The digital side of the Belt and Road Initiative is growing

Cita: 

The Economist [2020], "The digital side of the Belt and Road Initiative is growing", The Economist, London, 6 de febrero, https://www.economist.com/special-report/2020/02/06/the-digital-side-of-....

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Febrero 6, 2020
Tema: 
El incremento de las inversiones digitales de China en Occidente.
Idea principal: 

El artículo de The Economist analiza la inversión digital china a lo largo del Cinturón y Ruta de la Seda. Recuérdese que la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés) es un proyecto propuesto en 2013 por la República Popular de China para construir enlaces marítimos y ferroviarios entre China y Europa, pasando por Kazajistán, Rusia, Bielorrusia y Polonia y terminando en Alemania, Francia y Reino Unido.

Australia es uno de los países preocupados por el incremento de las inversiones chinas en los mercados digitales del mundo. El proyecto australiano del Sistema Coral Sea Cable (CSCS, por sus siglas en inglés) es un sistema de intercomunicación realizado con 4 mil 700 kilómetros de fibra óptica submarina que conecta a Sidney con Puerto Moresby, Papúa Nueva Guinea y Honiara. Tres cuartas partes de la inversión total de 93 millones de dólares provino del gobierno australiano. Esta decisión se debió, apunta The Economist, a que la inteligencia australiana se enteró de que el gigante tecnológico chino Huawei quería hacer el trabajo. Para la inteligencia australiana las inversiones de los grandes corporativos chinos son asuntos que comprometen a la seguridad nacional. "La pérdida de Huawei es sólo una batalla en un concurso más grande".

La resistencia de países como Australia a permitir la entrada de inversiones chinas no se ha traducido en un estancamiento de estas últimas. En realidad, China ha aprovechado, a diferencia de Australia, grandes posibilidades de inversión en sitios como el Pacífico. De 2005 a 2018 el comercio bilateral de China con el Pacífico incremento de mil a 8 mil millones de dólares; asimismo, los turistas chinos en la región del Pacífico incrementaron de menos de 4 mil en 2009 a 140 mil en 2017.

En el segundo foro de BRI se declaró que con el desarrollo de la Ruta de la Seda digital, China se convertiría en una "cyber-superpotencia". Además, dada la provisión de cables de fibra óptica y redes 5G principalmente por Huawei, en Occidente surgen preocupaciones de seguridad.

Aunque en la Nueva Ruta de la Seda no se cuenta con proyectos de infraestructura pesada y energía que permitan canalizar fácilmente las inversiones digitales chinas, ya se están realizando múltiples esfuerzos para hacerlas efectivas. The Economist señala que, según el Instituto de Estudios sobre China en Berlín, China ha destinado 7 mil millones de dólares de préstamos e inversiones en cables y redes de telecomunicación, más de mil millones de dólares en comercio, sistemas de pagos móviles y centros de investigación de datos. Los proyectos de inversión digital de China abarcan rubros de cableado de fibra óptica, nubes computacionales, big data y "ciudades inteligentes".

Los grandes corporativos tecnológicos chinos como Huawei, Alibaba y Tencent son empresas privadas, pero con vínculos estrechos con el Partido Comunista de China que les permitieron convertirse en sus "campeones nacionales". Tales firmas, continua el semanario inglés, son apoyadas con fondos de los bancos chinos. Por ejemplo, Huawei pudo instalar un cable de fibra óptima de 6 mil kilómetros a través del Atlántico, entre Brasil y Camerún, gracias a la concesión de un préstamo.

Otro asunto que se menciona es que China no está interesado únicamente en acaparar el mercado de tecnología de vanguardia mundial. En sus intereses también está incidir en la formulación de normas y estándares cibernéticos para la economía digital. Por ejemplo, las firmas de tecnología financiera WeChat Pay y Alipay pueden impulsar la internacionalización del yuan y establecer una nueva infraestructura de pagos transfronterizos.

El impacto de China se debe a su facilitad para desarrollar telecomunicaciones a un precio bajo. Sin embargo, la preocupación que surge en la comunidad internacional es sobre el problema de las "sociedades abiertas". Es decir, los estándares de las telecomunicaciones chinas han permitido el desempeño de un "autoritarismo digital" que, a través de dispositivos como los de Huawei, permiten la vigilancia estatal de los cruces de información. Son tecnologías digitales con capacidad de uso dual, uno civil y otro militar. Otro caso es el de Beidou, la versión China de GPS, que permite incrementar el control y comando militar de China.

The Economist finaliza el artículo mencionando que el desarrollo de la economía digital china en la Nueva Ruta de la Seda dependerá mucho de Europa. Muchas de las principales economía europeas se encuentran en el dilema de si adoptar la tecnología 5G de Huawei o, por el contrario, prohibirlo y enfrentar a China.

Datos cruciales: 

1. En 2019 el nuevo gobierno de las Islas Salomón cambió su lealtad diplomática de Taiwán a China gracias a un préstamo de 500 millones de dólares y donaciones de una empresa estatal china.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Pensando en el propósito de estudiar la economía de la guerra, el artículo de The Economist registra el caso de las inversiones de mega-proyectos digitales chinos en Occidente cuyas posibilidades prácticas son de uso dual: uno civil y otro militar. El desarrollo de las tecnologías de telecomunicaciones, por ejemplo, la construcción de cables de fibra óptica y la entrada de la red 5G de Huawei, plantea el problema de la cyberseguridad no solo de los estados, sino de los propios ciudadanos. El seguimiento de estos estudios de caso resulta indispensable para reconocer las corporaciones con un amplio espectro de inversión, entre ello, el militar.