Gender in international business journals: A review and conceptualization of MNCs as gendered social spaces

Cita: 

Koveshnikov, Alexei, Janne Tienari y Rebecca Piekkari [2019], “Gender in international business journals: A review and conceptualization of MNCs as gendered social spaces”, Journal of World Business, (54):37-53.

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
2019
Tema: 
Las corporaciones multinacionales como un espacio afectado y que afecta al género.
Idea principal: 

Alexei Koveshnikov es profesor asistente en el Departamento de Estudios de administración en la Escuela de Negocios de la Universidad Aalto en Helsinki, Finlandia.

Janne Tienari es profesor en la Escuela de Economía Hanken en Helsinki, Finlandia.

Rebecca Piekkari es profesora de Negocios internacionales en el Departamento de Estudios de administración en la Escuela de Negocios de la Universidad Aalto en Helsinki, Finlandia.


Introducción

Los autores señalan que, en general, los estudios en Negocios Internacionales (NI) han relegado el género. En otras disciplinas, como Gestión y administración, se ha evidenciado que muchos trabajos que pretenden presentar el género como neutro realmente se basan “en supuestos implícitos de género que tienden a privilegiar a los hombres y lo masculino” (p. 37).

La marginalización del género en NI invisibiliza una fuente de identificación de individuos, organizaciones e instituciones. Por ejemplo, se ignoran temas como el impacto del género en la dirección de corporaciones multinacionales (CMN) o en las decisiones de localización de la corporación, nuevas oportunidades de mercado o las prácticas sociales y las desigualdades basadas en el género que las CMN reproducen y transmiten en diferentes países y regiones. En contraste con estos estudios, los autores llaman al reconocimiento de que las “CMN juegan un papel importante en el mantenimiento y/o la transformación de las relaciones de género y la forma en que el proceso de globalización se desenvuelve” (p. 37).

Particularmente la disciplina de NI está dominada por “supuestos económicos y racionales, centrados en Estados Unidos y en normas masculinas”. Así lo ilustran las construcciones sociales del “trabajador ideal” en las CMN o del “éxito”. Mientras que la primera implica cualidades atribuidas a la masculinidad, como la competencia y la asertividad, el segundo suele asociarse con la agresividad, el riesgo y la movilidad internacional, valores dominantes en el Norte global.

El trabajo tiene tres objetivos. El primero, es examinar cómo se ha tratado e incorporado el género en la investigación de NI, mediante una revisión sistemática de 105 artículos publicados en 7 revistas prestigiosas en la materia, entre 1991 y 2014. Con este análisis, los autores lograron identificar 4 conceptualizaciones predominantes de género: 1) como comparación entre mujeres y hombres; 2) como una variable cultural macro; 3) como una variable de control; y 4) como construcción en las organizaciones internacionales.

El segundo objetivo es analizar el tratamiento que se da al género en los trabajos sobre CMN y sus operaciones. Dada la importancia de las CMN en la transmisión de roles de género, los autores señalan que es posible analizar la “naturaleza social y de género de las CMN y tratar al género como una construcción social fundamental para el funcionamiento de las CMN” (p.38).

El último objetivo es proponer una reconceptualización de las CMN como espacios sociales afectados por el género. En contraste con los estudios que utilizan el género sólo como una cuestión de demografía (como la relación entre mujeres y hombres en las juntas directivas), los autores proponen una comprensión más sociológica y antropológica que analice cómo influye el género en las prácticas de gestión y los esfuerzos de las CMN para internacionalizar sus actividades.

Tratando de ser coherentes con estos propósitos, los autores “sitúan” su investigación. Mientras que sus distintas formaciones, en negocios internacionales y en estudios de género, les permiten discutir varias interpretaciones y perspectivas, reconocen que su lectura de los artículos analizados no es exhaustiva ni exclusiva.

2. Procedimiento de revisión

La revisión de las conceptualizaciones de género en NI, se realizó mediante un análisis cuantitativo de artículos publicados en revistas de la misma disciplina entre 1991 y 2014. El siguiente paso fue un análisis cualitativo de la interpretación y el desarrollo conceptual de dichos textos.

2.1. Selección de revistas

Las revistas seleccionadas cumplieron con las siguientes condiciones: a) ser leído por los investigadores de NI y, por lo tanto, tener impacto en cómo los diferentes temas en NI son conceptualizados, y b) cubrir una gran diversidad de temas, incluido el género. Las 7 revistas seleccionadas fueron: International Business Review (IBR), Journal of International Business Studies (JIBS), Journal of International Management (JIM), Journal of World Business (JWB), Management International Review (MIR), Critical Perspectives on International Business (CPIB) y International Journal of Cross Cultural Management (IJCCM).

2.2. Selección del periodo

Se seleccionó 1991 como el primer año de estudio debido a que ese año se publicó un artículo sobre cómo distintas formas de parroquialidad afectan las organizaciones y la práctica gerencial.

2.3. Selección de la muestra

Los artículos seleccionados contenían las siguientes palabras en el resumen, título o palabras clave: género, sexo, masculino, femenino, masculinidad, feminidad, hombre, mujer, mujer/mujeres, hombre/hombres. En total, se seleccionaron 105 artículos.

2.4. Análisis

Los autores realizaron el análisis cualitativo en cuatro pasos. En primer lugar, se realizó una clasificación de los temas que abordan los artículos revisados: 1) las mujeres como expatriadas y su desarrollo, 2) estilos de liderazgo, 3) organizaciones de género, 4) valores de la vida laboral, 5) género como una variable de control o demográfica, y 6) género como parte de la cultura.

En segundo lugar, se identificó la posición epistemológica de los artículos, así como los supuestos de los que parten. El resultado fue una clasificación entre artículos positivistas y no positivistas. Esta tarea se realizó a partir del lenguaje y los conceptos utilizados por los autores de cada artículo.

El tercer paso fue analizar la conceptualización de género contenida en cada artículo. En esta etapa, se identificó que sólo 13 de 105 artículos resultaron ser no positivistas, por lo que los 92 restantes se catalogaron como positivistas. En el segundo grupo, el género era entendido como un atributo cultural (32), una variable de control (22) o bien, una característica que permite hacer comparaciones entre hombres y mujeres (38). Los artículos el primer grupo se clasificaron dentro de los que hacen una conceptualización de cómo las organizaciones internacionales construyen el género (13).

Los autores hacen notar que esta catalogación refleja que la mayoría de los artículos en las revistas estudiadas construyen al género como un concepto binario, entre hombres y mujeres, ensombreciendo la posibilidad de que “el tercer género” u otras preferencias sexuales jueguen un papel en las CMN.

El último paso fue examinar la relación entre el tratamiento del género y las CMN. En este caso, se analizaron 24 artículos con los siguientes criterios: 1) el objetivo principal de la investigación y su relación con el género, 2) cómo se definen el sexo y el género, 3) como se conceptualizan las CMN en relación con el género, y 4) cómo se conciben las relaciones entre las CMN, su sede y el país receptor, y qué papel juega el género en esas relaciones, y 5) qué rol juega el género en la internacionalización de las CMN.

3. Género en Negocios internacionales: cuatro conceptualizaciones

3.1. Contrastando y comparando mujeres y hombres

La clasificación más grande de los estudios revisados (38) corresponde a aquellos en los que se presenta una comparación y contraste entre mujeres y hombres. “Estos estudios asignan un sexo a cada actor organizacional y los comparan entre ellos en relación con un fenómeno particular” (p. 40). Los autores identificaron que el supuesto detrás de estos estudios con que los hombres y las mujeres son diferentes debido, en parte, a diferencias anatómicas y, en parte, debido a la socialización de roles de género. Según estos artículos, existen diferencias esenciales y naturales que determinan la manera diferente en que los hombres y las mujeres se comportan, actúan y sienten. Por ejemplo, con respecto al liderazgo de mujeres, puede leerse: “las mujeres lideres son más inclusivas y colaborativas que los hombres… también promueven la participación y la interacción con otros para la toma de decisiones, estrategias o establecimiento de metas” (p. 40).

En esta categoría, las diferencias de género en las organizaciones son un reflejo de lo que ocurre en la sociedad. Se presupone que las organizaciones son neutras al género y no tienen ningún efecto sobre las estructuras societales. Son esas estructuras las que determinan los comportamientos de hombres y mujeres desde su niñez. Por ejemplo, “dado que las mujeres socializan con los roles femeninos, dando prioridad al cuidado de hijos y la familia más que a su carrera profesional, tienden a desestimar sus capacidades y ocupan con más dificultad puestos en el extranjero o posiciones de liderazgo” (p. 40).

Para los autores, en estos artículos se asume que las diferencias basadas en el género son naturales y que necesitan ser examinadas y explicadas. Bajo este principio, los artículos analizan las diferencias de género en diversas situaciones de trabajo, como las asignaciones internacionales, las relaciones de los líderes con los empleados, la movilidad ascendente y el desarrollo de talento, los estilos de liderazgo y el compromiso con el trabajo.

Algunas de las explicaciones que se dan de las diferencias en esos temas, son: “las malas relaciones entre supervisor y subordinado, pueden explicar porque hay muy pocas mujeres asignadas a tareas internacionales”; “el miedo de las mujeres a las posiciones de poder en las organizaciones puede atribuirse a la incapacidad de ajustar los valores tradicionales sobre los roles sexuales desarrollados durante la infancia, así como a otras experiencias de trabajo con mujeres”; “frente a las amenazas, las mujeres líderes tienden más probabilidad [que los hombres] a ser más atentas y amistosas, debido a que han sido moldeadas con otras necesidades, como defender su descendencia y crear redes de apoyo” (p. 41).

Debido a que estos artículos se enfocan en las mujeres, los autores señalan que su subtexto es que los atributos masculinos y de los hombres funcionan como la norma con la que se juzga la feminidad y a las mujeres. De este modo, los artículos reproducen la asimetría entre los valores que afectan a hombres y mujeres; descontextualizan el género al separarlo de su contexto cultural y temporal, y asumen que el efecto del género puede evaluarse independientemente de su contexto.

3.2. Género como una variable cultural macro

La segunda categoría abordan el género como parte de una cultura nacional y “trata al género como una variable macro que afecta los patrones de comportamiento de individuos con una cultura nacional particular”, es decir, el género no es un atributo individual sino colectivo.

Esto es particularmente cierto en los estudios de NI que abordan temas de intercambios o distancias culturales. Por ejemplo, cuando se comparan las culturas nacionales, una dimensión de estudio frecuente es la masculinidad-feminidad o igualdad de género. Los trabajos que estudian la dimensión masculinidad-feminidad de la cultura nacional, suelen considerarlas como medidas “estables, fijas y adquiridas (hasta determinadas) por la cultura nacional”. Por lo tanto, estos artículos no tratan al género como una característica individual, sino como parte de un aprendizaje cultural que determina la conducta de los individuos. Por su parte, los trabajos que tratan el tema desde la igualdad de género la definen como “las creencias sociales sobre cómo el sexo biológico determina los roles que los miembros de la sociedad juegan en sus hogares, empresas, organizaciones y comunidades” (p. 42). Los autores critican esta definición ya que deja de lado la construcción social del género, contribuyendo a la esencialización del género como culturas nacionales.

3.3. Género como variable de control

Los trabajos dentro de esta categoría no discuten las diferencias de género, sino que se usa la diferencia hombre/mujer para describir la información. Los artículos de esta categoría consideran al género como un tema de sexo biológico y es tratado como factor demográfico. Además, se le considera como otra variable dentro de un conjunto más amplio, como edad, educación, ingreso, entre otras. En otros artículos se incluye al género como una variable que explica variaciones o que ayudan a eliminar el “ruido” en el análisis.

Según el análisis del subtexto, esta categoría de artículos utiliza el género como parte del diseño de su investigación pero, al mismo tiempo, limita su poder explicativo. Los autores concluyen que “al darle un lugar marginal en sus textos, los autores [de los artículos] inintencionadamente reproducen la forma hegemónica de masculinidad” (p. 42).

3.4. Construcción del género en las organizaciones internacionales

Los autores indican que “hacer” el género significa participar en la creación del género binario, es decir, reconocer que las diferencia entre hombres y mujeres no son naturales, esenciales o biológicas. Los artículos que incluyeron este enfoque “no ven el fenómeno de estudio como neutral al género, de hecho, tratan de explicar las implicaciones que las relaciones de género tienen” (p. 43). Además, consideran que el género es una construcción social y, por ello, es una parte importante del proceso de construcción de identidad de los actores. Al mismo tiempo, estos textos suponen que el género es creado, en parte, por las organizaciones y es definido continuamente por diferentes características y procesos organizacionales. Los autores destacan que los textos clasificados en esta categoría no fueron elaborados por académicos de NI, sino de disciplinas como Estudios de género en organización y Administración.

Con este análisis, los autores concluyen que se refleja la situación del campo de NI, esto es, que se buscan explicaciones funcionalistas, descontextualizadas y esencialistas del comportamiento de los actores y las organizaciones en el ámbito internacional.

4. El género en el contexto de las CMN

En esta sección, los autores presentan los resultados del análisis de 24 artículos que contenían temas relacionados con el género y las CMN. Los temas más recurrentes en estos artículos fueron: la movilidad internacional (expatriación), particularmente de mujeres, y la gestión de recursos humanos y talento. Si se toman en cuenta las 4 conceptualizaciones antes mencionadas, la distribución sería la siguiente: comparación entre hombres y mujeres, 12; género como cultura, 5; género como variable de control, 2, y construcción social del género, 5.

Por lo tanto, 19 de 24 artículos consideran al género como “una propiedad estable de los individuos en las CMN, algo que alguien ‘tiene’ o ‘es’ como individuo” (p. 43). Estos trabajos también consideran a las CMN como un espacio “neutro”, es decir, donde hombres y mujeres interactúan y negocian sobre diferentes temas con igualdad. Sólo en algunos casos, se considera que las CMN tienen agencia, por ejemplo, al promover normas de igualdad de género en el trabajo o de leyes contra la discriminación de género. En este caso, las CMN “son entendidas como una amalgamación de los regímenes de género” (p. 44).

Según reseñan los autores, la posición dominante es que las CMN “son influenciadas y configuradas por las culturas nacionales y de género de los países sede y receptores” (p. 44). Pocos artículos sugieren la existencia de relaciones bilaterales en las que las CMN también influyen en su entorno. En ese sentido, no es sorprendente que los trabajos estudiados no consideren que las decisiones de internacionalización de las CMN pueden estar impactadas por los roles de género. Estos temas permanecen como campos de estudio sin explorar.

5. Conceptualizar las CMN como espacios afectados por el género

En palabras de los autores, esta perspectiva “propone que las actividades transfronterizas de las CMN reproducen y transforman las relaciones, prácticas y normas de género que, al mismo tiempo, transforman a estas entidades” (p. 44). Este enfoque resalta las interacciones diarias de los individuos y los grupos al interior de las CMN, es decir, considera a estas entidades como una comunidad social, caracterizada por la heterogeneidad de contextos, complejidad intraorganizacional y la variabilidad individual. También resalta la interseccionalidad (género, clase, raza, lengua y nacionalidad) que se manifiesta al interior de las CMN. En este sentido, los autores proponen que “las actividades humanas, las prácticas y las estructuras sociales están organizadas en las CMN basadas en las diferencias entre mujeres y hombres” (p. 44). Por ejemplo, al reproducir la desigualdad de género al ofrecer diferentes posiciones en el empleo para mujeres y hombres, así como los pagos desiguales que reciben.

6. Implicaciones del enfoque de las CMN como espacios afectados por el género

6.1. Avances teóricos

Los autores proponen 3 áreas de investigación para los estudios en NI que retomen el enfoque de las corporaciones como espacios atravesados por el género: i) la naturaleza de género en las actividades de valor agregado; ii) la hegemonía de la masculinidad en las nociones del gerente “ideal”, y iii) el enfoque del etnocentrismo.

6.1.1. La naturaleza de género en las actividades de valor agregado

El primer campo de investigación que se abre a partir del enfoque propuesto es indagar en los factores que explican las decisiones de internacionalización y deslocalización de las CMN. Por ejemplo, reconocer que el género es un factor determinante en la búsqueda de salarios bajos para la manufactura en lugar de limitar la explicación a la racionalidad de las empresas. Aunque los trabajos en NI lo mencionan poco, es común que las decisiones de deslocalización de las CMN consideren la disponibilidad de trabajo barato y femenino. En el mismo sentido, las actividades que generan valor agregado pueden profundizar las desigualdades de género en los países receptores. Como ejemplo, los autores citan los beneficios que pueden tener iniciativas de comercio justo en el Sur global. Estas pueden incrementar el empleo y los ingresos para las mujeres, pero sólo en contextos en los que las mujeres tienen la habilidad de controlar sus medios de producción. Si tal habilidad no existe o es frágil, el compromiso de las CMN en este tipo de iniciativas puede reforzar las jerarquías de género. Otro ejemplo es el de las mujeres de la Amazonia brasileña, quienes al encontrar trabajo y un ingreso seguro, comienzan a tomar decisiones en sus hogares y comunidades. Este “empoderamiento” de las mujeres se traduce en una mayor independencia hacia los hombres. Para los autores, este caso ilustra cómo las CMN pueden servir como elementos que promuevan una mayor igualdad de género y ayuden a enfrentar problemas como la pobreza.

Este enfoque podría dar lugar a una profunda investigación de las decisiones de las CMN, por ejemplo: ¿cómo los regímenes de género condicionan las operaciones de las CMN en los mercados de consumo y cómo las empresas explotan las diferencias en los regímenes de género locales? ¿cómo las diferencias en los regímenes de género locales explican la disgregación geográfica de cadena de valor de las CMN? o ¿cómo las características de la fuerza de trabajo local influyen en las decisiones de relocalización o internacionalización de las CMN?

6.1.2. El manager “ideal” y la masculinidad hegemónica

La segunda implicación de la reconceptualización de las CMN en términos del género, es que los NI pueden estudiar con nuevos elementos a los actores y su interacción con las empresas. En general, los estudios en NI han homogeneizado a los actores humanos como un administrador “ideal”, caracterizado por tener disponibilidad infinita de tiempo, estar preparado para trasladarse a cualquier punto geográfico y asumir una carga de trabajo muy intensa, rasgos asociados primordialmente con los hombres no con las mujeres. Lejos de ser neutrales, las cualidades de este “ideal” refuerzan la hegemonía de la masculinidad, transmitiendo valores como la priorización de la carrera individual, la búsqueda de ganancias a corto plazo y la competencia.

Otra implicación del dominio del manager “ideal” excede el espacio de las CMN y profundiza las relaciones desiguales entre los países del Sur global y el Norte global. En efecto, los servicios de cuidado en las grandes metrópolis de los países desarrollados quedan a cargo de mujeres inmigrantes del Sur global. La conceptualización que subyace es que estas mujeres son “dóciles, su trabajo es barato y pueden hacer tareas repetitivas y monótonas” (p. 46).

Otros temas a explorar tomando en cuenta estas consideraciones son: ¿quién recibe la etiqueta de “talentoso” en las CMN, quién la asigna y por qué? ¿cómo y por qué algunos actores forman parte de las élites transnacionales y se mueven dentro y entre las CMN? o ¿cómo puede resistirse a los valores e ideales masculinos dominantes en las CMN y cuáles son sus implicaciones?

6.1.3. Nuevas aproximaciones etnocentristas

Finalmente, los autores señalan que una tercera implicación de la perspectiva de género es que permite ampliar la mirada a otras dinámicas de poder e influencia, como el etnocentrismo. En este contexto, se parte de la homosocialidad, es decir, la preferencia por la compañía de otros que son considerados similares que tendría como resultado la reproducción de la homogeneidad y el predominio de un tipo específico de hombres en la dirección de las CMN. Esta homosocialidad puede permear aspectos tan diversos como el reclutamiento, la promoción de personal, las decisiones de inversión o la formación de la élite al interior de las CMN. de este modo, incluir enfoque sobre género y etnocentrismo abre una oportunidad para analizar los procesos organizacionales y mostrar nuevas problemáticas.

Algunas preguntas que se pueden platear con esta perspectiva son: ¿cómo influye la homosocialidad en las prácticas de reclutamiento y nombramiento de gerentes, en las decisiones de promoción y en la designación de responsabilidades en las CMN? ¿cuáles son los impactos de los estereotipos de género, raza, etnicidad y clase social en la toma de decisiones de las CMN? o ¿cuáles son los costos de la exclusión o el desempleo de la discriminación basada en género, raza, etnicidad y clase para las CMN?

6.2. Avances metodológicos y epistemológicos

El trabajo de Koveshnikov, et. al., propone una nueva conceptualización de las CMN que incluya una dimensión de género en su desarrollo, toma de decisiones e implicaciones sociales y políticas. Este aporte pone en cuestión los supuestos de género que permean los estudios en NI así como la conformación de los grupos de investigación que carecen de diversidad, lo que limita la reflexión en torno al tema.

En segundo lugar, los autores señalan que estudiar a las CMN como espacios sociales afectados por el género también desafía las herramientas y los métodos de análisis cualitativos que utiliza el área de NI, así como las posiciones epistemológicas dominantes. Por ello, llaman a superar el universalismo y el paradigma positivista predominante en los NI para abrir nuevos campos de investigaciones así como nuevas matrices interpretativas.

7. Conclusión

Los autores concluyen que en los estudios de NI predomina una interpretación que “minimiza y simplifica la interacción social del género en las CMN” (p. 47). Su propuesta es la reconceptualización de las CMN como un espacio social de género. El objetivo es demostrar que es posible, y deseable, un tratamiento más amplio y problemático del papel que juega el género en las CMN y en la globalización.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El estudio de Koveshnikov, et. al., nos recuerda que el papel de las corporaciones no se limita estrictamente al ámbito económico, sino que es parte del modelaje cultural y material de las sociedades. La reproducción de los papeles de género desde las corporaciones va desde los paradigmas de éxito que se promueven y que privilegian valores masculinos de competencia y guerra, hasta el reforzamiento de las desigualdades materiales reflejadas en remuneraciones desiguales y discriminación laboral. De este modo, el trabajo es muy útil para profundizar en el papel de las corporaciones como constructoras de la realidad social.