The World Solved the Ozone Problem. It Can Solve Climate Change

Cita: 

The Editorial Board [2019], "The World Solved the Ozone Problem. It Can Solve Climate Change", The New York Times, New York, 7 de diciembre, https://www.nytimes.com/2019/12/07/opinion/sunday/ozone-climate-change.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Sábado, Diciembre 7, 2019
Tema: 
Los clorofluorocabonos y las medidas ante su uso por el daño a la atmósfera
Idea principal: 

Tras el hallazgo de los clorofluorocarbonos (CFC, por sus siglas en inglés) que son desprendidos mediante el uso de aerosoles hace 50 años por los científicos Mario Molina, Sherwood Rowland y Paul Krutzen, la venta de aerosoles cayó de manera abrupta debido a que los CFC afectan la capa de ozono que protege a todo ser vivo en el planeta. En 1977 el congreso estadounidense agregó la protección de la capa de ozono a las tareas de la Agencia de protección medioambiental mediante el Acta de aire limpio, pero la misma agencia encontró que los compuestos utilizados en refrigeradores, aire acondicionados y en procesos industriales representaban un problema más grande para la capa de ozono por lo que se buscó un cambio en Estados Unidos y un tratado para encontrar alternativas a nivel internacional.

La situación se volvió urgente en 1985 cuando un equipo británico halló un agujero en la capa de ozono sobre la Antártida, lo que fue vinculado con los CFC por científicos de la NASA, y dio como resultado el protocolo de Montreal de 1987 en donde se prohibía el uso de CFC y de otros químicos compuestos de ozono. Sin embargo el reemplazo conocido como hidrofluorocarbonos resultó no ser amigable con el medio ambiente y debido a ello en 2016 los implicados se reunieron en Kigali la capital de Rwanda para configurar el protocolo y encontrar un compuesto menos contaminante, no obstante, se encontró que la capa de ozono se regenera y aunque la resolución del problema con los CFC fue sencilla comparado con las complejidades del cambio climático, generó cuestionamientos sobre el cambio de gases de efecto invernadero que han sido utilizados durante más tiempo como el dióxido de carbono.

Antes de que el congreso estadounidense lograra vincular con una precisión de 99 por ciento el calentamiento global con la actividad humana ocurrieron algunos antecedentes: en 1965 el presidente estadounidense Lindon Johnson dio seguimiento a un reporte del Comité de asesores científicos y mandó al congreso una ley para disminuir las emisiones de dióxido de carbono; en 1969 Daniel Patrick Moynihan advirtió que con la quema de combustibles fósiles se desestabilizaba la atmósfera por lo que aconsejó realizar enormes esfuerzos para contrarrestar el aumento de CO2, como acabar con la quema de estos combustibles. Incluso después ocurriría el testimonio frente al congreso del científico de la NASA James Hansen, y los esfuerzos de Al Gore por vincular el calentamiento global con el funcionamiento de las manufacturas y el uso de los combustibles fósiles desde el inicio de la era industrial.

Una de las razones por las que el conocimiento científico sobre el cambio climático no se encuentra a la par de los retos es porque los problemas ambientales no han sido considerables hasta hace poco, y la promulgación de dos leyes son ejemplo de ello: la Ley de agua limpia de 1972 en Estados Unidos cuya aparición se llevó a cabo por incendios en el río Cuyahoga, florecimiento de algas gigantes en lagos y la contaminación de los suministros de agua municipal; o las enmiendas de 1990 a la Ley de aire limpio en Estados Unidos, que implementaron el sistema Cap-and-Trade para controlar los niveles de contaminación a nivel del suelo, reacción al smog de las ciudades que ocasionó muchas enfermedades respiratorias y a la desaparición de árboles, arroyos y ríos. Mientras el cambio climático ha sido visto como algo que ocurrirá a futuro.

Aunque los cambios tecnológicos se introdujeron para resolver las emisiones de fluorocarbonos, no ha sido así con el carbono, y el cambio climático requiere de un gran conjunto de soluciones como lo señaló Moynihan hace 50 años, alternativas libres de carbono para la producción de electricidad, vehículos eléctricos, poner fin a la deforestación, formas de agricultura más amigables con el ambiente, cambios a gran escala en la dieta e incluso tecnología que permita la liberación de carbono fuera de la atmósfera, la reconfiguración de la economía mundial es un gran reto sin mencionar la cooperación global para ello.

Por otro lado, como respuesta a tales medidas, Exxon Mobile y otras grandes productoras de petróleo difundieron una campaña de desinformación para ocasionar confusión en la población y obstruir los esfuerzos para su combate, a pesar de tener conocimiento sobre lo que su producción ocasiona a la atmósfera. Después de firmar el Protocolo de Kyoto en 1997, Clinton y Gore notaron que los dos grandes partidos políticos estadounidenses existía poco interés en los temas ambientales. Así, la continua ofuscación de la industria influyó de manera importante y sobre todo en los miembros del Tea Party.

Sin embargo, The New York Times afirma que hay esperanza para una acción seria sobre el ambiente, por los reportes de años recientes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que apuntan la necesidad de actuar en los terrenos de la deforestación, la destrucción de arrecifes y en el aumento del nivel del mar, antes de que la situación se salga de control, además de la suma de eventos catastróficos como huracanes e incendios, más la caída en los costos para la producción de energía que no emita carbono como la solar y eólica, así como una buena publicidad tanto de los candidatos demócratas a la presidencia como de los servidores locales y estatales para ocupar el liderazgo global que Trump abandonó. Al respecto, el experto en el clima David Doniger, afirma que se precisa de una combinación irrefutable de ciencia y experiencia junto con las experiencias de Kigali y Montreal.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La destrucción del ambiente comienza a ser un sentido común tanto en las esferas políticas como en las sociedades. La problemática que debe ser indagada es cómo la inminencia de catástrofes sin fin y sumamente complejas no genera acciones que respondan a ello, y que se siga apelando a una de por sí limitada acción estatal y gubernamental.