La desaceleración de la economía China ha provocado que se hagan visibles algunas fallas, por lo que hay empresas que han optado por promocionarse como Empresas de Propiedad Estatal (SOE, por sus siglas en inglés) debido a que de esta manera pueden aprovechar la confianza crediticia que les brinda el amparo del Estado, ejemplo de ello es la compañía China Nuclear Engineering Construction Group la cual expone en su sitio web eslóganes del Partido Comunista Chino. También hay compañías que han vendido sus activos mediante este engaño, otras ya han aceptado que no son, e incluso otras han exagerado sus vínculos con poderosas SOE para tranquilizar a las agencias calificadoras.

Esto se había vuelto común hasta que Gelonghui, una compañía de información financiera, publicó un informe sobre cómo hacerse pasar por una SOE en el cual explica paso por paso el proceso: primero, buscar una institución del gobierno que haya sido olvidada; segundo, encontrar un empleado sin aspiraciones a futuro dentro de la institución; después, obtener el sello institucional para registrar la empresa; y finalmente crear un montón de subsidiarias. De esta manera el fenómeno permite ver dos patologías en China, las compañías privadas tienen problemas para conseguir préstamos y los bancos tienen mayor confianza en empresas ligadas al Estado porque (aparentemente) son menos los riesgos de que quiebren.

Sin embargo los perjudicados de estos engaños no sólo han sido inversores chinos, cuando la empresa China Energy Reserve dejó de pagar, la bolsa de valores de Corea del Sur tuvo grandes pérdidas así como el banco Barkleys que actuó como aseguradora, ante esto Zhang Licong de la empresa citic Securities, expone que el problema es que las compañías no son lo suficientemente racionales.