No smoking. Institutional investors should divest from oil, gas and coal only if their beneficiaries understand the trade-offs

Cita: 

The Economist [2015], “No smoking. Institutional investors should divest from oil, gas and coal only if their beneficiaries understand the trade-offs”, The Economist, London, 27 de junio, http://www.economist.com/news/leaders/21656183-institutional-investors-s...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Junio 27, 2015
Tema: 
Llamado de activistas a desinvertir en empresas involucradas en la venta de combustibles fósiles
Idea principal: 

Los manifestantes de grupo ecológico llamado 350.org pidieron a los inversores institucionales “desprenderse” de las acciones y los bonos emitidos por aquellas empresas que venden combustibles fósiles.

Los detractores de la petición señalan que vendiendo un título no va a reducir el precio mientras exista una gran cantidad de otros compradores. Los escépticos agregan, que la desinversión tiene el objetivo equivocado: las empresas estatales, y no las que cotizan, son las que controlan la mayor parte de las reservas. Los críticos tienen razón en el sentido de que es difícil detectar un gran impacto de las campañas de desinversión en el costo de capital de las empresas.

Los primeros reclutas de las campañas fueron organizaciones de beneficencia y universidades, con inversiones relativamente pequeñas. Su mayor golpe fue a comienzos de este año, cuando un gran fondo soberano de Noruega decidió vender sus inversiones en carbón y de las formas más sucias de producción de petróleo. Pero las consecuencias para los precios de las acciones o los rendimientos de los bonos de las empresas despreciadas, si es que las hay, no son discernibles en medio de los cambios mucho más grandes en el precio del petróleo, gas y carbón.

Los defensores de la desinversión en realidad no esperan elevar el costo de capital. Más bien, quieren crear la sensación de que una empresa o un país es un paria. Los activistas utilizan la desinversión no como una herramienta de finanzas corporativas, sino como una faceta de la libertad de expresión. Parte de una iniciativa más amplia, involucra boicots, protestas, cabildeo y promoción pública, para influir en la opinión y la regulación de influencia. Se argumenta que incluso las grandes campañas como contra el apartheid en Sudáfrica o contra Israel, no han tenido resultados relevantes. Asimismo, son raras las situaciones en las que los temas morales son suficientes para que los gerentes sigan las instrucciones de sus inversionistas, predominando situaciones más complejas en que la gerencia debe usar su criterio, además de que no tiene ni el tiempo ni la posibilidad de invertir recursos para conocer la opinión de los invesionistas. La moraleja es ser conservadores y tener como guía la maximización de los beneficios.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El argumento liberal pretende restringir los cuestionamientos a las empresas al campo de la "libertad de expresión", considerándolos ineficientes para influir en la gestión de las empresas. Sin embargo, las acciones contra las empresas forman parte de la batalla cultural y se han logrado avances importantes tanto en temas transversales como la crisis climática y los alimentos transgénicos, como en los cambios culturales de más largo plazo que ponen la acción de las empresas como la causa de la situación prevaleciente.