Sobre la autora:
Hannah Fuchs es gerente de cuenta en la división de nutrición humana en Basf. Es licenciada en economía por la Universidad de Mannheim y cuenta con un master en administración por la misma institución, posee además un master en negocios internacionales por la Smith School of Business de la Universidad de Queen.

El primer informe “World Energy Outlook” de la Agencia Internacional de Energía se publicó hace cuarenta años, desde entonces cada año se publican en él un análisis de la demanda actual de energía y cómo se satisface.

En el último informe se analiza, a través de 810 páginas, la situación actual y se proyectan distintos escenarios del futuro de la energía. El análisis toma en cuenta los datos del mercado actual, las tendencias tecnológicas y los efectos de las políticas energéticas. Los distintos escenarios que son proyectados se basan en el supuesto de que la economía mundial crecerá a una tasa anual del 3,4% y la población superará los nueve mil millones de personas para 2040.

Escenario 1: “Políticas Actuales” Proyecta un escenario donde no hay cambios profundos y todo sigue como hasta ahora. En él la demanda de energía aumentará de forma anual 1,3%, lo que para el 2040 significa un incremento del 30% y las emisiones aumentarán sin control.

Escenario 2: proyecta un escenario donde los gobiernos implementan todas las medidas y directrices anunciadas hasta ahora para reducir el consumo energético. En este escenario el consumo de energía aumentaría 1% al año, lo que representa 25% para el año 2040. La demanda de petróleo aumentaría hasta estabilizarse en 2030 y las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, aunque a un ritmo menor que el actual, hasta alcanzar su punto máximo en 2040. Sin embargo, más de la mitad de la demanda energética podría cubrirse con energías renovables, especialmente energía solar y otro tercio de gas natural.

Escenario 3: proyecta un escenario donde se da cumplimiento a los acuerdos de París sobre cambio climático. Este escenario requerirá cambios inmediatos y radicales en todo el sistema energético si se desea limitar el aumento de la temperatura mundial por debajo de los 2º C, o aún mejor, debajo de 1.5º C. Sobre todo se necesitará impulsar decididamente la energía eólica y solar. La eficiencia energética tendría que optimizarse hasta el punto que en 2040 la demanda de energía sea menor a la actual. En esta proyección el uso de gas natural aumentaría en 2030 pero luego disminuiría paulatinamente. El consumo de carbón tendrá que reducirse drásticamente y el uso de petróleo tendría que volver a los niveles de 1990, es decir 65 millones de barriles diarios, al tiempo que las cuotas de energías renovables tendrían que aumentar considerablemente. El informe llama la atención sobre la creciente demanda de calefacción, refrigeración, iluminación y movilidad que están ocasionando la “ralentización de la eficiencia energética mundial”.

De forma extraordinaria, el informe de este año se posiciona con respecto al cambio climático con más firmeza de la habitual. La Agencia advierte que de no producirse un fuerte liderazgo gubernamental en una especie de gran coalición que incluya gobiernos, inversores, empresas y activistas no se podrán reducir las emisiones contaminantes y por consiguiente los objetivos de sostenibilidad no se alcanzarán.

La Agencia también ha publicado un comentario previo a la publicación del informe anual advirtiendo sobre los efectos nocivos de los automóviles deportivos todo terreno (SUV). La venta de este tipo de automóviles aumentó de un 17% en 2010 a un 39% en 2018, es decir que se pasó de 35 millones de SUV a los 200 millones que este año circulan en el mundo. La Agencia hace responsables a los SUV del aumento de 3,3 millones de barriles diarios desde 2010 hasta 2018, debido a que el consumo de energía de este tipo de vehículos es superior en un 25% al de un automóvil de tamaño medio. Si la demanda de este tipo de vehículos continua es de esperarse que la consumo mundial de petróleo aumente en otros 2 millones de barriles al día, neutralizando por completo el ahorro energético de 150 millones de autos eléctricos.