The superpower split. Don't be fooled by the trade deal between America and China

Cita: 

The Economist [2020], "The superpower split. Don't be fooled by the trade deal between America and China", The Economist, London, 2 de enero, https://www.economist.com/leaders/2020/01/02/dont-be-fooled-by-the-trade...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Enero 2, 2020
Tema: 
El acuerdo entre Estados Unidos y China para terminar con la guerra comercial no resuelve las diferencias entre los dos países.
Idea principal: 

Después de tres años de una dura guerra comercial, Estados Unidos y China firmarán la fase uno de un acuerdo para reducir las tarifas y obliga a China a comprar más a los agricultores estadounidenses. A pesar del acuerdo firmado el 15 de enero de 2020, para The Economist China sigue siendo una amenaza para Occidente debido a su autoritarismo de alta tecnología, a las firmas de inteligencia artificial y a sus gulags en Xinjiang.

La nota critica que la respuesta de Estados Unidos ha sido incoherente: varía entre exigir al gobierno chino comprar soya de Iowa e insistir en que debe abandonar su modelo económico dirigido por el estado. La nota también cuestiona si Estados Unidos comprometerá sus valores en este desmantelamiento de relaciones entre los dos países.

Las raíces del desencuentro entre los dos países se encuentran hace veinte años, cuando China se unió a la Organización Mundial del Comercio. Aunque algunos creyeron que este país liberalizaría su economía y su política, en un mundo liderado por Estados Unidos, esta visión ya no se sostiene. Mientras que Occidente fue golpeado por la crisis financiera y se volcó al interior, China mejoró su situación. Bajo el liderazgo de Xi Jinping, China pretende ejercer su influencia en las reglas del comercio global, los flujos de información y en las finanzas. También ha construido bases en el Mar del Sur de China e interfiere con la diáspora china de 45 millones de habitantes, mientras que intimida a sus críticos en el extranjero.

El presidente Donald Trump ha respondido con una política de confrontación que ha ganado el apoyo bipartidista en Estados Unidos, suscitando opiniones confrontadas. China y sus enviados a las agencias de Washington y las salas de juntas corporativas no se ponen de acuerdo sobre si el objetivo de Estados Unidos es la búsqueda mercantilista de un déficit comercial bilateral más bajo; la búsqueda de ganancias impulsada por los accionistas en filiales de propiedad estadounidense en China o una campaña geopolítica. La Unión Europea, por su parte, no está segura de sí es un aliado estadounidense alejado de ésta; un socio chino o una superpotencia liberal que está despertando por derecho propio.

Los resultados también son ambiguos. A pesar de la campaña de presión estadounidense a Huawei, sus ventas aumentaron 18% en 2019, alcanzando un récord de 122 mil millones de dólares. La Unión Europea prohibió la inversión china, pero Italia se unió a la iniciativa de la nueva Ruta de la seda. The Economist señala que la fase uno del acuerdo comercial sigue el mismo esquema: mezcla objetivos mercantilistas y capitalistas, dejando intacta la mayoría de los aranceles y los desacuerdos más profundos.

La cuestión geopolítica tampoco es segura o estable y aunque no ha infligido un gran costo económico (ver Dato crucial 1), la confrontación se está extendiendo a nuevos ámbitos como el espionaje y la intimidación. También se debe considerar la posible confrontación política entre potencias sobre Taiwán, ya que celebra elecciones en enero de 2020.

Aunque China y Estados Unidos plantean estrategias para limitar la influencia entre sí, se trata de un tema realmente complejo porque estos países comparten relaciones de mutua dependencia. En el ámbito tecnológico, tomaría de 10 a 15 años a China volverse autosuficiente en chips de computadora y a Estados Unidos en cambiar de proveedor (ver Dato crucial 2). En cuestiones financieras, el yuan representa sólo 2% de los pagos internacionales y los bancos chinos tienen más de 1 billón [trillion] de dólares en activos, por lo que trasladar a los socios comerciales al yuan y reducir la exposición al dólar de los bancos chinos llevaría al menos una década. En investigación, China aún capitaliza a sus estudiantes y encuentra sus mejores ideas en las universidades de Estados Unidos (ver Dato crucial 3).

Para The Economist, si la pugna entre estos dos países se sale de control, sería dañino para el mundo: para construir otra cadena de suministro de hardware tecnológico se necesitan aproximadamente 2 billones de dólares, que representa 6% del PIB combinado de China y Estados Unidos. El sistema de alianzas, fundamental para Estados Unidos, también estaría peligrando porque 65 países confían en China como su mayor proveedor de importaciones.

Por último, la nota hace un típico comentario liberal sobre cómo los valiosos principios que realmente hicieron grande a Estados Unidos, podrían peligrar también: reglas globales, mercados abiertos, libertad de expresión, respeto a los aliados y al debido proceso.

Datos cruciales: 

1. Desde 2017, el comercio bilateral y los flujos de inversión directa entre China y Estados Unidos han disminuido en 9% y 60% respectivamente, pero la economía mundial aún creció alrededor de 3% en 2019.

2. La mayoría de los dispositivos electrónicos en Estados Unidos se ensamblan en China y las empresas tecnológicas chinas usan proveedores extranjeros para más de 55% de sus insumos de alta gama en robótica, 65% de éstos en la computación en la nube y el 90% en semiconductores.

3. Actualmente hay 370 000 estudiantes chinos estudiando en Estados Unidos.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Lo anterior es muy ilustrativo para analizar la dinámica de competencia entre dos de las potencias económicas más importantes e influyentes del siglo XXI. Esta pugna demuestra que el orden liberal que se construyó después de la Guerra Fría puede cambiar sin que, necesariamente, Estados Unidos continúe siendo el país que lo lidere. Potencias emergente como China y Rusia lo ponen en jaque. Es necesario contemplar esos elemento para descifrar cómo el capitalismo global seguirá adaptándose y cambiando.