A finales de 2020 se celebrará en Glasgow, Escocia, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. En esta ocasión hay una expectación y urgencia mayor de que se logren concretar los acuerdos climáticos, dados los antecedentes de las cumbres anteriores (Copenhague 2009 y Paris 2015) y dada la amenaza de un aumento de entre dos y tres grados en la temperatura a nivel global, producto de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El principal punto de consenso o compromiso es el "Pacto Verde" europeo, en el cual Europa se compromete a ser el primer continente en lograr la neutralidad en carbono para el año 2050 (es decir, en emitir únicamente los gases de efecto invernadero que puedan ser compensados de otra manera). Un objetivo intermedio es recortar en 40% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Ursula Von der Leyen (actual presidenta de la Comisión Europea) se plantea elevar este objetivo hasta entre 50 y el 55 por ciento.

El “Pacto Verde” puede convertirse en un “punto de inflexión” que promueva un mayor involucramiento o adhesión al pacto de por parte de países como: India, China, Sudáfrica (incluso en un caso optimista e hipotético, Rusia).

A nivel mediático el movimiento juvenil "Fridays for Future", liderado por Greta Thunberg, seguirá elevando la presión para que los países se adscriban a los objetivos para la protección del clima. Thunberg acaba de ser declarada "persona del año” por la revista estadounidense Time.

“Lisa Badum, diputada de Los Verdes en el Parlamento alemán, también apuesta por el movimiento de las huelgas de escolares y dice a DW: en 2019 hemos visto a 7 millones de personas en las calles y ahora se trata de que eso se traduzca en actuaciones políticas. La Unión Europea debe ser pionera en ese sentido”.