A Crisis Right Now: San Francisco and Manila Face Rising Seas

Cita: 

Sengupta, Somini [2020], "A Crisis Right Now: San Francisco and Manila Face Rising Seas", The New York Times, New York, 13 de febrero, https://www.nytimes.com/interactive/2020/02/13/climate/manila-san-franci...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Jueves, Febrero 13, 2020
Tema: 
Incremento del nivel del mar en San Francisco y Manila.
Idea principal: 

"A Crisis Right Now: San Francisco and Manila Face Rising Seas" es un reporte especial de The New York Times realizado por Somini Sengupta, reportero de cambio climático en el diario citado, y Chang W. Lee, fotógrafo del mismo diario.

El reporte muestra cómo el incremento del nivel del mar en San Francisco y Manila afecta la vida cotidiana de los residentes.

Se estima que 600 millones de personas viven en las zonas costeras del planeta. Actualmente, son zonas de riesgo pues, según proyecciones científicas, el nivel del mar aumentará entre uno y cuatro pies de altura (30 centímetros a 1.2 metros) al final del presente siglo. Como ya se dijo, el reporte analiza los impactos del cambio climático en dos zonas costeras del mundo, una pobre (Manila, con 14 millones de personas) y otra rica (San Francisco, con 7 millones de personas).

Sengupta menciona tanto Manila como el área de la Bahía de San Francisco se han caracterizado por tomar decisiones irresponsables a pesar de los riesgos que impone el cambio climático. En Manila fue autorizado que el agua subterránea fuera bombeada a tal velocidad que la tierra se hundió y convirtió al lugar en un cuenco. En San Francisco se permitió la construcción de casas, carreteras y aeropuertos muy cerca del borde del mar.

Las decisiones que enfrenta Manila y el área de la Bahía de San Francisco son, por un lado, adaptarse al aumento del nivel del mar o, por otro lado, generar mecanismos de defensa frente al mismo. El reto de los políticos es gestionar del modo más adecuado la crisis de inundación de dos zonas densamente pobladas.

Manila metropolitana. Ascenso del agua, hundimiento de la ciudad

Desde 1990 el nivel del mar ha aumentado en Manila mucho más rápido que a nivel mundial. Esto se debe a que la ciudad cuenta con muchos estanques de peces y una excesiva extracción de agua subterránea que ha desencadenado un hundimiento del suelo.

Las tormentas que ocurren repetidas veces a lo largo del año destruyen las casas de bambú de gran parte de los habitantes. Estos suelen desplazarse momentáneamente a otras regiones aledañas a Manila, pero regresan porque no encuentran mejores oportunidades de vida. En algunos barrios es bastante frecuentemente que los residentes elevan los caminos para evitar su hundimiento total. Sin embargo, existen casos drásticos como el de Pariahan, una villa al norte de Manila, que se encuentra hasta el día de hoy completamente hundida bajo agua.

De acuerdo a Renato Redentor Constantino, director ejecutivo del Instituto para Ciudades Sustentables y Climáticas con sede en Manila, los impactos del cambio climático se deben en muchos sentidos a malas políticas, sobre todo, aquellas que involucran una nula planeación de la organización espacial.

Se narran los testimonios de residentes de Manila que afirman que las calles siempre se inundan durante las temporadas lluviosas. En ocasiones, cuando el nivel del agua es considerable, los niños tienen que ir a la escuela en pequeños botes rentados por sus padres. Frente a tales situaciones, la ciudad se ha dedicado a elevar, en al menos cuatro ocasiones en los últimos treinta años, la altura de las viviendas con cemento y arena.

El grueso de los millones de personas que viven en estas zonas de riesgo son pobres y las proyecciones sobre el cambio climático sólo auguran que las tormentas serán cada vez más frecuentes y severas. Si esto es así, se pregunta Sengupta, ¿por qué la gente no se muda de lugar de residencia? La respuesta es que, para los habitantes allí se encuentra su fuente de empleo y su clínica de salud. O también, simplemente, los residentes no están dispuestos a abandonar el lugar donde pasaron toda su vida.

Área de la Bahía de San Francisco. Un pararrayos político

Durante el siglo XX, el océano Pacífico elevó de su nivel de 4 a 8 pulgadas (10 a 20 centímetros) en el norte de California. Se estima que para 2100 el Pacífico podría elevar su nivel de 2.4 a 3.4 pies de altura (73 centímetros a 1 metro). Por tal motivo, la Comisión Costera de California se ha embarcado a la planeación de políticas que mitiguen los impactos del cambio climático futuro. Las van desde fortalecer las defensas contra inundaciones, restaurar humedales o, de último recurso, abandonar ciertas zonas.

El problema compartido en Manila y la Bahía de San Francisco es que se encuentran comprometidas las propiedades e inversiones de las personas. Sin embargo, como ya se dijo, la principal diferencia de la Bahía de San Francisco respecto a Manila es que se trata de una zona rica. Muchas municipalidades están pagando los proyectos de fortalecimiento de infraestructura costera en zonas de alto valor.

Se mencionan los siguientes casos. En el embarcadero se aprobó un bono de 425 millones de dólares para fortificar el malecón a lo largo de la carretera. En la antigua área industrial Mission Creek se elevó la altura de los caminos y los almacenes en 10 pies (3 metros). En el aeropuerto de San Francisco se recibieron 587 millones de dólares para elevar su malecón. En la comunidad sureña Foster City se aumentaron los impuestos a la propiedad para elevar la altura de un dique que protege el área afectada por ciclones.

Principalmente en los suburbios del sur de San Francisco el problema es mayúsculo. Los acantilados se erosionan rápidamente y los funcionarios se han visto forzados a demoler propiedades en alto riesgo de caída al agua. Se menciona que algunas ciudades llegan a gasta 620 mil dólares en demolición de construcciones en riesgo. Además, las mareas y las olas son cada vez más altas llegando al pie de los acantilados.

En el complejo de apartamentos OceanAire se han construido y reconstruido malecones para proteger las propiedades del aumento del nivel del mar. Sin embargo, el costo público de estas construcciones ha sido alto: la reducción significativa de la playa. Por otra parte, los problemas se tornan más complejos cuando involucran dinero y recursos públicos. Los impuestos a las propiedades son un elemento crucial de los ingresos públicos de la región. ¿Cómo podría la administración en turno recomendar el despoblamiento de las zonas costeras? O también, ¿quién estaría dispuesto a comprar tales propiedades? Algunas de las casas de los acantilados están valuadas en más de un millón de dólares.

El agua "simplemente llegó y nunca se fue"

El reporte finaliza con la visita de Pariahan, villa al norte de Manila. Se trata de una isla que anteriormente conectaba al continente asiático a través de una franja de tierra y contaba con cien casas habitación.

Hace diez años la isla se convirtió en un cuenco por una fuerte tormenta y el hundimiento generalizado de la tierra. Se derrumbaron las casas de bambú, el camino a la escuela se realiza a través de botes alquilados, el templo está inundado. Sin embargo, algunas personas siguen viviendo en la zona porque temen que desplazarse a otro lado implique un modo de vida que no pueden costear.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El reporte de Somini Sengupta sirve para ilustrar que el impacto del cambio climático se experimenta de distinta manera según el nivel de desarrollo económico de la zona afectada. Los casos de Manila y la Bahía de San Francisco muestran que no obstante los contrastes en sus posibilidades de combate al cambio climático, es muy probable de continuarse el elevamiento del nivel del mar tengan que verse desplazadas miles o quizá millones de personas. Por otra parte, debe ser de interés para el proyecto intentar rastrear las corporaciones que están detrás de las reconstrucciones y fortalecimientos de la infraestructura de la zona y examinar sus vínculos con la política local.