The Iran Cables: Secret Documents Show How Tehran Wields Power in Iraq

Cita: 

Arango, Tim et al [2019], "The Iran Cables: Secret Documents Show How Tehran Wields Power in Iraq", The New York Times, New York, 18 de noviembre, https://www.nytimes.com/interactive/2019/11/18/world/middleeast/iran-ira...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Noviembre 19, 2019
Tema: 
Informes de inteligencia filtrados arrojan luz sobre una guerra en la sombra por la influencia regional y las batallas dentro de las propias divisiones de espías de Irán
Idea principal: 

Bagdad había estado sitiada durante semanas ya que los manifestantes marchaban por las calles, exigiendo el fin de la corrupción, denunciando la enorme influencia de su vecino Irán en la política iraquí y pidiendo la destitución del primer ministro, Adil Abdul Mahdi. Por lo que Qassim Suleimani, jefe de la poderosa Fuerza Quds de Irán, visitó Iraq para persuadir a un aliado en el Parlamento iraquí para que ayudara al primer ministro a mantener su trabajo.

En este contexto se filtraron documentos iraníes que ofrecen un retrato detallado de cuan agresivamente ha trabajado Teherán para integrarse en los asuntos iraquíes y del papel único del general Suleimani. Un archivo de cables secretos de inteligencia iraníes contiene los documentos obtenidos por The Intercept y compartidos con The New York Times. La filtración expone la influencia de Teherán en Iraq, que detalla años de arduo trabajo de espías iraníes para cooptar a los líderes del país, pagar a los agentes iraquíes que trabajan para los estadounidenses para cambiar de bando e infiltrarse en todos los aspectos de la vida política, económica y religiosa de Iraq.

Según uno de los cables de inteligencia iraníes filtrados, Mahdi, que en el exilio trabajó estrechamente con Irán mientras Saddam Hussein estaba en el poder en Iraq, tenía una relación especial con el la República Islámica de Irán, cuando era ministro de petróleo en 2014. En 2018, Mahdi obtuvo el cargo de primer ministro y fue visto como un candidato aceptable tanto para Irán como para Estados Unidos.

Así, los cables filtrados detallan la influencia iraní en Iraq después de la invasión estadounidense en 2003, conectando la geografía de dominio de Irán desde las costas del Golfo Pérsico hasta el Mar Mediterráneo. El archivo está compuesto por informes y cables escritos principalmente en 2014 y 2015 por oficiales del Ministerio de Inteligencia y Seguridad de Irán (MOIS, por sus siglas en inglés), que estaban sirviendo en Iraq. También se menciona a la Organización de Inteligencia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, que eclipsa y anula al MOIS; fue establecida en 2009 por orden del ayatollah Ali Khamenei.

Irán considera crucial para su seguridad nacional a Iraq, Líbano y Siria; en esos países, la Guardia Revolucionaria, y en particular su Fuerza Quds de élite, dirigida por el general Suleimani, determinan las políticas internas de dichos países: sus embajadores son nombrados entre los altos cargos de la Guardia Revolucionaria, no del Ministerio de Asuntos Exteriores, esto según varios asesores de las administraciones iraníes actuales y pasadas; señalaron también que oficiales del MOIS y de la Guardia Revolucionaria en Iraq trabajan paralelamente.

Según los documentos, varios de los principales funcionarios políticos, militares y de seguridad de Iraq han tenido relaciones secretas con Teherán: el mismo cable de 2014 que describió la "relación especial" de Mahdi también nombró a varios otros miembros clave del gabinete del ex primer ministro Haider al-Abadi por tener estrechos vínculos con Irán. Esto responde al objetivo de la República Islámica de cultivar funcionarios de alto nivel en Iraq.

Una sección sin fecha de un cable del ministerio de inteligencia muestra que Irán comenzó el proceso de reclutar un espía dentro del Departamento de estado; sin embargo, no está claro qué surgió del esfuerzo de reclutamiento, pero según los archivos, Irán comenzó a reunirse con la fuente y ofreció recompensar el activo potencial con un salario, monedas de oro y otros regalos. El nombre del funcionario del Departamento de estado no se menciona en el cable, pero se describe a la persona como alguien que podría proporcionar información de inteligencia sobre los planes del gobierno estadounidense en Iraq, ya sea para tratar con ISIS o cualquier otra operación.

La vigilancia de Irán de la actividad estadounidense en Iraq después de la invasión de Estados Unidos era un asunto de seguridad nacional y se tomaron medidas bajo esa lógica: cuando las fuerzas estadounidenses derrocaron a Saddam Hussein, Irán trasladó rápidamente a algunos de sus oficiales tanto del ministerio de inteligencia como de la Organización de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria a Iraq, ya que Bush había declarado que Irán era parte del "eje del mal" y los líderes iraníes creían que Teherán sería la próxima capital de cambio de régimen de Washington después de Kabul y Bagdad.

700 páginas de documentos

Se enviaron anónimamente 700 páginas de informes filtrados a The Intercept, que las tradujo del persa al inglés y las compartió con The New York Times; luego verificaron la autenticidad de los documentos, pero no saben quién los filtró; la fuente se negó a reunirse con un periodista y dijo que quería "que el mundo supiera lo que Irán está haciendo en mi país, Iraq".

Algunos de los cables muestran una ineptitud cómica, como uno que describe a los espías iraníes que irrumpieron en un Instituto cultural alemán en Iraq sólo para descubrir que tenían los códigos incorrectos y que no podían desbloquear las cajas fuertes. Sin embargo, los agentes del Ministerio de inteligencia retratados en los documentos parecen pacientes, profesionales y pragmáticos; tienen como misión evitar que Iraq se desmorone, evitar el entrenamiento de militantes sunitas en la frontera iraní, evitar que la guerra sectaria convierta a los musulmanes chiítas en blanco de la violencia y de escindir un Kurdistán independiente que amenazaría la estabilidad regional y la integridad territorial iraní. Los Guardias revolucionarios y el general Suleimani también han trabajado para erradicar el Estado Islámico, pero con un mayor enfoque en mantener a Iraq como un estado cliente de Irán y asegurarse de que las facciones políticas leales a la República Islámica permanezcan en el poder.

El impacto de la filtración se debe de entender en el contexto de la tensa relación entre Estados Unidos e Irán, ya que en el 2018 Trump se retiró del acuerdo nuclear con Irán y le volvió a imponer sanciones, por lo que la Casa Blanca envió barcos al Golfo Pérsico y revisó los planes militares para la guerra con Irán. En octubre de 2019, el gobierno de Trump prometió enviar tropas estadounidenses a Arabia Saudita después de los ataques contra las instalaciones petroleras de las cuales Irán fue ampliamente culpado.

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Irán puede haber vencido a Estados Unidos en la competencia por la influencia en Bagdad, pero no cuenta con apoyo popular: como dejan en claro las últimas seis semanas de protestas; en todo el Sur, los partidos políticos iraquíes respaldados por Irán están viendo quemar su sede y asesinar a sus principales integrantes.

Por otro lado, la idea de que los estadounidenses entregaron el control de Iraq a Irán cuando invadieron, ahora goza de apoyo, incluso dentro del ejército de Estados Unidos (ver dato crucial 1). Así, la influencia de Irán en Iraq fue una consecuencia directa de la falta de Washington de cualquier plan posterior a la invasión. Aunado a las decisiones de desmantelar las fuerzas armadas de Iraq y purgar del gobierno a cualquier iraquí que haya sido miembro del gobernante Partido baazista de Saddam Hussein.

En 2011, la CIA había despedido a muchos de sus agentes secretos de toda la vida y temerosos de que pudieran ser asesinados por sus vínculos con Estados Unidos, muchos comenzaron a ofrecer sus servicios a Teherán; así, los iraníes contaron todo lo que esos agentes sabían sobre las operaciones de la CIA en Iraq.

En noviembre de 2014, un iraquí que había espiado para la CIA vendió la información que él conocía como las ubicaciones de casas de seguridad, los nombres de los hoteles donde los agentes de la CIA se reunieron, detalles de sus armas y entrenamiento de vigilancia; así como los nombres de otros iraquíes que trabajan como espías para los estadounidenses. Los espías iraníes están en todas partes en el Sur y esa región ha sido durante mucho tiempo el lugar donde se reúnen.

El General Hatem al-Maqsusi, comandante de inteligencia militar en el Ministerio de defensa iraquí mencionó en un cable filtrado que Estados Unidos también le había dado a Iraq un sistema altamente sensible para espiar teléfonos celulares y cualquier información sacada del sistema podía ser entregada a Irán. Así, Estados Unidos ahora conoce los lazos del oficial de inteligencia militar iraquí con Irán y había limitado su acceso a información confidencial.

El candidato estadounidense

Al mismo tiempo, el ascenso del Estado Islámico estaba abriendo una brecha entre la administración Obama y una gran franja de la clase política iraquí. Obama había presionado para la destitución del primer ministro iraquí Nuri Kamal al-Maliki como condición para renovar el apoyo militar estadounidense. Creía que las medidas represivas del al-Maliki contra los sunitas iraquíes habían contribuido al surgimiento de los militantes islamistas.

Cuando Haider al-Abadi reemplazó a al-Maliki, el primero fue visto como más amigable con Occidente y menos sectario por lo que al notar la incertidumbre generada por el nombramiento de un nuevo primer ministro, Hassan Danaiefar, entonces embajador de Irán, convocó a una reunión secreta de altos funcionarios en la Embajada de Irán; ahí quedó claro que los iraníes tenían pocos motivos para preocuparse por el nuevo gobierno iraquí. Aunque al-Abadi fue el candidato de los estadounidenses, los iraníes creían que tenían muchos otros ministros leales a Teherán.

A lo largo de 2014 y 2015, cuando se estableció un nuevo gobierno iraquí, el embajador estadounidense, Stuart Jones, se reunió a menudo con Salim al-Jabouri, quien fue presidente del Parlamento iraquí hasta 2018. Se sabía que al-Jabouri, aunque es sunita, tenía una estrecha relación con Irán, pero los archivos ahora revelan que uno de sus principales asesores políticos, identificado como Fuente 134832.

Un informe de al-Jabouri reveló que Estados Unidos estaba interesado en obtener acceso a un rico campo de gas natural en Akkas, cerca de Siria. La fuente explicó que los estadounidenses podrían tratar de exportar el gas natural a Europa, un importante mercado para el gas natural ruso. El cable se escribió justo cuando Rusia aumentaba significativamente su participación en Siria, mientras que Irán continuaba su acumulación militar allí, apoyando al presidente al-Assad.

Dulzura en la amargura

Desde la invasión estadounidense de 2003, Irán se situó como protector de los chiítas y empleó todos los recursos a su alcance para sostener el ascenso del poder chiíta en Iraq, incluyendo el espionaje y las operaciones encubiertas. La masacre de sunitas en el pueblo de Jurf al-Sakhar mostró hasta dónde podía ir el régimen iraní para alcanzar sus objetivos. De acuerdo con los documentos filtrados, Estados Unidos comunicó su rechazo a ese tipo de acciones, al tiempo que se reportan puntos de vista diferentes entre la presidencia iraní y las facciones militantes como la Guardia revolucionaria. El poblado de Jurf al-Sakhar es importante para Irán por estar en la ruta chiíta de peregrinaje a Karbala durante Muharram (la conmemoración de un mes de la muerte del nieto del profeta Mahoma, el Imam Hussein, una figura venerada por los chiítas), y fue invadida por el Estado Islámico en 2014; el contraataque iraní fue desastroso para los residentes sunnies: miles fueron desplazados y un político local, el único miembro sunita en el consejo provincial, fue encontrado asesinado. Cuando las milicias chiítas apoyadas por Irán expulsaron a los militantes de Jurf al-Sakhar a fines de 2014, la primera gran victoria sobre el Estado Islámico, ésta se convirtió en una ciudad fantasma y no era más una amenaza para los miles de peregrinos chiítas que pasarían por ahí.

Por otro lado, los iraníes intentaron contrarrestar la mala voluntad generada por su presencia en Iraq con campañas de poder blando similares a los esfuerzos estadounidenses con la esperanza de obtener una "ventaja de propaganda y restaurar la imagen de Irán entre la gente”; Teherán ideó un plan para enviar pediatras y ginecólogos a las aldeas del norte de Iraq para administrar los servicios de salud, según un informe de campo. Sin embargo, no está claro si esa iniciativa se materializó. Con la misma frecuencia, Irán habría usado su influencia para cerrar acuerdos de desarrollo lucrativos (ver dato crucial 2).

Hoy, Irán está luchando por mantener su hegemonía en Iraq, tal como lo hicieron los estadounidenses después de la invasión de 2003. Mientras tanto, los funcionarios iraquíes están cada vez más preocupados de que una provocación en Iraq en ambos lados pueda desencadenar una guerra entre los dos países poderosos que compiten por el dominio de su país.

Datos cruciales: 

1. Una historia reciente de dos volúmenes de la guerra de Irak, publicada por el Ejército de Estados Unidos, detalla los muchos pasos en falso de la campaña y su "costo asombroso" en vidas y dinero. Cerca de 4 500 soldados estadounidenses fueron asesinados, cientos de miles de iraquíes murieron y los contribuyentes estadounidenses gastaron hasta 2 mil millones de dólares en la guerra. El estudio, que totaliza cientos de páginas y se basa en documentos desclasificados, concluye: “un Irán envalentonado y expansionista parece ser el único vencedor”.

2. Dado que Iraq depende de Irán para obtener apoyo militar en la lucha contra el Estado Islámico, un cable muestra que la Fuerza Quds recibe contratos de petróleo y desarrollo de los kurdos de Iraq a cambio de armas y otra ayuda. En el sur, Irán recibió contratos de purificación de aguas residuales y agua mediante el pago de un soborno de 16 millones de dólares a un miembro del Parlamento, según otro informe de campo.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Documentos filtrados muestran el papel de Irán y sus distintas facciones en la evolución política de Iraq. Aunque el sentido común caracteriza Iraq como un país ocupado y bajo dominio estadounidense, de manera creciente se conoce la influencia de Irán. Estas revelaciones muestran la multitud de recursos del régimen iraní así como el peso cualitativo que tiene la Guardia revolucionaria, que actualmente realiza acciones dentro y fuera de Irán.

Desde el análisis del relato, es relevante la paradoja entre la demonización que el discurso liberal hace de Occidente y las denuncias sobre el régimen autoritario iraní y sus métodos extremos de control social y proyección internacional.

Esta nota contribuye a entender la pugna por la hegemonía en Medio Oriente; región que se caracteriza por una constante disputa geopolítica y estratégica donde las potencias internacionales como Estados Unidos y Rusia se inmiscuyen, mientras que también hay actores locales como Irán, Israel y Arabia Saudita que están en una constante lógica de ataque y contraataque siguiendo la doctrina de la seguridad nacional, sin mencionar sus respectivas diferencias religiosas que avivan los conflictos. En este caso, el espionaje se vuelve otra estrategia para lograr objetivos que contribuyan al mantenimiento de la influencia iraní en Iraq.