De ser un importador de equipo de telecomunicaciones, Huawei se ha convertido en uno de los mayores fabricantes de redes móviles 5G. Tal habilidad ha causado preocupación en otros países, ya que se teme que los aparatos de la compañía china permitan “puertas traseras” (agujeros de seguridad) que podrían ser útiles para espías chinos o ciber-saboteadores.

Estados Unidos organizó el arresto en Canadá de Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei, quien está acusada de romper sanciones. Estados Unidos también está presionando a sus aliados para que congelen a Huawei de sus sistemas locales de 5G: Australia y Japón ya lo han hecho, sin embargo, países como Gran Bretaña, Alemania, Brasil e India parecen menos dispuestos a mantener a la empresa china fuera de sus países.

Aunque la existencia de una “dictadura de un partido” en China despierta preocupaciones con respecto al uso que se pueda dar a los equipos de Huawei, The Economist cree que Huawei debe competir porque sus productos son de alta calidad y baratos, entonces, excluir a esta empresa sería costoso y podría retrasar la tecnología 5G.

Para mitigar los riesgos, The Economist sugiere a los países adoptar tres estrategias:

1. La estrategia técnica: aumentar la encriptación de datos permitirá disminuir las preocupaciones sobre espionaje. Además, las redes deben defenderse en profundidad. Los intentos de mantener alejados a los intruso deben complementarse con el monitoreo para detectar a aquellos que logran atravesar la red y así, usar sistemas diseñados para limitar el daño que pueden hacer.

2. La estrategia de la apertura: los países deberían alentar la apertura de la industria en telecomunicaciones, ya que las redes de telecomunicaciones de hoy están construidas con productos patentados, y en el futuro se convertirán en una pieza más de software que se ejecuta en computadoras estándar. Por otro lado, el código abierto puede ser útil para la inspección que permita encontrar agujeros en la seguridad y hace más difícil ocultar puertas abiertas.

3. La estrategia de la cooperación internacional: en Gran Bretaña ya se inspeccionan todos los aparatos de Huawei, si este país compartiera sus resultados, haría que más países o instituciones mantuvieran las sospechas controladas. También Europa podría establecer un conjunto común de criterios. A largo plazo, sería ideal crear un organismo de inspección internacional, así los compradores estarían seguros de que sus equipos están comprometidos y los vendedores podrían demostrar su confiabilidad.

Finalmente, la nota señala que es ingenuo suponer que prohibir el uso de los dispositivos de Huawei es suficiente para protegerse de las redes de atacantes de cualquier nacionalidad. Las puertas traseras son una preocupación, pero la mayoría de los piratas informáticos usan los defectos accidentales que afectan a todos los dispositivos digitales. Lo que realmente dificultará la vida de los piratas informáticos de todos los países, no sólo de China, sería diseñar redes robustas con equipos comprobables y compartir conocimientos.