La reunión del Foro Económico Mundial en Davos, que celebra su 50 aniversario, publicó un manifiesto que elimina el papel de las empresas multinacionales y su responsabilidad histórica en la crisis del calentamiento global, el aumento de las desigualdades y la evasión fiscal generalizada.

Con el fin de contradecir lo anterior, Attac France y el Observatorio de Multinacionales, publicaron una nota que revela que entre el 1 de enero de 2020 y la apertura del Foro de Davos, los jefes de CAC 40 (índice bursátil francés) han ganado ocho veces más de lo que gana un empleado francés en promedio durante todo un año.

De esta manera, la nota señala una contradicción sistémica: mientras los mercados de valores se disparan, el planeta arde y las desigualdad económica aumenta. Incluso en Davos, el calentamiento global se plantea como una verdadera amenaza, por lo que coloca a la crisis ecológica en la parte superior de las 5 principales preocupaciones durante los próximos diez años.

Sin embargo, la élite que asiste y organiza este foro, pretende engañar al público utilizando un nuevo manifiesto: el poco convincente texto trata de exonerar a las compañías multinacionales y al mundo de las finanzas de sus responsabilidades ante los desastres actuales; también las plantea idóneas para solucionar problemas y reparar el daño que han causado.

La élite de Davos defiende la globalización neoliberal, la expansión del comercio mundial, la financiarización de la economía y el crecimiento económico global. Sus respuestas a las desastrosas consecuencias del proceso de globalización no resuelven la crisis que las oligarquías no dejan de agravar.

La nota señala que urge desarticular el poder de las multinacionales y regular la globalización neoliberal, al contrario de lo que el presidente Emmanuel Macron hace, como promover a Francia para que corporaciones (las contaminadores: Total, ArcelorMittal, BMW, Coca Cola; evasoras de impuestos: Google, Netflix, JPMorgan, EY; y los destructores de empleo: por ejemplo, General Electric) inviertan en el país.

Cuando los pirómanos fingen apagar el fuego, en realidad lo están alimentando todos los días

El manifiesto Davos 2020 tiene la intención de redefinir el fin universal de la empresa en la era de la cuarta revolución industrial, describiendo una visión descontextualizada e idealizada de ésta, (como si no fuera objeto de conflictos sociales internos y contradicciones). El manifiesto también señala que la compañía, como la institución omnipotente, reemplazará a las autoridades públicas y las regulaciones existentes o futuras.

La nota menciona que una empresa que tenga en cuenta a la sociedad en su conjunto no atacaría a las autoridades públicas mediante el uso de reglas de arbitraje entre inversores y estado; ni vendería los datos personales de los usuarios sin su consentimiento (como cuando Facebook lo hizo en las elecciones de 2016 en los Estados Unidos; ver Dato crucial 2).

CAC 40: aumento de beneficios y dividendos, reducción de personal e impuestos y la ecología no es una prioridad

El informe anual del CAC 40 señala que los dividendos y las recompras de acciones de las multinacionales francesas, después de haber aumentado 44% entre 2010 y 2017, aumentaron 15% más en 2018. Quienes se beneficiaron más de lo anterior fueron BlackRock, la familia Arnault y el estado francés. Al mismo tiempo, las empresas que pertenecen al CAC 40 continúan reduciendo su fuerza laboral en Francia, después de haber caído en 20% desde 2010.

Respecto a la crisis medioambiental, solo 13 de las 40 compañías del CAC 40 han reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero desde la firma del Acuerdo de París (ver Dato crucial 3).

De esta manera, la nota señala la poca credibilidad que la élite reunida en Davos tiene al discutir la crisis del medio ambiente y los problemas sociales que la desigualdad económica genera: algunos jefes del CAC 40 que asisten al foro en Davos, como François-Henri Pinault, el CEO del grupo de lujo Kering (quien recibió 21 873 974 de euros el año pasado), necesitan menos de 2 horas y 48 minutos para ganar tanto dinero como algún empleado francés promedio en un año.

La nota continúa problematizando si es posible que las mismas personas que obtienen riqueza en forma de dividendos ayuden a resolver los problemas sociales y ambientales que han creado. En el caso francés, se cuestiona si es posible que el CAC 40 pretenda preocuparse por la cohesión social y el clima, cuando recorta empleos en Francia y produce casi mil millones de toneladas de residuos (ver Dato crucial 4).

6 medidas para desarmar a las multinacionales en 2020

1. Justicia social: limitar las diferencias en la remuneración (salarios, bonificaciones y remuneración del capital) dentro de la misma empresa incluso para los gerentes más importantes.

2. Justicia climática: reemplazar el mercado europeo del carbono con un impuesto disuasorio a éste, en los sitios industriales contaminantes y hacer regulaciones para que las empresas se desprendan masivamente de los combustibles fósiles.

3. Justicia fiscal: informar públicamente los activos en poder de las grandes empresas en sus respectivos países y establecer un sistema tributario basado en la tributación unitaria de las multinacionales, ya que es un método que permite luchar eficazmente contra evasión fiscal.

4. Poner fin a los Tribunales de Arbitraje para regular las capacidades desproporcionadas de las multinacionales, para lograr sus objetivos y tener un tratado internacional vinculante sobre éstas adoptado dentro de las Naciones Unidas (ver Dato crucial 5), para hacerlos legalmente responsables de los impactos de sus actividades, así como de las de sus subsidiarias, proveedores y subcontratistas, al tiempo que proporciona acceso a la justicia para los empleados y las comunidades afectadas en todo el mundo.

5.Dejar de firmar nuevos acuerdos comerciales y comenzar a renovar las normas internacionales de comercio e inversión para dejar de profundizar una globalización económica y financiera que destruye los empleos, la solidaridad y el planeta.

6. Regular el comercio internacional y las inversiones haciendo que el clima y la justicia social sean un objetivo más alto que el comercio a cualquier costo. Por ejemplo, con el fin de prohibir en última instancia cualquier importación a Francia o Europa de productos cuya producción esté directamente relacionada con la deforestación, implica la introducción y aplicación de una estricta moratoria sobre la importación de dichos productos.