Soluciones climáticas: tecnologías para frenar el cambio climático

Cita: 

Niranjan, Ajit [2020], "Soluciones climáticas: tecnologías para frenar el cambio climático", Deutsche Welle , Bonn, 2 de enero, https://p.dw.com/p/3VZWu

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Jueves, Enero 2, 2020
Tema: 
Avances tecnológicos contra el cambio climático
Idea principal: 

Bajo un liderazgo político aletargado y la reticencia existente en la sociedad para abandonar un estilo de vida cargado de carbono, la tecnología es considerada cada vez más como medio ideal para resolver la cuestión del cambio climático; una especie de fórmula mágica frente a un panorama en el que no se vislumbra una disminución próxima en el uso de combustibles fósiles.

Aunque el uso de carbón ha mostrado signos de estancamiento, el uso de petróleo y gas natural continúa representando una disyuntiva importante si se quiere cumplir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5°C. En este sentido, cuatro alternativas tecnológicas que están en proceso de desarrollo, podrían ayudar a los gobiernos a cumplir los objetivos en materia de lucha contra el cambio climático.

Entre ellos está la utilización de paneles solares y turbinas eólicas, instrumentos que aunque no son nuevos han adquirido una relevancia cada vez mayor por los bajos precios que ofrecen frente al uso de combustibles fósiles. Sin embargo, el problema de almacenamiento y distribución continúa siendo uno de los principales inconvenientes asociados a esta tecnología.

Al respecto, el desarrollo de baterías de litio ha mostrado avances importantes desde su creación en 1991 y promete ser un auxiliar importante en lo relacionado con el almacenamiento. La reducción de su tamaño y de los costos de fabricación podrían repercutir favorablemente en el sector de los transportes y abaratar la producción de vehículos eléctricos. Inclusive, los vehículos mismos podrían fungir como sistemas de almacenamiento para vender electricidad a la red mientras no estén en funcionamiento.

El proceso de descarbonización que sufriría la industria del transporte también podría ser trasladado a sectores como el de la calefacción, química o de la industria pesada; este último, responsable de 10% de las emisiones globales de CO2, según indica el Centro de Política Energética Global. Para lograr esto, la alternativa que mejor se posiciona en la sustitución del uso de combustibles fósiles es aquella conocida Power-to-X; esto es, el almacenamiento de energía mediante el uso de electrolizadores de agua. Al circular una corriente eléctrica a través del agua, se desprenden moléculas de hidrógeno que pueden ser recolectadas, almacenadas y quemadas para obtener la generación de calor. Además, el proceso también brinda la oportunidad de convertir las moléculas de hidrógeno en productos químicos como el metano para aquellos procesos que requieren del uso de combustibles fósiles. No obstante, pese a que la tecnología está ahí, la demanda aún no existe y las regulaciones no están vigentes.

Finalmente, la captura y almacenamiento del carbono presente en el aire resulta un elemento fundamental si se quiere cumplir con el objetivo de limitar los efectos del cambio climático. Tarea nada fácil si se toma en cuenta que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) estima necesario eliminar entre 100 mil millones y 1 billón de toneladas de CO2 durante los próximos 100 años. Pese a que los árboles y plantas cumplen naturalmente con esta función, algunas compañías han optado por la puesta en marcha de plantas de biomasa como una forma de producir energía mediante la quema de materia vegetal recién cortada, al mismo tiempo que permitiría reducir la cantidad de CO2 presente en el aire. Con todo, el despliegue de esta última ha sido lento, dado que actualmente solo existen 19 instalaciones de este tipo.

Datos cruciales: 

1. De acuerdo con Joao Gouveia, directivo de Project Drawdown, es necesario mejorar el sistema de almacenamiento de baterías si se quiere lograr que 70% de energía renovable (para el año 2050) provenga de fuentes eólicas y solares.

2. Si bien la flota mundial de automóviles eléctricos creció rápidamente al llegar a 5 millones de automóviles durante el año 2018, datos de la Agencia Internacional de Energía arrojaron que este progreso se vio eclipsado por el aumento en las ventas de SUV que funcionan a base de combustibles fósiles. Cuatro de cada diez autos vendidos en todo el mundo durante 2018 fueron SUV.

3. De acuerdo con el Centro de Política Energética Global, solo la industria del cemento es responsable de aproximadamente 8% de las emisiones de CO2, principalmente en la producción. Esto es más de tres veces las emisiones de CO2 de la industria de la aviación.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El texto es ilustrativo de las dificultades que enfrentan las innovaciones tecnológicas en materia ambiental para abrirse paso ante un contexto dominado por las industrias de combustibles fósiles y sus industrias derivadas. Sin embargo, también deja entrever algunas interrogantes pertinentes, tales como las implicaciones sociales y ambientales que podría conllevar el giro hacia fuentes de energía mucho más limpias. Particularmente en el caso de la explotación del litio y la actividad minera, así como en el caso de las empresas enfocadas hacia fuentes eólicas y su relación con comunidades y medio ambiente. En el caso de la geoingeniería ya se han documentado los eventuales y nefastos efectos de su aplicación en tanto no es posible experimentar en situaciones controladas para probar sus consecuencias sobre el ambiente y los seres vivos.

La apuesta por las tecnologías sin hacer crítica alguna al modo de producción basado en combustibles fósiles ilustra la lógica autodestructiva que caracteriza al capitalismo contemporáneo: seguir acumulando sin importar las consecuencias.