En una expedición realizada en las fronteras del Ártico canadiense descubrieron que actualmente el permafrost (capa de suelo permanentemente congelado en las regiones polares) se está derritiendo 70 años antes de lo previsto en investigaciones anteriores. Los hallazgos de la exploración, comandada por el geofísico Vladimir Romanovsky de la Universidad de Alaska Fairbanks, han sido publicados en la revista Geophysical Research Letters en su número de junio de 2019: Climate Change Drives Widespread and Rapid Thermokarst Development in Very Cold Permafrost in the Canadian High Arctic.

Romanovsky y su equipo han quedado asombrados ante una región irreconocible dados los cambios bruscos por el derretimiento acelerado de grandes bloques de hielo debido a la sucesión inusual de veranos calurosos en la región. El paisaje ártico ha quedado disuelto en un termocarst* (mar ondulante e irregular de pequeños montes y charcos) donde la vegetación empieza a florecer. Al mismo tiempo los científicos están preocupados por los riesgos que implica la liberalización de vastas cantidades de gases de efectos invernaderos (GEI) contenidos en el permafrost y las posibilidades de que desencadene un fuerte mecanismo de retroalimentación que acelere aún más las altas temperaturas.

El trabajo mencionado viene a sumarse a una gran fila de aportes científicos que alertan sobre las dimensiones e importancia del calentamiento global junto con sus posible impactos –devastación del sur global y amenaza a la civilización industrial–. Todo ello para reforzar los imperativos de reducir las emisiones de GEI y des-carbonizar el modelo económico vigente.

*Termocarst [thermokarst]: es una superficie terrestre caracterizada por superficies muy irregulares de huecos pantanosos y pequeños mogotes formados como deshielos de permafrost rico en hielo, que se produce en las zonas árticas y, a menor escala, en las zonas montañosas (https://en.wikipedia.org/wiki/Thermokarst).