitalismo, pues los intercambios comerciales y la dinámica económica no figuran como un elemento a tomar en cuenta en la problematización que se realiza sobre la crisis civilizatoria que se presenta actualmente. Habrá que analizar la relación conflictiva que podría darse entre la aspiración de un capitalismo verde y la búsqueda, acaparamiento y explotación de recursos estratégicos para desarrollarlo. El discurso liberal no ha sido capaz de proponer alternativas más allá de las relaciones sociales imperantes...